La critica a las políticas lingüísticas de la Generalitat de Cataluña o la de Valencia va exenta, aunque tantas veces se confunda, de desprecio a la lengua y sus hablantes. Mi oficio de lingüista me ha despertado la atracción por las grandes lenguas, por las medianas, por las que languidecen y por los dialectos, variedades, hablas y dejes. No son estos últimos términos ofensivos, sino descriptivos. Toda lengua es dialecto o hija de la anterior, y desarrolla variedades, y los individuos que las hablan disponen de sus propios dejes. Algunos desconsiderados llaman dialecto al catalán, unas veces por ignorancia, otras con intención de ofender. Afortunadamente cada vez entra más en la cultura su condición de lengua y sus derechos.
A muchos nos resulta tan simpático como sugestivo oír hablar catalán, valenciano y catalán balear, y hacer pinitos con las respuestas. Me agrada visitar Gerona y prestar oídos al catalán de allí, quedarme con las expresiones. Si hubiera vivido un par de meses seguidos en alguno de los pueblos donde se habla regularmente valenciano, pues en las ciudades no es fácil oírlo, lo habría aprendido para recrearme en el placer de entenderme en una lengua cercana y querida. A veces mis amigos me han pedido perdón por utilizar su lengua materna en el mismo ambiente que yo compartía, aunque no me hablaran a mí, y me han explicado con naturalidad algo que me complace: Entre nosotros nos sale hablar valenciano. Y yo les he contestado: Y a mí no solo me agrada oíros, sino que me encanta.
Todo conocimiento apasiona, y sobre las lenguas mucho más, según entiendo. Cuando oigo hablar a los guiris agudizo el oído para identificar el idioma. Declararé, inmodesto, que se me da bien. Incluso cuando escucho a los africanos sé por donde van. Los manteros saben wolofo, yoruba o mandingo, más otra lengua de menor entidad. Y rara vez suajili. A veces se entienden entre ellos con un inglés enriquecido con expresiones de sus hablas locales ágrafas. No es un vocabulario variado, pues las frases se repiten hasta la saciedad. A veces les compro cualquier baratija para preguntarles por su patrimonio de lenguas, y responden con interés.
La personalidad del mallorquín Raimundo Lulio despierta el interés de todo aquel que lo conoce. Cuando surge la posibilidad de hablar de él en mis clases, le dedico unos 15 minutos a su vida secreta, oscura y a su misteriosa muerte
El valenciano escrito me cautivó cuando estudié Tirant lo Blanc, una novela que despierta tanto afecto que me sirvió para destacar en la asignatura Catalán que cursé en la Universidad Complutense. No voy a decir, porque parecería pedante, que obtuve matrícula de honor. De la literatura catalana me impresionó el humanista Bernat Metge. Su libro Lo Somni contiene sabiduría en pensamientos y una dosis irónica cercana a la crítica que seduciría a cualquier lector. La personalidad del mallorquín Raimundo Lulio despierta el interés de todo aquel que lo conoce. Cuando surge la posibilidad de hablar de él en mis clases, le dedico unos 15 minutos a su vida secreta y oscura, a su monumental obra y a su misteriosa muerte. El paréntesis deja fascinados a los estudiantes.
El valenciano suena bien, atrae, resulta simpático. Siento como si perteneciera más al pueblo que el catalán de Cataluña, mucho más instalado en las clases altas. Bueno es recuperar el estatus y reconocimiento que todo hablante merece y necesita para confirmar su identidad. Aunque las variedades dialectales del catalán-valenciano son mutuamente inteligibles, las diferencias fonéticas y léxicas las distancian. Lamento que se rijan por dos importantes estándares, el de la Academia Valenciana de la Lengua y el del Instituto de Estudios Catalanes.
El respeto y la atención a quienes desean hablar catalán o valenciano debe inspirar, desde todo punto de vista, nuestras conciencias. Cuando lo vemos escrito o lo oímos se impone reconocer el derecho sin paliativos a ser utilizado. Todo hablante se siente orgulloso de hablar la lengua en que inició sus balbuceos, sea el polaco, el guaraní o el vietnamita.
Ficha de identidad
En la ficha de identidad de la lengua catalano-valenciana figura su nombre, catalán en Cataluña, Rosellón, Baleares y Andorra, y valenciano en la Comunidad de Valencia. Nada que objetar porque las lenguas con más de un nombre son frecuentes: vasco y euskera, croata, serbio y bosnio; hindi y urdu… Nació entre los siglos VIII y X. Los partos de lenguas suelen ser lentos. El primer documento escrito, Homílies d'Organyà, no llegó hasta el siglo XIII. Sabemos que su progenitor fue el latín; su familia, la románica.
Contó con hablantes monolingües que a partir del siglo XVI tuvieron a bien añadir el castellano en su comunicación cotidiana. Cinco siglos más tarde, el catalán-valenciano carece de hablantes monolingües, salvo situaciones verdaderamente excepcionales. El añadido del castellano no fue una excepción. Hablantes de otras lenguas también lo hicieron, y lo han hecho desde siempre. Les sucede a más del 80% de las lenguas del mundo, y a más del 60% de los hablantes del mundo. Cuenta, sin embargo, el catalán-valenciano con más de nueve millones de almas que lo utilizan a diario con mayor o menor intensidad junto a otra lengua, que puede ser el español, el francés o el italiano.
En los informes de mi Diccionario Espasa de las Lenguas del Mundo (2002) el catalán-valenciano ocupaba, por número de hablantes, la posición nonagésimo primera (91). En el estudio de la página Etnologue, ocupa hoy el octogésimo octavo puesto (88). Si consideramos que se hablan unas siete mil lenguas en el mundo y que buena parte de ellas desaparecerán el las próximas décadas, el catalán-valenciano no corre riesgo de perderse, y se encuentra entre el privilegiado 15% de las lenguas del mundo más acomodadas. Y si añadimos los cuidados que los distintos gobiernos regionales muestran para mantenerlas vivas, el catalán-valenciano se eleva al nivel de una de las lenguas sin hablantes monolingües mejor consideradas nunca en el mundo. Se habla en cuatro países: España, Francia, Andorra e Italia, si bien solo en España recibe tan alto grado de consideración y estima.
Hay muchas razones, numerosísimas, para conceder espacios a quienes quieren hablar catalán o valenciano, a facilitarles el uso en todos los contextos, pero ni una sola pasa por obligar a hablar catalán-valenciano a quienes no pueden o no quieren aprenderlo o utilizarlo.
Hulshof
Hay quien sostiene que la el catalan, valenciano y mallorquin fueron en su día dialectos del lemosín, por eso se parecen tanto. La lengua catalana actual es un compendio de las 7 variantes dialectales del occitano (provenzal o lemosín) tomando como base el barceloní. En “L’ODA A LA PÀTRIA” de Bonaventura Aribau (1833) su exaltación es para el lemosín. La quinta estrofa dice así: En llemosi soná lo meu primer vagit. La primera gramática mallorquina y valenciana es siglos anterior a la catalana sXIX y s XX (Pompeu). que un dialecto pasa a ser lengua cuando tiene gramática, normas ortográficas propias, por lo tanto el catalán es claramente una lengua. Un nacido en Menorca me dijo que no se le entiende en Cataluña cuando habla en menorquin, pero sí en el Valle de Arán.
Hulshof
En 1926, la RAE estaba compuesta por 42 académicos, ocho fueron para el idioma catalán, 1 para el valenciano, 1 para el mallorquín, 2 para el gallego y 2 para el vascuence”.En 1959, el secretario perpetuo de esa institución, Julio Casares, aludía en el Boletín de la RAE donde se reconoce al valenciano como lengua y que es la hablada en la mayor parte del antiguo Reino de Valencia”. El Espasa-Calpe de 1965 define valenciano como “lengua romance vernácula que se habla en la mayor parte del antiguo reino de Valencia. (Acad)”. El cambio de criterio que adopta la RAE a comienzos de los años 70, esta relacionado, con las reivindicaciones políticas que llegaban desde Cataluña. Este cambio fue el siguiente : Valenciano : Variedad del catalán, que se usa en gran parte del antiguo reino de Valencia.
Contrigosape
¿Nos explicará usted qué lengua es esa a la que denomina "catalán-valenciano?
Finsals
En mi familia somos todos antinacionalistas y hablamos en valenciano entre nosotros todo el tiempo sin problemas. También hablamos en castellano con la gente que no habla valenciano. Eso ha sido así toda la vida y nunca ha habido problema. Yo, además, hablo catalán de Barcelona con los catalanes, pues aprendí ese dialecto, al estudiar allí. (Y también hablo inglés y francés). Y, por supuesto, viviendo en América Latina, el castellano es la lengua que más hablo. Nuestra lengua es tan española como la que más. Sí, se habla en Andorra, pero este país es parte de la órbita cultural española. Se habla un poco en Francia (en la parte que España cedió a Francia) y en una ciudad de Cerdeña. Pero, en esencia, es una lengua española. De verdad que es una lástima que los nacionalistas hayan hecho de la lengua algo odioso. La han utilizado políticamente y es normal que la gente esté resentida. Yo simplemente quisiera tener una lengua como las otras, que no fuera polémica, que no se hiciera odiosa. Que no fuera política, sino lingüística. Como las otras.
S.Johnson
Así es y así debe de ser. Lástima que el nacionalismo supremacista y xenófobo catalán haga lo imposible por hacerlo odioso para tanta gente. Ese es su talón de Aquiles que quizá termine matándolo.
font
Vas a las ciudades de la Comunidad Valenciana y es formidable escuchar hablar en su lengua enseñada y transmitida por sus antepasados ( olvidaros de los políticos por favor) te respetan y debes de respetarles, que curioso oír como están hablando entre ellos y cambian radicalmente de idioma cuando se dirigen a ti pensando que no les entiendes ( la verdad que no es tan difícil, con un poco de voluntad se entiende casi todo) . Que haya gente que lleve más de 20 años y es incapáz de hablar una sola palabra lo puedo respetar pero no lo puedo entender. Que diversidad la española en lenguas, culturas, paisajes y costumbres. España es maravillosa.
Annett
Artículo 3. 1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. ¿Las Comunidades Autónomas forman parte del Estado? Sí. ¿Todas las personas del Estado tienen derecho a usar la lengua castellana? Sí. ¿Las lenguas autonómicas son oficiales? Sí. ¿Puede una Comunidad Autónoma rotular toda la cartelería oficial propia (edificios públicos, red de vías, etc) en la lengua autonómica? Sí. ¿Es aconsejable y plural hacer uso del bilingüismo? Sí. En Educación pública, ¿están obligadas las Comunidades Autónomas a hacer conocer la lengua castellana? Sí. ¿Puede una Comunidad Autónoma discriminar a una persona empleada pública, a su aula educativa, por no saber o usar la lengua autonómica? Nooooooooooooooo. ¿Quién pueda dudar, Sr. Rafael Del Moral, sobre la riqueza cultural que supone la personalidad lingüística de cualquier comunidad?
Ganuza
Excelente artículo con el que estoy totalmente de acuerdo. Paso algunas temporadas en el norte e Castellón con numerosos hablantes del valenciano. Ya lo chapurreo y espero hablarlo mejor con el tiempo. Hasta el momento no he tenido ni una sola experiencia negativa. Si saludo en castellano, al entrar a un comercio por ejemplo, así me contestan. Si lo hago en valenciano, en valenciano me contestan. Espero y deseo de todo corazón que no se contagien de ese supremacismo del catalán nacionalista. Como muy bien dice usted con toda razón, el problema está en obligar o prohibir. Y por último, gracias por recordar que es en España donde de manera más cuidadosa y respetuosa se trata a estos respetables idiomas. Hay lugares, bien cercanos por cierto, donde su supervivencia es lo más parecido a un milagro. No añado más.
vallecas
Pero D. Rafael ¿ de que ......está hablando? Esto no va de Cultura, de Lenguas, de Sociedad, Esto es un ataque "sin cuartel" a España y a todo lo Español utilizando la lengua como arma de destrucción masiva. Por cierto y por mucho que se empeñen. En Valencia y Baleares se habla Catalán.