La Pascua Militar del año 2006 no fue una más. La agitación política que se respiraba por la negociación del Estatuto de Cataluña entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y el ejecutivo regional, presidido por Pasqual Maragall, irrumpió de pleno en una de las fechas más significadas de las Fuerzas Armadas, toda vez que la cúpula militar hace balance de su situación y promulga sus deseos ante los meses venideros.
El teniente general José Mena, en su alocución desde Sevilla, invocó el artículo 8 de la Constitución y apuntó que los uniformados tenían el deber de defender la integridad de España, sugiriendo que ellos estaban dispuestos a hacerlo si en Cataluña se excedían los límites marcados por la Carta Magna. Un episodio convulso que dio pie a una investigación interna para conocer si el resto de la cúpula castrense compartía sus tesis.
Así se desprende de un informe redactado por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), entonces Félix Sanz Roldán, a la postre director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El documento forma parte del archivo del exministro de Defensa José Bono, cedido a la Fundación Pablo Iglesias. Vozpópuli ya informó de las discrepancias entre el CNI y el Ministerio del Interior en las investigaciones sobre el 11-M, como consta en una nota informativa revelada en los papeles de Bono.
Sanz Roldán señala que desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) “se han mantenido contactos” con generales, oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas, con el objetivo de “determinar el estado de opinión que se deriva de los hechos en aquel día acaecidos”, en referencia a lo sucedido en Sevilla el 6 de enero. Las pesquisas fueron rápidas. Al menos así se desprende de la fecha en la que está datada el documento, el 9 de enero, tres días después del discurso.
“La opinión mas general va en el sentido de que las declaraciones del General MENA [sic] han sido extemporáneas, inconvenientes y generadoras de división”, reza el informe redactado por Sanz Roldán. A su juicio, y a partir de las conclusiones de la investigación, uno de los hechos que provocó un mayor malestar entre los uniformados fue que el general Mena pronunciara sus palabras en el marco de la Pascua Militar y que lo hiciera “en nombre de Su Majestad el Rey”: “Volver a una situación de declaraciones de tan marcado carácter político, que pone al Ejército en situaciones ya sobrepasadas, no lo justifica nadie”.
Los mandos militares, en su “práctica unanimidad”, coincidían en que el discurso del general Mena pecaba de “parcialidad” y apuntaban la falta de “neutralidad política” a la que se deben los miembros de las Fuerzas Armadas; “impropia de una autoridad militar”. Ahora bien, pocos conocían la transcripción total de la alocución y expresaban su opinión sobre lo sucedido en base a las informaciones publicadas por la prensa u otros medios.
"Preocupación" por Cataluña
Para Sanz Roldán “resulta curioso” que muchos de los entrevistados consideren “acertada” la cita al articulo 8 de la Constitución, “cuestión atribuible a que no han podido apreciar que el propio Teniente General declaraba, implícitamente, a las Fuerzas Armadas garantes de su cumplimiento y juez para su puesta en ejecución”. Pero el entonces JEMAD destacó un “aspecto positivo” de toda la polémica, y es que fuese la propia institución militar la que hubiera dado el primer paso “para corregir la situación”.
El devenir del general Mena es de sobra conocido. El mismo 6 de enero, unas horas más tarde de que pronunciara su discurso, Sanz Roldán firmó la propuesta de su cese. Un día después, el ministro Bono anunció que aceptaba la propuesta, que el general Mena sería destituido en el próximo Consejo de Ministros, y promulgó su arresto domiciliario. Finalmente se tramitaría su pase a la reserva.
No obstante, una parte del polémico discurso sí que manifestaba el sentir colectivo de los mandos de las Fuerzas Armadas, entre quienes predominaba una “preocupación” por “los ataques de algunos líderes a la unidad de España”: “Otras cuestiones relacionadas con el Estatuto también preocupan a los militares. Lo publicado hasta ahora: Cataluña es una nación, su Estado es la Generalidad y las relaciones con España tienen carácter bilateral, son principios que, conjugados al unísono, enmarcan una situación ciertamente preocupante”, apunta Sanz Roldán.
El episodio vivido en la Pascua Militar del 6 de enero de 2006 tuvo su epicentro en Sevilla, pero los militares destinados en Cataluña también percibieron las consecuencias del terremoto: “Ellos manifiestan que el discurso aludido ha perturbado las relaciones entre el Ejército y diferentes estratos de la sociedad catalana”, desvela el informe. “Afirman que han hecho un gran esfuerzo para mantener éstas en buen tono […]. Las declaraciones del General MENA han roto ese equilibrio”.