Después de 101 años, el "insumergible Titanic" ha vuelto a ocupar todas las portadas. Esta vez, a causa de la desaparición de una cápsula sumergible que se dirigía a visitar los restos de su naufragio. La Guardia Costera de Estados Unidos participa en una búsqueda contrarreloj del submarino en el que viajaban cinco personas, a las cuales les quedan unas 40 horas de oxígeno a bordo del sumergible.
El que parecía un viaje idílico a uno de los momentos más impactantes de la historia del siglo XX se ha convertido en una historia de terror para sus protagonistas. Desde que se conoció la desaparición del sumergible han salido a la luz numerosos relatos sobre esta excursión de 250.000 dólares que han hecho de ella, más bien, una una trampa para los ricos aventureros que se atrevan a viajar en ella. Una trampa que, como la describe la empresa organizadora OceanGate Expeditions en la cláusula a firmar antes de emprender el viaje, "no está probada ni certificada por ningún organismo regulador y podría provocar lesiones físicas, traumas emocionales o la muerte".
Del tamaño de una furgoneta y pilotado con un mando de consola de videojuegos: así es el sumergible a lo 'MacGyver'
"Parece que este sumergible tiene algunos elementos a lo MacGyver. Quiero decir, estás usando tuberías de construcción como lastre". Con estas palabras el periodista David Pogue, de la cadena estadounidense CBS, describió sus primeras impresiones del sumergible en el que se disponía a viajar junto a un grupo de magnates a finales del pasado año.
El 'Titan', la cápsula del tamaño de una pequeña furgoneta que desciende a las profundidades del océano en busca del transatlántico, parecía estar montado con piezas improvisadas. La más llamativa, sin duda, su "timón": un mando de la videoconsola. Tampoco las vistas hacia el exterior eran muy lujosas, ya que la cápsula cuenta con solo un pequeño ventanuco para ver el exterior.
No todo en el Titán había salido de una serie de los 80. La NASA, Boeing y la Universidad de Washington colaboraron para crear la cápsula a presión en cuestión. Tal y como ironizó entonces el periodista, "todo puede fallar" pero al menos "estarás a salvo". Una cápsula, eso sí, que sólo se puede abrir y cerrar desde fuera: sus ocupantes viajan sellados a presión durante doce horas hacia los restos del naufragio.
Dos días de expedición de la mano de magnates "aventureros"
Los "dos días" -el clima impidió el descenso, que no se produjo hasta el sexto día- del periodista en el mar se produjeron de la mano del público habitual de estas expediciones: ricos "aventureros" que buscan vivir experiencias 'extremas'. Entre ellos, el periodista habla en su crónica de dos excéntricos personajes: el magnate de la industria india Shrenik Baldota, que se definía como un "monje salvaje" por sus intereses radicales, y la ejecutiva bancaria Renata Rojas, que ahorró durante treinta años para cumplir el sueño de ir al Titanic.
Un sueño que se vio retrasado por el clima y que hizo a la ejecutiva aplazar su viaje hasta en tres ocasiones.
También al equipo de la cadena estadounidense le jugó una mala pasada el tiempo, retrasando su viaje hasta cuatro días.
Las condiciones meteorológicas han estado ligadas a estas excursiones al mítico Titanic desde sus inicios, y en este 2023 el fatídico viaje iba a ser el primero y el único a causa de los problemas que el tiempo había causado.