El Grupo Vocento celebró la semana pasada una Junta General de Accionistas en la que se aprobaron todas las propuestas prácticamente sin oposición. De hecho, el discurso de su consejero delegado, Luis Enríquez, ni siquiera fue apostillado con ninguna intervención por parte de los asistentes. Sin embargo, de puertas para dentro existen voces muy críticas con la forma en la que se gestiona la compañía, entre ellas, la de Fernando Yarza, el presidente de Henneo (Heraldo de Aragón) en el Consejo de Administración, quien ha mantenido diferencias con Enríquez durante los últimos tiempos, según han explicado fuentes cercanas a este órgano.
El malestar Yarza está motivado por la forma en la que se ha gestionado el grupo durante los últimos años, que no ha garantizado su salida de la crisis ni ha asegurado su futuro dentro del sector de la prensa, en el que el mercado publicitario cada vez es más pequeño y las ventas de periódicos, más escasas. También en el poco peso que ha tenido la voz de los dueños de Henneo en la toma de algunas de las últimas decisiones del grupo, según explican estos informantes.
Hay que tener en cuenta que Vocento sopesó hace unos meses la posibilidad de participar en la puja por el Grupo Zeta; sin embargo, sus directivos lo descartaron ante las altas pretensiones de los Asensio y la situación de los activos de la editora de El Periódico de Catalunya.
Finalmente, el gato al agua se lo ha llevado Javier Moll, lo que, entre otras cosas, ha permitido su entrada en Aragón, es decir, donde Henneo edita Heraldo y donde Editorial Prensa Ibérica explotará a partir de ahora El Periódico de Aragón.
Este enfrentamiento ha complicado, aún más, el día a día del Consejo de Administración del grupo, en el que se han producido varios choques durante los últimos años. Sin ir más lejos, Santiago Bergareche encabezó hace unos meses una revuelta que buscaba un cambio de consejero delegado del grupo, lo que hizo peligrar la posición de Enríquez.
Pocas horas antes de que se celebrara la reunión extraordinaria del Consejo en la que iba a votarse la continuidad del primer ejecutivo, los 'vocales rebeldes' solicitaron su suspensión, tras constatar que los Ybarra (23% del capital) y las Luca de Tena (10,09%) no iban a apoyar su plan. Unos días después, el 13 de noviembre, Bergareche dejaba la presidencia del grupo.
Un largo historial de golpes
Este empresario era la última cabeza visible del conocido 'bando rebelde' de Vocento, del que también formaban parte Jaime Castellanos y Víctor Urrutia, quienes mantuvieron conocidas diferencias con la familia Ybarra y con Luis Enríquez por la forma de gestionar la compañía.
De hecho, los Bergareche y los Urrutia estuvieron entre los accionistas que, en 2012, propusieron la revocación del Consejo de Administración debido a la mala gestión que -a su juicio- había realizado de la compañía. Aquella batalla se cerró con un armisticio y sin el cese de Enríquez, quien había llegado a su puesto tan sólo unos meses antes. Algunos consejeros atribuyeron entonces estas maniobras a la intención de Castellanos de ganar peso en el grupo para propiciar una fusión con Unidad Editorial -que se negoció-.
Sea como fuere, su plan no prosperó y actualmente Castellanos y Urrutia están fuera de la compañía; y Bergareche, dimitido. Ahora bien, no se puede decir que desde entonces haya habido paz en este órgano.
Entre quienes defienden a Enríquez en este órgano, valoran la mejora del rumbo de la compañía durante los últimos tiempos, que, entre otras cosas, le permitió cerrar el anterior ejercicio con un beneficio de casi 11 millones de euros y con un EBITDA de 46,4 millones que es sustancialmente mayor que el registrado en la compañía en 2011, cuando Enríquez tomó las riendas del grupo (40,7 millones).
Enfrentamiento con Yarza
Las fuentes cercanas al Consejo consultadas por Vozpópuli inciden en que el gran foco de tensión que existe en la actualidad dentro del órgano de gobierno de la compañía es el que está relacionado con la mala relación entre Enríquez y Yarza. De hecho, atendiendo a la historia reciente de la compañía, no descartan que esta batalla derive en un nuevo intento de sustituir al actual consejero delegado.
El grupo de medios de comunicación cerró el pasado ejercicio con unos beneficios de 10,86 millones de euros, frente a las pérdidas de 4,8 millones que registró el ejercicio anterior. El resultado operativo EBITDA fue de 41,2 millones, un 4% más que en 2017.