Dentro de diez años, el 1 de enero de 2034, deberíamos estar a punto de abandonar para siempre los vehículos de combustión interna. Esos son los planes de los gobiernos de buena parte del mundo, con los europeos a su cabeza y algunos estados como California siguiéndoles muy de cerca. Se han fijado 2035 como un año fetiche para que la transición esté completada. Diez años no es mucho tiempo para semejante empresa. En el mundo hay unos 1.500 millones de vehículos, casi todos de combustión interna. Dentro de una década, buena parte de esos vehículos seguirán ahí, pero ya no se podrán vender nuevos en los principales mercados. Para entonces las grandes compañías automotrices deberán tener toda su gama electrificada y este tipo de vehículos copará las matriculaciones.
Eso debería ser el futuro, pero el futuro no lo conoce nadie. A lo más que llegamos, y de forma fragmentaria, es a conocer el pasado y el presente. El presente es que, en 2023, el mercado de los vehículos eléctricos se ha enfriado por una serie de razones, la principal es que los consumidores, que hace un par de años estaban entusiasmados con la transición, hoy prefieren tomárselo con más calma. Esto no significa que la electrificación haya fracasado, al contrario, seguramente siga adelante porque hay ya mucho dinero invertido en ello y porque los gobiernos del mundo están empeñados en reducir las emisiones de CO2. En el caso del transporte eso pasa por ir renovando la flota mundial de vehículos hasta que se convierta en 100% eléctrica.
Lo que se busca es eliminar las emisiones en circulación, lo cual no es una mala idea, especialmente en las ciudades, pero no nos hagamos trampas en el solitario, cualquier actividad humana salvo respirar tiene impacto medioambiental
Aquí hay que recordar algo importante que suele pasar desapercibido cuando se habla de los vehículos eléctricos como vehículos limpios, o vehículos cero como se les llama en España. Los vehículos eléctricos no emiten ni CO2 ni gases contaminantes cuando circulan, de ahí lo de cero (cero emisiones), pero su fabricación sí que emite CO2 y, dependiendo del mix eléctrico, la electricidad de sus baterías también ha podido emitir CO2 si ha sido generada con gas, carbón o fuelóleo. Así que lo que se busca es eliminar las emisiones en circulación, lo cual no es una mala idea, especialmente en las ciudades, pero no nos hagamos trampas en el solitario, cualquier actividad humana salvo respirar tiene impacto medioambiental.
La conocida como movilidad eléctrica no ha hecho más que crecer en los últimos diez años, con mucha fuerza en los últimos cinco. Hoy las ciudades, al menos las del primer mundo, están llenas de vehículos eléctricos de todo tipo: desde automóviles hasta motocicletas pasando por patinetes, camionetas de reparto o autobuses urbanos. Esa transformación paulatina la hemos visto con nuestros propios ojos. Hace diez años un autobús eléctrico era una rareza, algo que llamaba la atención a los viandantes. Hoy, en muchas ciudades, son habituales: en Madrid, el 11% de la flota de la EMT es eléctrica, el 89% restante es de gas natural comprimido. Hace 25 años estaba en su práctica totalidad compuesta por vehículos diésel. Algo parecido sucede con taxis, vehículos de transporte con conductor (Uber, Cabify etc) e incluso turismos privados. Es común ver eléctricos, subirse en ellos e incluso poseer uno. Hace 25 años no había un solo vehículo eléctrico más allá de los cochecitos de golf y las carretillas elevadoras.
Estamos en plena transición. Esto es un hecho, no una opinión. La cuestión es cuán larga será y el coste que supondrá. Los políticos del mundo desarrollado quieren que se realice rápido, en apenas una década. Sin nuevos vehículos de combustión saliendo de las fábricas será cuestión de tiempo que los eléctricos ocupen todo el espacio y que, en cuestión de 20 o 30 años nos resulte extraño oír el rugido de un motor de explosión al arrancar. Ese escenario está aún muy lejano. Un vehículo bien cuidado puede durar muchos años, un par de décadas sin problemas. Tiene, además, que darse la circunstancia de que no haya posibilidad de renovarlo porque nadie los fabrica, algo similar a lo que sucedió con las locomotoras a vapor cuando empezó a mediados del siglo XX a imponerse la tracción diésel en los ferrocarriles. Las primeras locomotoras alimentadas por gasóleo empezaron a prestar servicio en los años 20, pero hasta bien entrados los 70 no sustituyeron del todo a las de vapor, que quedaron relegadas a trenes turísticos.
Algunos fabricantes están repensando el optimismo que les movía hace dos o tres años cuando anunciaron a bombo y platillo grandes planes que incluían el abandono de la combustión interna en un plazo muy corto de menos de 15 año
Seguramente con los turismos, las motocicletas, los camiones y los autobuses suceda algo parecido, pero para eso hace falta tiempo. A diferencia de lo que sucedió con los ferrocarriles, en el mundo hay muchos más turismos o camiones que locomotoras, luego la transición será necesariamente larga. Hay que sustituir 1.500 millones de vehículos de combustión interna por otros de tracción eléctrica u otras alternativas sin emisiones como el hidrógeno. El desafío es mayúsculo y, aunque los gobiernos insisten trazando planes muy ambiciosos, lo cierto es que el mercado automovilístico mundial se sostiene sobre grandes corporaciones privadas que no pueden permitirse el lujo de perder dinero durante mucho tiempo porque de lo contrario tendrían que presentar la quiebra y desaparecer.
Esa es la razón por la que algunos fabricantes están repensando el optimismo que les movía hace dos o tres años cuando anunciaron a bombo y platillo grandes planes que incluían el abandono de la combustión interna en un plazo muy corto de menos de 15 años. Con ello pretendían, al mismo tiempo cumplir, con las cada vez más exigentes regulaciones medioambientales y tratar de ponerse en el lado bueno de la historia, algo importante para una industria que es objeto habitual de recriminaciones y censuras por la contaminación que emiten sus productos.
Con el año que acaba de terminar finaliza también esa luna de miel. Algunos fabricantes se están cuestionando apostarlo todo tan pronto, más aún cuando la base de su negocio sigue siendo la venta de vehículos con motores de explosión y les ha aparecido en el horizonte una competencia feroz por parte de empresas chinas que hace un cuarto de siglo ni siquiera existían. El principal fabricante de vehículos eléctricos de todo el mundo, la china BYD, que tiene el 18% de la cuota de ventas mundial, fue fundado en 2003 y empezó a fabricar eléctricos en 2008. Frente a ese 18% Volkswagen ronda el 4%. La comparación entre ambas empresas hace palidecer a la alemana. En el primer semestre de 2023 BYD vendió en todo el mundo 1,2 millones de automóviles eléctricos, Volkswagen sólo 209.000.
En España, sólo el 5% de los turismos matriculados hasta noviembre eran de propulsión eléctrica pura, el resto de gasolina, gasoil, gas natural o híbridos
La competencia china, algo que los fabricantes occidentales ignoraban hace unos años, ha irrumpido con tal fuerza que hoy la mayor parte de vehículos eléctricos e híbridos enchufables son de fabricación china. A ello no es ajeno que China sea también el mayor mercado del mundo para este tipo de automóviles. Por sus carreteras circulan más de 11 millones de vehículos eléctricos frente a los 2,5 millones de EEUU, el millón de Alemania, el medio millón del Reino Unido o los 350.000 de España. Tanto en China como en Europa o EEUU hay demanda de automóviles eléctricos. Todo el que en los últimos cuatro años haya querido cambiar de vehículo se ha planteado un eléctrico. Son varias cosas las que le han frenado si al final se ha decantado por el de combustión interna, que, a la luz de los datos, ha sido lo más corriente. En España, sólo el 5% de los turismos matriculados hasta noviembre eran de propulsión eléctrica pura, el resto de gasolina, gasoil, gas natural o híbridos. Muchos lo han pensado, pero pocos han terminado comprándolo. Eso no es lo que tenía planeado el Gobierno, la Comisión Europea y los fabricantes.
Para que el grueso de los compradores se decida por un eléctrico, algo que, según lo planeado debería suceder en los próximos diez años, han de suceder antes varias cosas que aún no han sucedido. Por un lado, la infraestructura de carga debe mejorar sustancialmente. Hacer un viaje de más de 300 kilómetros en un vehículo eléctrico es una odisea. Hay pocas estaciones de carga y a menudo las que aparecen en los mapas no están disponibles o se encuentran ocupadas, lo que prolonga el viaje. Por otro las baterías tienen una autonomía muy limitada. El modelo promedio tiene una autonomía de unos 250 kilómetros en condiciones normales. Si se enciende el aire acondicionado, la calefacción o hace mucho frío esa autonomía se reduce sensiblemente. 250 kilómetros es perfecto para un uso urbano o para desplazarse por el área metropolitana, pero se queda muy corto para viajes más largos.
Las marcas, en definitiva, no han conseguido dar con la tecla adecuada: un vehículo barato, fiable y con prestaciones aceptables, un vehículo del pueblo como los que hicieron famoso a Ford y Volkswagen
Por último, el precio. Los vehículos eléctricos son más baratos que hace unos años, pero siguen siendo caros. Un Opel Corsa de gasolina cuesta en España en torno a los 18.000 euros, la versión eléctrica ronda los 36.000. Un Fiat 500 de gasolina ronda los 17.000 euros, el eléctrico los 31.000. Un Peugeot 208 de gasolina viene a costar unos 20.000 euros, el e-208 sale por 35.000. En los tres casos la versión eléctrica dispone de una autonomía muy pequeña, unos 200 kilómetros, de 300 en el caso del Peugeot, muy por debajo de lo que ofrecen sus versiones de combustión. Las marcas, en definitiva, no han conseguido dar con la tecla adecuada: un vehículo barato, fiable y con prestaciones aceptables, un vehículo del pueblo como los que hicieron famoso a Ford y Volkswagen y que luego copiaron el resto de los fabricantes. Europa y Estados Unidos se motorizaron gracias a modelos como el Ford T, el Volkswagen Escarabajo, el Citroën 2CV, el Renault 4-4, el Fiat 500 o el Seat 600. Eran todos muy económicos lo que posibilitó que millones de peatones se convirtiesen en conductores… o en “seatones” como se decía en España.
Es ahí donde han entrado los chinos, a cubrir ese segmento al que la industria europea no consigue llegar, aunque lo intenta con modelos nuevos o derivados de los de explosión. En los próximos años veremos si son capaces de desarrollar ese modelo que convenza a todos, pero eso sí, esta vez no tratan de captar peatones, sino conductores acostumbrados a un precio y unas prestaciones que, como mínimo, tendrán que igualar.
Kj26
1. A quien reclamamos si después de arruinarnos pasando al coche eléctrico, el clima sigue su proceso y no cambia. 2. Quien ha diseñado la estrategia climática en Europa entregando la llave de la fabricación a los Chinos?Nos llevan 10 años de adelanto y se han asegurado el control de las tierras raras necesarias para las baterías. Pero estrategia imposible.
esperanzado2023
Magnífico artículo pero echo en falta la hipocresía de los políticos que se ponen en la solapa el pin 20-30 y sin embargo cogen El Falcon para ir de Coruña a Santiago de Compostela o se inventan una visita a una fábrica en Murcia un domingo para justificar el desplazase en Falcon. Esos políticos que gastan combustibles fósiles a nivel de despilfarro, han destrozado el tráfico creando carriles bicis donde no se puede y promoviendo el uso de patinetes cuyos conductores no llevan chaleco reflectante ni mucho menos casco y encima su uso no está legislado y provocan muchos accidentes.
Antonia Tobajas
" cualquier actividad humana salvo respirar tiene impacto medioambiental" En realidad respirar es una actividad humana que tiene un enorme impacto medioambiental, pues emite ese mismo CO2 que, según nuestr@s expert@s, es el grandísimo responsable del "cambio climático".
CAYMAN
El tema tiene un componente ideológico, es la agenda 20-30, los eléctricos serán para la élite, el pueblo vil y canalla, cuando se prohíba el diésel y gasolina, irá en bus, en tren o en patinete. Es una forma de someter a los pobres, que somos mayoría, con el cuento-timo del "cambio climático". También están detrás de quitarnos el papel moneda, para tenernos sometidos y controlados, al final Orwell se quedó corto.
Grossman
Veo lógico que ante un problema occidente planifique una solución, es lógico ser ambicioso y poner un plazo que impulse el cambio, no pasa nada si después hay que ampliarlo. La forma de impulsar es mediante los impuestos, se grava mucho el uso de combustible y se exime de impuestos al eléctrico. Hay un aspecto que no se habla y es que miles de gasolineras desparecerán en unos años, hay coste, por eso ponen enchufes en gasolineras pero no funcionan, más bien por boicot a una competencia que les perjudica. El problema chino no es solo del vehiculo eléctrico sino de la industria occidental en general, poner en manos de Chaina el 90% de nuestro consumo tanto de productos industriales como sanitarios o de tierras raras es un disparate, es poner en manos de un tirano, Xi Jinping, nuestro futuro. Occidente deberá garantizar como mínimo un 50% de producción propia y la forma de hacerlo es, una vez más, con impuestos. Estamos ante uno de los cambios más importantes de la historia y debemos actuar con inteligencia.
AliasJosechus
Si de verdad todo fuera cuestión de nuestra huella de carbono, los primeros en dar ejemplo deberían ser los poderosos, sean políticos, juristas, empresarios, artistas,... y esto no se ve por ningún lado porque son los que más consumen, más viajan, más veces cambian sus veces, sus casas, sus vestuarios, etc Además lo hacen en escalas de varios de cientos y miles de veces lo que una persona media en occidente, porque si lo comparamos con tercermundo sería decenas de miles de veces más huella de carbono. Es todo un parece y encima quieren que paguemos la cama
Sin_Perdon
La gran estafa del vehículo eléctrico. Esa transición no responde a las necesidades del mercado, responde a imposiciones ideológicas y, por ello, está llamada a fracasar. La comparación con las locomotoras no viene al caso. En este caso era por una mayor EFICIENCIA, RAPIDEZ, AUTONOMIA. Justo lo contrario de lo que sucede con un vehículo eléctrico. He estado mirando vehículos para adquirir en fechas muy próximas. Incluso miré un modelo de eléctrico que me gustaba, pero lo he terminado descartando por los numerosos inconvenientes que presenta este tipo de vehículo y que, pese a la propaganda, siguen sin resolverse (sin mencionar que la batería debería ser cambiada a los 10 años y actualmente supone LA MITAD del valor de un vehículo). Otra cosa que he encontrado es que ya no se ofrecen vehículos diesel. Claro, luego vienen esas "noticias" de que se venden más coches "electrificados" (la gran mayoría de gasolina con una pequeña batería, conocidos como "híbridos") que diesel. No es difícil que esto suceda si muchas marcas ya no fabrican diesel. Es como si dijéramos que se venden más coches electrificados que de carbón. Por otro lado no deja de sorprender como se trata el global terrestre como si todo fuera Europa. Sales de nuestra burbuja de cristal y ves que toda esta fiebre del vehículo eléctrico no existe en la mayor parte del planeta, Africa, Sudamérica, Oceanía, Asia excepto China, Japón o Corea del Sur. En la inmensa mayoría de países esta discusión no existe porque el eléctrico ni está ni se les espera. Y que no son contaminantes.... A ver de donde sale la energía eléctrica que los mueve. Si, en gran parte de quemar carbón, gas o petróleo. Que no nos mientan más, por favor.
vallecas
Las emisiones de CO/2 es la excusa no la causa. Los motores de explosión contaminan 30 veces menos a que hace 20 años. Se podía haber seguido la línea de menos emisiones y captaciones. Esto es un asunto político, esto va de no depender del Petróleo, esto va del "lobby" de la renovables. Sólo la arrogancia de los fabricantes Alemanes han permitido que fabricantes Chinos (manda "güevos") copen las ventas de coches (eléctricos). Dudo que alguna vez me compre un coche eléctrico, un Chino, Jamás.
RafaR
El coche eléctrico sólo puede prosperar e imponerse si se subvenciona, se impone o si se desarrolla una nueva tecnología para las baterías (que amplíe su capacidad de almacenamiento y/o disminuya drásticamente su tiempo de carga y/o disminuya drásticamente su coste).
E1958
El autor vaticina que el automóvil familiar y particular será sustituido por el transporte público y el coche compartido. Es exactamente a donde nos quieren llevar, a la reclusión y empobrecimiento de la clase media de manera que, de nuevo, como en siglos pasados, el automóvil sea un privilegio de las élites.
E1958
Solo en España hay unos 23 millones de vehículos con motor de combustión. Si todos ellos tuvieran que ser 100% eléctricos no tendríamos capacidad de generación, transporte y distribución para atender su demanda. Las inversiones y obras necesarias tardarían muchas décadas en ser llevadas a cabo. Evidentemente el precio de la electricidad se pondría por las nubes y las subvenciones serían imposibles.
E1958
El coche eléctrico a baterias es un sin sentido. La densidad de energía de las baterías es muy reducida, haciendo que gran parte de la energía que proporcionan se pierda en desplazar su propio peso que se mantiene constante a lo largo de todo el trayecto.. Las pérdidas en el proceso de generación y transporte de la energía eléctrica y la posterior carga de la batería son muy elevadas.
SAPIENS
"cualquier actividad humana salvo respirar tiene impacto medioambiental" No es cierto, los humanos como todos los animales inspiramos oxígeno que usamos para generar energía y eliminamos CO2, al contrario que las plantas que usan C02 y agua para producir materia orgánica (azúcares) y oxígeno. 1. No criminalicemos al C02 es fundamental para la vida en la tierra y su papel como principal gas con efecto invernadero es más que dudoso. 2. El principal beneficio del coche eléctrico es sobre la contaminación en grandes ciudades, que no es poco. Ahora, su efecto sobre la reducción global de CO2 ahora mismo también más que dudoso teniendo en cuenta su ciclo completo. 3. Hasta ahora el coche eléctrico es un producto para gente con alto poder adquisitivo además financiado con impuestos de todos. La fabricación de un coche eléctrico es cara y comparado con el de combustión precisa de más de 6-8 minerales diferentes que a día de hoy se consideran raros y que harán difícil abaratar su fabricación. 4. Yo creo que es mas probable que desaparezca el modelo que hemos vivido de transporte privado con un coche por familia/persona por un modelo nuevo en el que la gente no tenga coche y opte por transporte público, "car shearing", etc antes que sustituyamos todos los vehículos de combustión por eléctricos.