Jane Fonda fue un mito sexual hace años pero todavía sigue conservando ese sex appeal y elegancia que la caracteriza. A sus 77 años aún es considerada un icono de la moda, algo que a ella misma le asombra, y brilla con luz propia en cada alfombra roja. Hasta la propia Rihanna, cuando la vio aparecer con un impresionante mono verde de Balmain en los premios Grammy en febrero, se emocionó al verla en el backstage: “¡Oh dios mío! Quiero estar como tú cuando será mayor”, le dijo. La propia Fonda recuerda la anécdota durante una entrevista que acaba de conceder a W. En estos días la actriz se encuentra promocionando en Cannes una película en donde muestra lo difícil que es envejecer.
Aunque ahora muestra con orgullo sus arrugas y una figura envidiable a sus 77 años, hubo una época en su vida en la que consideró que debía envejecer con gracia. Consciente de los estragos del paso del tiempo, la actriz señala en la entrevista que tuvo una visión: “Quería darle un rostro cultural para las mujeres mayores”.
Jane Fonda: "Me gustaría ser lo suficientemente valiente como para no hacerme la cirugía"
Fonda reconoce que se dejó llevar por esa cultura de tratar de ser joven eternamente: "Me sometí a la cirugía plástica. No estoy orgullosa de ello pero crecí marcada por mi aspecto. Me enseñaron a pensar que si quería ser amada tenía que ser delgada y guapa, y esto lleva a un montón de problemas”, explica. Fonda también habla las intervenciones estéticas a las que se ha sometido: “Me gustaría ser lo suficientemente valiente como para no hacerme la cirugía plástica pero creo que me compré una década."
Con el paso del tiempo, ha aprendido a perder el miedo a envejecer y a aceptarse tal cual es: “Yo soy más mayor ahora y tengo que ser más consciente de mi misma. Cuando uno es joven, puede salirse más con la suya. Siempre he pensado que el ser consciente de uno mismo era negativo. Pero ahora me siento diferente".
La actriz también recuerda sus inicios en el mundo de la interpretación: "Cuando estaba empezando como actriz en Nueva York trabajé como modelo porque necesitaba pagar las clases de actuación, pero no tenía lo necesario para ser modelo. Odiaba todo el énfasis en cómo me veía, y nunca presté mucha atención a la ropa".
Jane está entrando en una nueva etapa de su vida y su carrera, aunque cada vez siente más atracción por la pequeña pantalla: “Desde que llegué a esta edad, he querido trabajar en televisión. Es mucho más indulgente para las mujeres de más edad".
La actriz confiesa que le gustaba Robert Redford y que fue "fabuloso" besarle
La intérprete de Barbarella, que ha estado casada tres veces, asegura que “siempre estuve enamorada de Robert Redford. No pasó nada entre nosotros pero ciertamente fue fabuloso besarle". Jane hizo tres películas con él y no pasó nada porque tal y como ha comentado ya en otras entrevistas, ella estaba casada y él también.
Esta mujer luchadora, activista y comprometida con sus ideales cree que una de mejores cualidades es la “resiliencia”, la capacidad para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas: “Es una cosa muy misteriosa. Cuando estaba empezando me gustaba ir a las audiciones y sabía que muchas de las chicas, la mitad de ellas, eran mucho más hermosas que yo, y la otra mitad tenía mucho más talento pero ninguna de esas mujeres lo hizo. Me pregunto, ‘¿Por qué yo lo conseguí y ellas no?’ Ahora creo que tenía que ver con que la resiliencia. En mis días malos, me digo, 'Fonda, eres resiliente', y nunca he dejado de tratar de mejorar. Ese es mi mantra, y me ha salvado muchas, muchas veces”.
Tras esta entrevista tan personal Jane se muestra encantada y agradecida con la revista W, sobre todo con la portada de esta revista, tal y como ha escrito en las redes sociales: “Ha sido la más bonita de mi vida. Soy la mujer más mayor que ha salido en la portada de W en toda su historia y es la mejor sesión de fotos que he protagonizado nunca”.