Pueden decirse muchas cosas respecto a las elecciones vascas. En diferentes tertulias, ayer noche se escuchaban teorías más o menos traídas de casa, entiéndanme lo que quiero decir, que caminaban sobre la maroma de la nada y el progresismo oficial del que no hay que apartarse ni un milímetro si no quieres ser estigmatizado. La mayoría eran, francamente, de una bajeza moral terrible. Escuchar cómo se analizaba la pugna entre PNV y Bildu como si se tratase de la lucha entre Torys y Laboristas, tratando a dichas formaciones con la normalidad democrática del país en el que no pasa nada, era de vergüenza ajena. Alguna tertuliana llegó a decir que Bildu era un partido progresista, feminista, ecologista y que, claro, por eso su nicho de votos estaba entre votantes de izquierdas con menos de cuarenta años. Lo de ETA y que el candidato bilduetarra se haya negado a condenarla era un tema menor, porque ETA era cosa del pasado, decían en otra tertulia. Hablar de Franco, sí, hablar de ETA, no.
Es el signo de la política sanchista, ocultar el terror bajo una pátina de respetabilidad. Gracias, Sánchez, por blanquear la imagen de aquellos que llevan en sus listas a etarras y omitir que es una formación con los pies hundidos en un barrizal de sangre, dolor y sectarismo. Cuando alguien, tímidamente, apuntaba que Ochandiano se negaba a decir que ETA era una organización terrorista salían rápidamente hablando de la vivienda, de las cuestiones sociales, del apoyo a la juventud, de la defensa de los derechos de las mujeres. Era de locos escuchar semejantes enormidades que intentaban ocultar la única realidad que va más allá de tantos por ciento, sorpasso entre separatistas y batallitas entre Sumar y Podemos. Los partidos de la banda sanchista han sepultado bajo toneladas de consignas que hoy tienen capacidad de decisión quienes ayer mataban a sus conciudadanos. Esa es la verdad. Que exista una mayoría de gente en aquellas tierras que los voten demuestra lo inextirpable del cáncer y el flaco servicio que Sánchez ha hecho a la convivencia, dándoles un protagonismo exactamente igual que el de cualquier otro partido democrático, leal a la Constitución, decente y con las manos limpias de sangre.
Que exista una mayoría de gente en aquellas tierras que los voten demuestra lo inextirpable del cáncer y el flaco servicio que Sánchez ha hecho a la convivencia
Escuchaba, decía, tertulianos y tertulias y me vino a la cabeza una pregunta: ¿qué habría votado Miguel Ángel Blanco?¿Sabe Pedro Sánchez quien era aquel joven afiliado al PP vasco que, después de que lo secuestrase ETA, sí, esa misma ETA de la que han mamado los de Bildu, fue asesinado inmisericordemente cerca de Lasarte la tarde de un doce de julio? Digo más, ¿le importa a Sánchez aliarse con quienes celebraron aquel horrendo crimen – a mayor juventud del asesinado, mayor es la gravedad porque le quitas la vida a una persona que tenía años y años por delante suyo – y ha pensado siquiera un instante en los miles de muertos por el terrible calibre nueve milímetros Parabellum o la siniestra goma dos, palabras que provocan un estremecimiento de horror entre los españoles de bien? ¿Qué habría votado ese chico nacido en 1968 y que hoy, seguramente, estaría pleno de vida si los criminales etarras no se la hubieran arrebatado la existencia de manera rastrera, cobarde y vil? Nunca lo sabremos. Sí podemos afirmar que seguiría plantándole cara al terror, a la capucha y a la bomba lapa.
Por eso, a servidor lo único que le interesa de estas elecciones es que existe mucha gente que, o no recuerda lo que fueron aquellos años de plomo, o ya les parece bien lo que pasó, o se ha vuelto completamente loca. La última posibilidad, con ser pavorosa, es la que menos miedo me da. Porque al menos la locura tiene tratamiento.
Variopinto
Iñigo Iruin es hoy el abogado de Marta Rovira, quien, sabiendose, porque se ha publicado, que reside en al amplisisima Suiza, permanece ilocalizable para la justicia española. No se lo que hubiera votado Miguel Angel Blanco (a quien Dios tenga en su gloria), pero sí sé que para lo de junio, Iñigo Iruin y Marta Rovira, van a votar con la misma papeleta. Como también sé que es muy probable que esa papeleta (o cualquier otra de las consideradas progresistas acangrejadas) la compartan con muchos jóvenes nacidos en España que ya no saben ni quien fue Miguel Angel Blanco ni por qué (ni quien, ni como, ni cuando, ni donde) algunos decidieron que les convenía realizar su asesinato en un bosque.
Messidor
"Que exista una mayoría de gente en aquellas tierras que los voten demuestra..." Demuestra que existe una mayoría de Hewlett Packards en aquellas tierras. Ya va siendo hora de que lo asumamos y nos dejemos de circunloquios y paños calientes.
vallecas
Siento decirle D. Miquel que cuantos más años pasen mas gente apoyará a la ETA. Los terroristas pasarán de ser personas a "mitos", fíjese en lo que se convirtió el CHÉ (acreditado homófobo, machista y asesino). O los venerados "buenos republicanos" del IRA. El peor de todos es el criminal de Pedro Sánchez, que ha puesto un partido como el PSOE y su gran base social al servicio de la ETA. El PSOE y todo su aparato BLANQUEA a la ETA con el único beneficio de mantener a un delincuente en la Moncloa. Sánchez acabará el el banquillo de los acusados y el PSOE no volverá a gobernar jamás si dependen de mi voto.
PASTEL DE CIERVA
Referendum ya en toda España para que podamos decidir entre todos donde empieza y donde acaba España. Los vascos por municipios deberían votar y con una mayoría cualificada decidir si quieren salir de España con todas sus consecuencias. No apetece ser compatriota ni de los que mueven el árbol ni de los recogen las nueces y han arrasado en las urnas, lo que supone un fracaso absoluto de España,, que ha permitido el adoctrinamiento en las ikastolas, lo que es irreversible.
Thermidor
¿Que hubieran votado los miles de personas que han tenido que huir de vascongadas? El terrorismo no solo consiste en matar, sino en no dejar vivir.
Cozumel
dijo 5 años ahora 9 meses sin despeinarse la licenciada en derecho....