Isla mágica, Isla bonita… Todos los piropos para Ibiza, centro de peregrinación mundial en vacaciones y territorio único. Faro de todas las fiestas, imán para los personajes más cosmopolitas… una belleza frondosa y verde, repleta de pequeñas calas donde hacer un alto y disfrutar de sus playas.
Los restaurantes no se quedan atrás: en Ibiza hay de todo y para todos. Esta temporada trae novedades muy interesantes que hemos visitado y nos han ‘robado’ el paladar. Pero hay dos Ibizas que conviven en armonía: la más tranquila, fuera de los circuitos y pausada, junto a la del faranduleo y vida nocturna. Ambas, en perfecta sincronización y hermandad. Las hemos vivido y te contamos la experiencia.
Exclusividad, relax y lujo
El Mirador de Dalt Vila es el único Relais& Chateâux de la isla, toda una garantía. Y su situación es privilegiada: en lo más alto de Ibiza ciudad, en pleno casco antiguo amurallado y a poco tiempo del aeropuerto. Un enclave ideal en una casa señorial del siglo XIX completamente rehabilitada, con 12 habitaciones singulares y exclusivas. Al lado, un delicioso mirador desde donde divisar el puerto y el mar. Alojarse en El Mirador de Dalt Vila es respirar tranquilidad y privacidad.
Uno de sus puntos fuertes es la gastronomía. En su restaurante Can Font se puede degustar una fresca cocina mediterránea de estilo creativo con influencias latina y japonesa. Y, como no, el mejor producto local. El chef Jonathan Reina Belalcazar es el autor de una original carta con opciones como el corte helado de queso Stilton, primorosas croquetas, raya frita con tonjiru de miso, arroz negro con mero y pil- pil… De postre el flaó, típico ibicenco, a base de queso y hierbabuena.
Una suite de El Mirador Dalt Vila.
En el hotel gestionan desde excursiones a Formentera en yate privado a visitas guiadas por el Dalt Vila (no te pierdas el Museo de Arte Contemporáneo). Las bonitas callejuelas antiguas que rodean el hotel están surcadas por deliciosas tiendecitas artesanales para respirar la isla más relajada y cotidiana. El Mirador de Dalt Vila es un hotel único en un lugar privilegiado.
Lado, una apertura estrella de la temporada
El único restaurante de cocina española está en Marina Botafoch y se llama Lado. Enclavado frente a su puerto deportivo, con mesas al lado del agua y vistas al Dalt Vila (de noche iluminado), resulta un lugar de ensueño. Una zona inmejorable donde se da cita el glamour y la gente guapa, para disfrutar de la cocina del chef Miguel Ángel Zapata, que obtuvo una estrella Michelin en Londres. El conocido empresario Jordan Rocca está detrás de esta apertura estrella del verano.
Rica cocina con platos en los que manda el producto de alta calidad, aunque con un twist actual. Triunfan opciones para compartir como el biquini de trufa y queso reblochon o el softshell crab con beurre blanc y caviar; y, frente a la sofisticación, deliciosas elaboraciones con pescados de lonja a la brasa (también carnes), que sirven en gueridón y limpian en la misma mesa.
Junto a esto, la sección de “Crudos” como el tartar de carabinero y erizo o las ostras Gillardeau nº 2. Pablo Cáceres (ex Sala de Despiece) es el encargado de un equipo amable y eficaz. Y no dejes de probar sus originales cócteles de autor.
Bichi, el nuevo ‘must’ de Ibiza
Otra de las grandes novedades de este verano es el pop- up de Bichi , alojado en el restaurante Almar, éste último especializado en arroces y pescados. Situado en primera línea de la playa de Talamanca -con hamacas y sombrillas para alquilar-, Bichi le da la réplica al restaurante donde anida con una impactante barra de sushi y la única parrilla de Ibiza situada en la playa. Dirigido por el joven chef canario David González, podrás disfrutar frente al mar de preparaciones niponas de fusión que ya el año pasado triunfaron en el Bichi de Formentera. Todo en un ambiente cosmopolita y distendido, muy de la isla.
El parrillero Bryan Santiago ha venido del madrileño Asiako, de la misma compañía, para hacerse cargo de unas brasas que pueden con todo: verduras, pescados, carnes de primera línea… Refinamiento máximo ya que Santiago utiliza madera de naranjo, olivo, marabú cubano o cocotero según los alimentos que prepara. Para empezar, es el momento de pedir edamame a la brasa con un punto picante, el aguacate braseado, una deliciosa berenjena con salsa misho de toques ahumados o la parrillada de verduras con chimichurri japonés.
Zamburiñas flambeadas con emulsión de ras el hanout y lima.
Rolls de salmón, nigiri de vieira flambeada con mantequilla y miel o de sirvia ibicenza (pez limón) con salsa de mantequilla y verduras: Carolina Salcedo es la encargada de su elaboración y… ¡encuentra el umami!. . No faltan carnes como mollejas de ternera ‘japonizadas’ –cortadas en tataki para manejarse con palillos– o el entrecot con espárragos trigueros y panceta estilo chino, en dos cocciones. De postre no lo dudes: la greixonera, un pudding típico de la isla a base de ensaimada, con helado de vainilla. También una deliciosa torrija.
Es importante destacar que, si lo deseas y en la misma comanda, pueden compartirse los platos de Bichi- que significa playa en japonés- con los impecables arroces secos o caldosos que componen la oferta habitual de Almar (con navajas y gambas ibicencas, con bogavante, con pulpo y ajos tiernos…).
Durante todo el verano Bichi abre viernes y sábado por la noche (no te pierdas el espectáculo de todos los barcos iluminados en su bahía). A partir de septiembre tendrán nigiris de raon o raor- el pescado más deseado de las Pitiusas- en el Bichi de Formentera, que sigue funcionando a pleno rendimiento.
Entorno natural y tradición
Y volvemos al relax, que también es todo un lujo. En la parte sur de la isla- Cala Carbó- se encuentra el chiringuito El Balneario, frente a una recoleta y tranquila playita. Es el lugar perfecto para disfrutar de la Ibiza más auténtica y racial, con pescados del día a la plancha que se encargan de seleccionar en lonja. Langostas, meros, rodaballos, pargos, San Pedro… un elenco de peces de la zona hechos al horno con un toque de plancha o a la sal. Cocina tradicional en estado puro.
Como entrantes no falta el pescaito frito de roca o la sepia salteada. Muy recomendable preguntar por los pescados fuera de carta. Y de postre, es famoso su banoffe que, aunque de origen británico, resulta ser una de sus grandes especialidades: una primorosa combinación de galleta, dulce de leche, plátano y nata. El Balneario, en un entorno plenamente natural, es el lugar perfecto para darse un buen baño y, después, un homenaje a mesa y mantel. También se puede llegar en barco.
Cuatro lugares mágicos para disfrutar de Ibiza y vivir sus dos vertientes: el relax y la agitación mundana más glamurosa.
Nota: Ninguno de los restaurantes mencionados se han seleccionado por algún motivo comercial, su elección es una decisión únicamente de calidad y periodística. Los precios son meramente orientativos.
Gala
"Places to stay not to be", sorry.