Así es Islandia, un auténtico paraíso de extraña belleza natural, tristemente famoso por sus problemas financieros, con un estilo de vida pausado y donde todavía se puede escuchar el silencio. … y para desgracia de Alfonso Ussía, los pueblos no huelen a bacalao.
A menudo los paisajes tienen algo de escenografía literaria. No es raro que fuese la isla del fin del mundo. Esa en la que empezaba el Viaje al centro de la tierra de Julio Verne. La cima del volcán Snaefells aparece entre las nubes que se pegan a su cima y dejan entrever la blancura de su glaciar, el Snaefellsjökull. Arnarstapi, el lugar desde el que los héroes de Verne iniciaron la ascensión, es un pequeño centro de servicios asomado a unos precipicios que se hunden en el mar. Hoy, una carretera continúa al borde del mar y un poco más allá un cartel anuncia el desvío a Snaefellsjökull, el glaciar en el que se encuentra la entrada al interior de nuestro planeta.
Los volcanes activos, los géiseres humeantes, los inmensos glaciares y las aguas termales rodeados de gigantescos bloques de hielo. Nombres como Geysir, da nombre a los conocidos géiseres. En ese lugar la potencia del agua creaba una columna de casi 60 metros de altura, que ahora son 20. Suelta un chorro de agua cada tres minutos. Esa actividad geológica, se refleja también en una colección de elementos mágicos que tienen sus correspondencia en sus propios personajes, tan adecuados a un tratado de historia medieval, como a las mejores páginas de Juego de Tronos. No hay que olvidar que esta también es la tierra de Snorri Sturluson, el más famoso escritor de sagas en la Edad Media, desde su casa en Reyholt.
Un país joven
Parece que todo es posible en Islandia atendiendo a sus contrastes. Uno de ellos se encuentra entre los géiseres y los glaciares, cubren más de 10%, del territorio. A estas maravillas de la naturaleza, le unimos otra “humana”, que sitúa a Islandia en el país europeo que ostenta el índice de natalidad europeo más alto.
También Islandia presume de ser uno de los países más jóvenes. Parece ser que esta isla surgió a raíz de una enorme erupción volcánica que sucedió hace tan sólo 20 millones de años. Para los geólogos, esta isla es un paraíso. Su suelo es un manual de las formaciones más interesantes, ya que se sitúa en la unión de las placas tectónicas de América del Norte y Europa. De ahí que esta isla registre una frecuente actividad volcánica. También éste es el origen de los géiseres, uno de los fenómenos naturales característicos de Islandia que sirve a sus habitantes como fuente de energía de la que obtienen electricidad, así como calor para sus casas y piscinas al aire libre.
Y para los amantes de las actividades outdoor, esta isla también ofrece todo un abanico de sugerentes posibilidades. Es un lugar ideal para los ornitólogos, donde podrán disfrutar con la gran cantidad de aves que anidan en la isla. La navegación entre los icebergs por la laguna glaciar Jökulsárlón. Si acampamos con tiendas de campaña, se puede contemplar el Parque Nacional de Jökulsárgljufur o realizar una excursión a la isla de Grimsey en el Círculo Ártico para disfrutar del ‘Sol de Medianoche’. Además, también se puede practicar rafting y trekking en escenarios únicos. Cualquier motivo es bueno para ver el lado norte de Europa.
Más información en www.visiticeland.com y www.islandia66.es