La Secretaría General para la Paz y la Convivencia del Gobierno vasco puso en marcha en 2014 el programa Gertu (cerca) de refuerzo de la atención personalizada a las víctimas del terrorismo, como parte del Plan de Paz y Convivencia. El programa consistía en contactar una a una con las familias de víctimas que residen en el País Vasco para conocer sus necesidades, atenderlas y reforzar el trato humano con ellas. En las entrevistas se les planteaba si estaban dispuestas a grabar en video su experiencia vital para contribuir en la construcción de la memoria de lo ocurrido.
Desde entonces se ha contactado con unas 280 familias, de las que 92 accedieron a ser grabadas. En estas grabaciones los afectados se presentan y explican ante la cámara el impacto que supuso en sus vidas y en las de sus allegados el asesinato de su ser querido. De todas ellas, un 75%, aproximadamente, del total han accedido a que su testimonio sea difundido con fines pedagógicos, lo que el Ejecutivo vasco está llevando a cabo en parte con una exposición itinerante conocida como Memoria Plaza, que el próximo día 18 recalará en Vitoria.
La Secretaría General para la Paz y la Convivencia ha contactado con 280 familias de víctimas mortales, de las que 92 accedieron a grabar su testimonio
Tras esta primera fase se va a poner en marcha a finales de mes una segunda en la que se pretende recopilar el testimonio de personas que resultaron heridas en atentados y de otras que fueron víctimas de amenazas, que se sumará al material ya recogido. Una ingente tarea si tenemos en cuenta que son aproximadamente 4.000 las personas heridas solamente en atentados de ETA.
“De momento nos hemos marcado un objetivo modesto de recopilar cincuenta testimonios antes de que acabe la legislatura, fundamentalmente de personas que resultaron gravemente heridas”, manifestó a este diario Enrique Ullibarriarana, asesor para políticas sobre víctimas del Gobierno vasco, que reconoce las dificultades que entraña esta nueva tarea.
Las grabaciones las está realizando una empresa privada en dos estudios, uno radicado en Tolosa, en la que se llevan a cabo los trabajos con las víctimas de Guipúzcoa y Álava, y otro en Bilbao, donde se graban a las víctimas de Vizcaya. Todas ellas responden a un cuestionario tipo por espacio de unos quince minutos, aunque en algunos casos los testimonios se han prolongado durante media hora.