No todo en el segmento SUV se limita a modelos prácticos, confortables y eficientes, con la electrificación cada vez más extendida en ellos. Para quienes quieran combinar todo ello con el placer de conducir a buen ritmo en todo tipo de trazados, estos tres modelos destacan no solo por sus mecánicas que rondan los 300 CV, sino por una puesta a punto de sus bastidores que permiten disfrutar de sensaciones verdaderamente deportivas.
Alfa Romeo Stelvio 2.0 Turbo
El Stelvio sigue siendo un Alfa Romeo en toda regla, un modelo que mantiene la esencia de la marca italiana en la puesta a punto de chasis, dirección y motor que le otorgan un punto diferenciador cuando de conducirlo se trata, buscando ofrecer sobre todo unas sensaciones al volante muy particulares y claramente diferenciadas de la mayoría de los SUV.
Es uno de los SUV con más personalidad en su conducción, con un tacto muy diferente de modelos como el Cupra Ateca VZ y el GLG AMG, dos modelos tan deportivos y eficientes como el propio Stelvio, pero “diferentes” en cómo lo hacen.
Y es que resulta sobre todo muy ágil, responde a los movimientos del volante con mucha rapidez y sus reacciones en curva no da la sensación de estar en un SUV, manteniendo luego un confort de lo más razonable de cara a cubrir largos desplazamientos.
Un Stelvio que por fuera lleva ahora una nueva parrilla con un entramado diferente y faros que reproducen el diseño interior de tres módulos de su hermano pequeño el Tonale, además de incorporar tecnología de iluminación matricial con alumbrado selectivo de última generación.
Dentro, ya prescinde del cuadro de instrumentos convencional de tipo analógico y monta una pantalla digital de 12,3 pulgadas similar a la del Tonale buscando un aspecto más moderno, y que permite elegir entre tres diseños gráficos distintos para presentar la información, incluyendo uno que reproduce el diseño de los relojes analógicos de modelos clásicos de la marca.
Pero por encima de todo, el Stelvio Turbo es un SUV especialmente dinámico, que oculta a sus mandos muy bien su peso y tamaño, ideal para disfrutar de una conducción rápida en todo tipo de trazados, incluidos los más virados. La precisión y rapidez de su dirección le hacen entrar en curva con enorme facilidad, manteniendo la trazada con mucho aplomo, poco balanceo de la carrocería y permitiendo cambios de dirección de una curva a otra con mínimo esfuerzo en el manejo del volante, saliendo con rapidez y eficacia gracias a la tracción total.
A cambio no es el modelo más aconsejable si buscas un SUV cómodo para largas distancias porque la suspensión tiene un ajuste firme, aunque tampoco resulta incómodo con el que viajar suponga un problema. Además, sus dimensiones interiores le confieren un habitáculo amplio en sus plazas traseras, donde dos adultos se acomodan sin problemas y con un maletero de 525 litros.
Un SUV muy dinámico, menos radical en su puesta a punto de chasis que el Ateca VZ o el GLB AMG, que se acompaña de un motor 2.0 Turbo de 280 CV, un bloque de gasolina de cuatro cilindros que no ofrece el carácter de aquellos, sobre todo por un sonido un tanto “apagado” para tratarse de una versión deportiva y que no empuja desde abajo con la inmediatez que cabría esperar. Requiere estar siempre por encima de las 4.000 vueltas para sentir su fuerza, pero por debajo de ese régimen no es muy brillante.
El cambio automático funciona con rapidez y al menos es fácil mantener esos altos regímenes de giro cuando buscas una conducción deportiva, pero requiere estar atentos para no dejarlo caer y disfrutar de ese empuje propio de sus 280 CV. De cara a viajar, la suave respuesta del conjunto motor/cambio hace fácil moverse a buenos ritmos en carreteras y autovías.
Los consumos, en estas condiciones de largos kilometrajes a ritmos sostenidos, se mueven manteniendo ritmos de marcador de 130-140 km/h en unos 9,5 l/100 km de media. No es una cifra baja en términos absolutos, pero para un SUV de las dimensiones y potencia del Stelvio se puede considerar normal.
FICHA TÉCNICA:
VERSIÓN Stelvio 2.0 Turbo Veloce Q4; MOTOR Gasolina, 4 cilindros, turbo; CILINDRADA 1.995 cm3; POTENCIA MÁXIMA 280 CV a 5.250 rpm; PAR MÁXIMO 400 Nm a 2.250 rpm; CAMBIO Automático de 8 vel.; VELOCIDAD MÁXIMA 230 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 5,7 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 9,6 l/100 km; AUTONOMÍA 660 km; DIMENSIONES 4.687 / 1.903 / 1.693 mm; NEUMÁTICOS 255/45 R 20; PESO 1.755 kg; MALETERO 525 l; PRECIO 71.000 €
Cupra Ateca VZ
Fue el primer modelo de Cupra como marca propia, un Ateca que en esta versión VZ con 300 CV ofrece todo el potencial necesario para disfrutar de una conducción excitante, pero sin llegar a ser un SUV radical en sus reacciones, manteniendo como el Stelvio un buen equilibrio entre deportividad y confort, quizás algo más logrado en el caso del Cupra.
Un Ateca VZ que monta un motor de cuatro cilindros y 2 litros de cilindrada con 300 CV, caja automática DSG de doble embrague y 7 velocidades y tracción a las cuatro ruedas. Sus cifras, 245 km/h de velocidad máxima y un 0 a 100 km/h en 5,2 segundos.
Si a ello le unimos los ajustes en el chasis propio del departamento Sport de la marca española, el resultado es un SUV que conquista por su facilidad para ir rápidos en cualquier tipo de trazados, sin la viveza y agilidad del Stelvio, pero con un grado de confianza a sus mandos que permite moverse a muy altos ritmos con menos exigencia.
A sus mandos destacan los asientos deportivos tipo bacquet y las levas de cambio del volante algo más grandes ahora, que permiten “encajarte” en el puesto de conducción, sintiendo que todo está bajo control. También es cómodo a la hora de viajar, y detrás, aunque no tan amplio como el Stelvio, dos adultos viajan sin problemas de falta de espacio y el maletero se queda algo por debajo de los 500 litros.
Al ponerlo en marcha, el sonido no es tan apagado como el del Stelvio Turbo, pero tampoco ofrece la personalidad del motor AMG del GLB, un sonido que no delata de entrada el potencial que luego ofrece. Empuja con mayor intensidad desde abajo que el Stelvio, pero siempre de una forma muy progresiva que no intimida a medida que sube de vueltas.
Parece que no es tan rápido como de verdad sí lo es, porque si juegas además con el cambio en modo manual y activas el modo de conducción más deportivo (Cupra), sientes como te mueves a muy alto ritmo entre curvas, acelerando con intensidad entre una y otra, con unos frenos que hacen muy bien -y muy fácil- su trabajo y un chasis que acompaña con sus reacciones fáciles que permiten sacar todo el partido a los 300 CV sin vernos sobrepasados.
La suspensión sujeta bien la carrocería, que balancea muy poco, y además no resulta incómoda a los ocupantes. El equilibrio que se ha logrado es sin duda muy bueno, ofreciendo la suspensión tienen distintas configuraciones de dureza que se seleccionan desde el mando giratorio que hay entre los asientos.
Unas prestaciones y un rendimiento del motor que lógicamente se resienten en forma de unos consumos que no son bajos, sobre todo cuando aprovechas el potencial que atesora. Sólo manteniendo ritmos sostenidos, en viajes de largas distancias, puedes lograr cifras algo contenidas, ligeramente por debajo de los 9 l/100 km, para disfrutar de una autonomía que no es fácil llegar a superar los 600 kilómetros.
FICHA TÉCNICA:
VERSIÓN Ateca VZ 2.0 TSI DSG-7 4Drive; MOTOR Gasolina, 4 cilindros, turbo; CILINDRADA 1.984 cm3; POTENCIA MÁXIMA 300 CV a 5.300 rpm; PAR MÁXIMO 400 Nm a 2.000 rpm; CAMBIO Automático doble embrague de 7 vel.; VELOCIDAD MÁXIMA 250 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 4,9 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 8,8 l/100 km; AUTONOMÍA 620 km; DIMENSIONES 4.386 / 1.841 / 1.599 mm; NEUMÁTICOS 245/49 R 19; PESO 1.628 kg; MALETERO 485 l; PRECIO 50.700 €
Mercedes-AMG GLB 35
La gama GLB tiene su máxima expresión en este 35 AMG, un SUV algo más radical en su puesta a punto y en las sensaciones que transmite que el Stelvio o el Ateca VZ, pero que no llega a condicionar su utilización en el día a día o a la hora de viajar.
Ahora ofrece además una estética algo más agresiva y deportiva con unos nuevos faros más estrechos y equipados con tecnología «LED MultiBeam» que acompañan a una revisada parrilla y un paragolpes remodelado, especialmente el área de las tomas de aire.
Pero la gran diferencia respecto a los SUV de Alfa Romeo y Cupra está en su tecnología MHEV de 48V, que Mercedes ha incorporado en los motores de gasolina de la gama GLB incluyendo este AMG de carácter tan deportivo. Cuenta con un motor eléctrico de 16 CV que aporta un pequeño extra de potencia en la fase de aceleración que se suman a los 306 CV que sigue ofreciendo el motor de 2.0 litros turbo de cuatro cilindros.
Un dispositivo con el que reduce las vibraciones del sistema Start & Stop y que, además, recupera energía en frenadas y en el modo de conducción «ECO», ofreciendo unas prestaciones muy elevadas, que se transmiten al suelo a través del cambio automático de 8 velocidades con doble embrague «AMG SPEEDSHIFT DCT 8G» y del sistema de tracción total «AMG Performance 4MATIC».
El resultado, un SUV que en su conducción diaria en el entorno urbano se beneficia de una respuesta muy agradable a baja velocidad ofreciendo además unos consumos más contenidos, que también lo son a la hora de viajar a ritmos más o menos tranquilos y sostenidos. Otra cosa es cuando aprovechamos el modo de conducción Dynamic, que nos permite sacar todo el potencial de los 306 CV, con una respuesta que parece algo más intensa fruto de un sonido más acorde con un motor deportivo.
La potencia fluye desde bajo régimen con progresividad y con un empuje más intenso en la zona alta del motor estirando por encima de las 6.000 vueltas con mucho carácter, pero la puesta a punto del bastidor digiere con mucha eficacia los 306 CV que la tracción total hace que se transmitan sin pérdidas acusadas de motricidad.
La dirección rápida y precisa con un tacto muy directo hace fácil llevar al GLB AMG de curva en curva, con mucho aplomo en apoyos fuertes y una gran facilidad para mantener la trazada y disfrutar de un paso por curva muy rápido con una sensación de mucho control. La conducción fluye a alto ritmo con sencillez, transmitiendo mucha confianza en sus reacciones y manteniendo un razonable confort si de viajar se trata.
Los consumos no son bajos, pero tampoco se disparan en una conducción normal, y puedes viajar con medias algo por encima de los 9 l/100 km para una autonomía que permite acercarte a los 600 kilómetros sin demasiada dificultad.
FICHA TÉCNICA:
VERSIÓN AMG GLB 35 4Matic ; MOTOR Gasolina, 4 cilindros, turbo; CILINDRADA 1.991 cm3; POTENCIA MÁXIMA 306 CV a 5.800 rpm; PAR MÁXIMO 400 Nm a 3.000 rpm; CAMBIO Automático doble embrague de 8 vel.; VELOCIDAD MÁXIMA 250 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 5,5 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 9,7 l/100 km; AUTONOMÍA 610 km; DIMENSIONES 4.650 / 1.835 / 1.665 mm; NEUMÁTICOS 235/50 R 19; PESO 1.820 kg; MALETERO 570l; PRECIO 73.600 €
