Internacional

Mafia italiana 2.0: criptochats y cumbres de capos blindadas

Los Carabinieri de Palermo han arrestado a un total de 183 mafiosos a través de una imponente redada

  • Imágenes de la redada -

El Gatopardo es una obra ancestral y precursora. Su frase “si queremos que todo cambie para que las cosas permanezcan como están” es aplicable, extrapolable a la Sicilia de hoy, que se ha despertado con 183 mafiosos arrestados gracias a una imponente redada efectuada por el comando de Carabinieri de Palermo. Una argucia eficaz del cuerpo antimafia en una ciudad sacudida eternamente por el crimen organizado. La sorpresa es que esta vez los boss trataban de reorganizarse usando teléfonos encriptados de alta generación en barrios mancillados como Lo Zen, Porta Nuova, San Lorenzo, Pagliarelli o Bagheria. 

El golpe ha sido duro. De hecho, no se recordaba algo de tal magnitud desde los tiempos en que el magistrado Falcone trataba de neutralizar y desmantelar el clan de los Corleoneses. Sus herederos, en un deseo de volver al esplendor del pasado apoyándose en nuevas tecnologías, han protagonizado un gatillazo de órdago. Sí, quizás han muerto antes de nacer. “Cosa Nostra jamás había usado una tecnología tan vanguardista. Lo ha aprendido de la ‘Ndrangheta, una organización mucho más potente. Ya sabes, los calabreses son quienes gestionan el principal tráfico de droga. Palermo colabora con ellos, y éste es el motivo por el que se han hecho con estos teléfonos”, explica a Vozpópuli Sandra Figliuolo, periodista local del portal Palermo Today. 

En un enésimo intento por volver -diezmada como estaba desde los años noventa- la mafia de Sicilia se había fortalecido últimamente gracias a un importante flujo de dinero por tráfico de estupefacientes y otras sustancias. Trataba, además, de reorganizar la estructura central coordinándose con topos (Feliciano Leto, abogado de la Fiscalía, fue detenido en 2023) y sistemas ultramodernos de telefonía móvil. Eso les permitía mover los hilos -en tiempo real- incluso desde la cárcel. Ayudándoles siempre, en connivencia, con nuevas generaciones de informadores que obedecían a órdenes atávicas y tribales. “Tà maritasti sta mugghieri e tà puorti finu a vita”. Así hablaba entre rejas Francesco Pedalino sobre la mafia como elección de vida. Otro siglo.

Efectivamente, y aunque cambiaban los métodos y los disfraces, la sustancia anclada a la historia permanecía. Tanto en los códigos de conducta como en la manera de delinquir: extorsión, asociación mafiosa, tráfico de armas. Así al menos operaba el nuevo núcleo duro de quienes siguen creyéndose herederos de El Padrino. La sangre, el fragor y la melancolía (emerge e pizzo en restaurantes de Mondello) en perfecta simbiosis con maniobras que se acercan a la IA. Un pasado con guiño futuro. Ahora y siempre.

Cretinos con poder

Una premisa está clara. La maxi operación de la Fiscalía de Palermo, conducida por Maurizio de Lucia, sienta un precedente importante porque supone el aniquilamiento de un proyecto matriz, el de Cosa Nostra 2.0. Una lacra desestabilizada, con celeridad, prácticamente en toda la ciudad y en localidades limítrofes. Un puñetazo en la mandíbula. 

El camino no ha sido fácil. Y es que al parecer, las investigaciones (coordinadas por varios jueces) se han concentrado contemporáneamente en varias directrices, y todas portaban a una mirada inequivocable: nostalgia de los capos antiguos y necesidad -pese a estar lisiado su universo desde hace treinta años- de mantener a los detenidos y sus familias, entre ellos Totuccio Lo Piccolo e Giulio Caporrimo, tótems de San Lorenzo, sumido ahora en un epitafio. 

“Han sido interceptados mientras trataban de preparar un chat encriptado. Son sistemas impenetrables que, sin embargo, cuando se bloquean, deben usar el teléfono normal para reorganizarlo todo. Así no solo se descubre el nuevo método, sino los nombres implicados en esta operación”, aclara la reportera del diario palermitano, experta en narrar y contar lo que en su día fotografiaba la célebre Letizia Battaglia. 

En palabras de Sandra Figliuolo, de esta importante pesquisa que ha desvelado cómo desde la cárcel el boss Lo Presti (regente de Porta Nuova) asistía en directo -videoconferencia mediante- a masacres y torturas de las víctimas, también emerge otro aspecto significativo. “Giuseppe Auteri fue el último fugitivo que detuvieron, hace un año. Vivía como un ermitaño. Bien, pues en esta investigación actual hemos descubierto la letra pequeña de lo sucedido entonces. Él también usaba móviles cifrados, en clave. Llegaron a él indirectamente, mediante interceptaciones de la mujer de otro mafioso. Poco a poco, fueron descubriendo cuándo estos aparatos encriptados entraban en conexión unos con otros. Han reconstruido toda la red de criptofonini presente en el territorio italiano. Han establecido una serie de filtros importantes hasta llegar al teléfono que tenía Auteri. Ha sido una locura, una apuesta ganadora”, aclara subrayando el ingenio de los Carabinieri. 

La conclusión está clara. Una versión 2.0 del comando antimafia para dilapidar un sistema complejo -y acervo aún- en manos de la malavita. “Habrá que ver, a partir de ahora, cómo se frena el vaivén de teléfonos que entran y salen de la cárcel”. Dilucidar cómo opera la red de gregarios encargada de asegurar un perfil bajo del capo… Y también de qué manera -salvo excepciones- el nuevo modus operandi delictivo solventa las controversias entre clanes y alianzas rehusando la violencia y el desparramiento de sangre para disuadir. Por último, premia el contraponer la facilidad con la que siguen reclutando menores de edad ofreciéndoles diariamente sumas de hasta doscientos euros por ejercer de centinelas entre muros de cemento. Algunos, incluso, en posesión de pistolas con calibre 7,65. 

Sistema muy débil

No se sabe muy bien donde comienza y termina todo. Sí parece que ya no hay metástasis como en las décadas bravas de los ochenta y noventa. Esta vez, en un alambicado y perspicaz intento por recuperar jerarquía, la criminalidad se ha topado con el comando militar de Palermo. Su imagen, desnuda, parece hoy al de una diva moribunda que busca sentido a la existencia.

En el último blitz se han destapado viejas usanzas con tácticas contemporáneas. Sí, prosiguen con el monopolio ilegal de los juegos de azar o las apuestas, pero lo ocultan en clave jeroglífica. Azuzan a empresarios y constructores para ampliar el capital, el poder, el welfare para abastecer a familias con patriarcas en prisión, pero cada vez son menos y sufren achaques en su presumida vigorosidad.

“La estructura es muy débil. Les han secuestrado más de cincuenta kilos de droga (entre cocaína, hachís y crack). Han vuelto a capturar a personajes conocidísimos. Entran, salen y luego vuelven a ingresar en prisión tras un año. No saben hacer otra cosa. Sí, ahora se les intercepta en chats encriptados con claves imposibles en lugar de caseríos perdidos en la montaña. Quizás levantaron algo la cabeza gracias a un enorme flujo de dinero motivado por el tráfico de droga… Esto les ha permitido invertir y mantener a detenidos y allegados, pero como ves han sido desmantelados también así. Apenas dan un paso terminan arrestados. Habrá que trabajar con las nuevas generaciones, pero esto no es competencia de la magistratura sino de las clases políticas o culturales”, sentencia firmemente, quizás a sabiendas que todo podría volver a suceder. Una y otra vez. Con nuevos artefactos, pero una veste rupestre.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli
Escuche el discurso de Vance y su censura a Europa por la “renuncia a los valores”
Estados Unidos no contará con la UE para la negociación de la paz en Ucrania