Desde hace unas semanas, Pedro Sánchez ha incorporado a la relación de las virtudes que se auto atribuye la de ser un gran gestor económico blandiendo envalentonado el éxito, pretendido, que ha obtenido su Gobierno en la gestión de la economía española. Como no podía ser de otro modo, el supuesto éxito es también proclamado por todos sus colaboradores y estudiadamente propagado por los juglares mediáticos del sanchismo. Parece claro que el objetivo es desdibujar la historia económica de nuestra reciente etapa democrática en la que, como hecho demostrado, ha sucedido que cada vez que la izquierda ha perdido el poder ha dejado la economía española hecha unos zorros, desastre que ha tenido que arreglar el Gobierno de la derecha que le ha sucedido. Así ocurrió tanto en 1996 cuando José María Aznar sustituyó a Felipe González como en 2011 cuando Mariano Rajoy hizo lo propio con Rodríguez Zapatero y sin duda así ocurrirá cuando Alberto Núñez Feijóo sustituya a Sánchez.
Los sanchistas se refugian en el burladero que suponen los dos desgraciados acontecimientos acaecidos en los últimos años: la pandemia y la invasión de Ucrania.
El objetivo de esta nueva campaña de Sánchez y de los suyos se ve favorecida por la multiplicidad de indicadores económicos existentes, lo que permite a la propaganda sanchista utilizar torticeramente en cada momento aquel que consideran más favorable para sus intereses intentando tapar el que les perjudica. Así, cuando la inflación interanual estaba desbocada, hemos visto a Sánchez presumir de cómo la intermensual estaba bajando. Cuando ésta sube, Sánchez presume de la escasa disminución de la subyacente. Cuando el importe de la deuda pública alcanza mes a mes un nuevo máximo histórico, Sánchez presume de su ligero descenso en relación con el PIB. Cuando el exceso de nuestra brecha fiscal crece en relación con los países de nuestro entorno, Sánchez presume de haber reducido la tasa de desempleo obviando que la reducción es fruto casi exclusivo del maquillaje estadístico provocado por la contra reforma laboral. Cuando se programan trenes que no caben por los túneles, Sánchez presume de subvencionar el coste del transporte a los viajeros. Cuando se conoce que hemos tardado más de dos años en recuperar el PIB previo al shock pandémico, Sánchez presume de las previsiones de su futuro crecimiento. Cuando el déficit público es un 60% superior al previo a la pandemia, Sánchez presume de haberlo reducido levemente en el último ejercicio. La verdad, hay que saberle reconocer que es un gran trilero. En eso no le gana nadie. Y, sobre todo lo anterior, para contestar las posibles críticas sobre el mal comportamiento de cualquier variable económica, Sánchez y los sanchistas se refugian en el burladero que suponen los dos desgraciados acontecimientos acaecidos en los últimos años: La pandemia y la invasión de Ucrania.
Con objeto de desnudar el juego sucio sanchista, propongo al lector un sencillo ejercicio de clarificación que permite valorar de manera clara y nítida el resultado obtenido por Sánchez en la gestión de la economía española. Para ello, debe aceptarse que la finalidad última de la gestión económica de un Gobierno es propiciar el aumento de bienestar de los residentes en su país y que el indicador sintético apropiado para medirlo es la renta per cápita. Compartido lo anterior, basta con leer el reciente informe publicado por el Banco de España para comprobar hasta qué punto es incierta la calificación de exitosa con la que Sánchez valora a su gestión económica.
Si antes nuestra renta media era el 87% de la existente en la Unión Europea, ahora es tan solo el 83%. Las matemáticas no mienten
En efecto, según el reseñado informe, en 2019 la renta media de los españoles era inferior en 13 puntos porcentuales a la de los europeos. Pues bien, en la actualidad la diferencia ha aumentado hasta 17 puntos. Expresado de otro modo, si antes nuestra renta media era el 87% de la existente en la Unión Europea, ahora es tan solo el 83%. Las matemáticas no mienten y los datos expuestos demuestran que la gestión económica del Gobierno Sánchez ha sido, es, peor que la realizada en los países de la Unión Europea. Ergo, en comparación con los europeos, Sánchez nos ha empobrecido. Además, por tratarse de un ejercicio comparativo, el sanchismo no puede utilizar como excusas a la guerra y a la pandemia. Ambas circunstancias han afectado también al resto de los países, pero su gestión económica ha sido mejor que la nuestra. En términos comparativos, mientras los europeos se han enriquecido, Sánchez nos ha empobrecido.
Visto lo expuesto, ¿de dónde sacan Sánchez y su tropa política y mediática que el Gobierno ha gestionado bien la economía? Está claro, de la manipulación en el uso de los datos y, en ocasiones, de manipular los propios datos. Pueden decir lo que quieran, cuanto, cuando y donde quieran, pero el dato objetivo es demoledor: Con la gestión económica de Sánchez la renta per cápita de los españoles se ha alejado de la europea. Ese es el resultado global de su "brillante" gestión económica.
Kj26
Sanchez engaña y miente con desparpajo, nadie se atreve a contradecirle. Cada día prepara unos titulares para que los medios los difundan como verdades absolutas. Normalmente los medios que desean sean ser tratados bien por las subvenciones no las cuestionan, sino todo lo contrario las embellecen. Calviño hace lo mismo, lo que no se es si los titulares los hace ella o se los hacen en Moncloa. A veces da la sensación que no se los cree. No así Sanchez que como no debe entender de nada, se cree las cifras que sus asesores le preparan con la intención de ocultarle la realidad. Por eso no comprende como tan buen gestor es abucheado allá donde se presenta. Sus asesores le dicen que son cuatro sobresaltados pagados por la oposición y a vivir. Esta es una razón para no ver los telediarios. Son un mecanismo de lavado de cerebro permanente. Repiten sin parar: España va bien, España va bien. La realidad puede ir por otro lado, pero nos tocará descubrirla por nuestra cuenta al ir al mercado, o al ambulatorio, o las oficinas de la seguridad social, a la gasolinera, o al ver los recibos al gua o la luz. Sanchez está hipotecando España, demasiada deuda sin PIB que lo justifique. Y dicen que uno de cada tres españoles volverá a votarlo, no lo entiendo. Deben estar abducidos o han tomado algún brebaje que les ha trastornado el entendimiento. Lo malo es que nos arrastran a los demás.
Norne Gaest
"¿De donde sacan Sánchez y su tropa política y mediática que el Gobierno ha gestionado bien la economía? - se pregunta el Sr. Ruiz Jarabo desde su sapiencia en el tema. ¿Y tú lo preguntas? ¡Pues desde el la profesionalidad en el engaño y la manipulación, por supuesto!. Es lo que hoy permite sobrevivir y medrar a la izquierda! La izquierda dejará hecha unos zorros la economía española, cada vez que se les echa del poder (y todo lo demás, ya puestos), pero Sánchez no es un consumado trilero por casualidad. No, sino que viven de eso, de embaucar a votantes que creen votar progreso cuando los votan. Y, puestos a reconocer las cosas, es indudable que en esto, en la propaganda, son consumados maestros.