Hay pocos Cayetanos en España. Concretamente 7.760, según los datos del padrón recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Cayetano ocupa el puesto 306 en la lista de nombres más frecuentes. Es más común llamarse Mohamed, Jordi, Ahmed o Mikel.
Es incluso más raro llamarse Cayetano en Madrid. Hay solo 697 en toda la Comunidad. Muy lejos de los 67.058 personas inscritas como Antonio en el Registro Civil. El primer nombre en Madrid y en toda España es Antonio. La provincia con más Cayetanos es Sevilla y la segunda, si se compara su número con el total de habitantes, Cádiz.
Pero los Cayetanos de España son un símbolo; algo así como el Keyser Söze (léase kaiser sosé) de Sospechosos habituales. Es un fantasma que agita la izquierda contra los ricos gracias al éxito desbordante de la canción de Carolina Durante. En el vídeo impagable de Todos mis amigos se llaman Cayetano la casa del grupo no está en el barrio de Salamanca. Más bien parece La Moraleja.
Mensaje de Podemos a Cayetano
Pero a Roberto Sotomayor, campeón de Europa (indoor) de Atletismo y candidato de Podemos a la Alcaldía de Madrid, le ha parecido buena idea dedicar una lona a los Cayetanos en este distrito de la capital. Con la estadística que maneja el INE, es posible que en todo Salamanca viva un Cayetano a lo sumo. Quizá, ninguno. Sabemos que en el barrio de Salamanca vivía Pablo Echenique. Pero se mudó hace relativamente poco tiempo.
Sotomayor dice que Almeida ha tenido dedicación exclusiva a los Cayetanos en estos cuatro años. Debe ser que los ministros de Podemos se han pasado el día en las Tres mil viviendas, no viajan en Falcon, no desayunan en el Ritz y viven en Pan Bendito.
La sobredosis de lonas políticas en estas elecciones del 28-M es ridícula. Y no sólo afecta a Podemos. Vox y Ciudadanos también han tirado de este recurso. El PP, en menor medida. Y el PSOE, que recurrió a las lonas con Gabilondo hace dos años, las ha guardado en el cajón visto el escaso éxito.
Todos quieren imitar la icónica lona de Joan Laporta frente al estadio Santiago Bernabéu, pero les falta imaginación y clase. El dineral que se han gastado en estos espacios publicitarios a cambio de tres titulares es posible que no compense y que, desde luego, no dé un solo voto. Se los dio seguramente a Laporta en las elecciones a la presidencia del FC Barcelona. Pero es que la lona de Laporta tenía clase. No se metía con nadie. "Ganas de volver a veros". Una maravilla.
Hay elementos comunes en las campañas diseñadas para este ciclo electoral que arranca con las municipales y autonómicas, seguirá en las generales de final de año y culminará con las europeas del 2024. Poco protagonismo de los candidatos -salvo excepciones-, música original más o menos con sentido pero pegadiza -Ganas de Madrid con ganas-, y mucha apelación a los sentimientos a través de anuncios que son pequeños cortos.
Es ver el cartel de Sotomayor y, verdaderamente, dan ganas de salir corriendo.
Grossman
Esa es la miserable gloria de este Sotomayor, que de luces debe andar corto, ir al barrio de Salamanca, provocar a los ricos y, luego, no hubo nada. Sotonada el 28 desaparecerá del mapa, hizo su tontada y se acabó. Yo de él correría, correría sin sentido, como Forrest Gump, no te enfrasques es otras cosas porque no das más de sí.
Urenga
Es curioso. Cayetano era el nombre de un tractorista que conocía en el pueblo de mi familia materna. Como era el único Cayetano que conocía, hasta ya bien mayor siempre asocié inconscientemente ese nombre con el ámbito rural y del trabajo en el campo. Nunca habría imaginado que Cayetano pudiese llegar a tener exactamente las connotaciones opuestas. Por cierto, Ramón era otro nombre con idénticas circunstancias.