Las pruebas se llevaron a cabo por un grupo de investigadores de la Universidad de Virginia Occidental (EEUU), que realizaron diferentes rutas con cinco características diferentes de conducción, desde urbanas hasta rurales. Las emisiones de óxido de nitrógeno del Jetta TDI fueron entre 15 y 35 veces superiores a los límites establecidos por la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) de EEUU. En lo referente al Passat, las emisiones fueron entre 5 y 20 veces superiores, mientras que en el caso del modelo de BMW, las emisiones estuvieron dentro de los parámetros de EPA.
Sin embargo, las emisiones de los vehículos de Volkswagen cuando el automóvil estaba estacionario se situaban en los límites de las normativas. La información obtenida por los investigadores sobre las discrepancias fue remitida en 2014 a las autoridades estadounidenses, tanto a la EPA como a la Agencia de Protección Medioambiental de California, que iniciaron sus propias investigaciones.
Según los investigadores, la única respuesta a estas discrepancias es el software que hoy en día está instalado en todos los vehículos para controlar el funcionamiento de sus motores. El software detectaría cuando el vehículo está siendo probado para determinar sus emisiones y activaría un ciclo del motor que reduce las emisiones de óxido de nitrógeno, un gas que es responsable del humo y contaminación de las ciudades.
Los investigadores no saben si el software detecta la falta de movimiento del volante o la desconexión del sistema de control de tracción, dos circunstancias que se producen cuando los vehículos son sometidos a pruebas estacionarias de emisiones.