Los ciudadanos vascos acudieron a las urnas este domingo 21 de abril para elegir al próximo lehendakari, en medio de la expectación por la posibilidad de repetir un nuevo Gobierno de coalición. Sin embargo, a pesar de que se esperaba tener una muestra casi definitiva de los resultados esa misma noche, es necesario esperar hasta el 26 de abril para conocer el recuento final y saber qué partido ha logrado la mayoría en la Cámara vasca.
Esto se debe a que, en este proceso electoral, hay un factor crucial que se ha vuelto el centro de atención: el voto CERA (censo electoral de residentes ausentes) y el voto ERTA (electores residentes temporalmente ausentes), que podrían tener un impacto significativo en unas elecciones muy reñidas.
Según datos del Gobierno vasco, el voto CERA y ERTA incluye a 82.882 personas, una cifra que podría influir considerablemente en el resultado final de unas elecciones tan ajustadas como estas, según indican los sondeos. El PNV, principal partido en el País Vasco, está en disposición de formar mayoría junto al PSE pese al ascenso de EH Bildu. Con 27 escaños, el PNV se unirá previsiblemente a los 12 del PSE para formar mayoría absoluta en el Parlamento, fijada en 38. Sin embargo, el reparto en el Parlamento vasco aún podría cambiar gracias al voto CERA y ERTA, lo que añade una capa adicional de incertidumbre a un escenario ya de por sí tenso.
El escrutinio del domingo dio el último escaño en Álava a EH Bildu, mientras que tanto en Vizcaya como en Guipúzcoa el último diputado fue para el PSE. Sin embargo, esto podría cambiar, lo que hace que cada voto cuente y que cada estrategia política sea crucial. En este contexto, el voto CERA se convierte en un elemento decisivo que podría alterar el resultado final y cambiar el equilibrio de poder en el Parlamento vasco.
Tras el recuento del voto CERA, el PSE-EE podría quedarse sin un escaño en Guipúzcoa en favor de EH Bildu. También en Vizcaya, dónde lo ganaría Sumar, un hecho que parece difícil por el volumen de votos que ya sr han emitido y por los sufragios que necesitarían estas formaciones para arrebatarles los escaños. En el caso de Álava, no sería un posible cambio.
El voto CERA ya fue protagonista en 2016 y 2020
El impacto del voto CERA no es nuevo en el panorama político vasco. En 2020, el PP obtuvo un escaño más en el recuento posterior a la noche electoral, arrebatándoselo a Bildu. Cuatro años antes, en 2016, EH Bildu también se vio beneficiada por el voto CERA, arrebatándole un escaño al PNV. Estos precedentes ponen de manifiesto la importancia y el poder del voto CERA en unas elecciones donde cada voto cuenta y donde cada escaño puede hacer la diferencia.
En resumen, el voto CERA y ERTA se han convertido en un factor determinante en las elecciones vascas, con el potencial de alterar el resultado final y cambiar el equilibrio de poder en el Parlamento vasco. A medida que se espera el recuento final y se conocen los resultados definitivos, la atención se centra en cómo estos votos podrían influir en el reparto de escaños y en la formación del próximo gobierno vasco.
