El Fiscal General del Estado habló en TVE.  Dijo que poseía mucha información sensible con la que, si quisiera hacer daño a algún espectro político, podría perjudicarlo de sobra. Hablaba con voz suave, mesurada, como hace Vito Corleone en la reunión que mantiene con todos los capos para buscar solución a la guerra entre familias. Don Barzini espera que Corleone se avenga a sus condiciones y éste, aunque a regañadientes, las acepta. Les dará protección política para el tráfico de drogas. Pero Bruno Tattaglia dice que quiere garantías y que cómo saber que Corleone no acabará vengándose, a lo que este responde que renuncia a vengar la muerte de su hijo. Quiere que su otro vástago, Mike, pueda volver a casa tras ser acusado por el doble asesinato del mafiosi Virgil Sollozzo y del Capitán de policía McCluskey. Pero tras esa declaración en apariencia no beligerante, Don Vito añade amenazadoramente que es muy supersticioso y que si algún accidente le sobreviniese a su hijo, si algún policía le pagase un tiro en la cabeza, si le encarcelaran y apareciese ahorcado en su celda, incluso si fuese fulminado por un rayo, entonces culparía a algunos de los presentes… y no perdonaría.

Algo de eso subyacía en lo dicho por el Fiscal. Dejó claro que tenía información para hundir a quién fuese y no da la impresión de ser alguien que se quede a medias en sus actos. Sánchez, a propósito de que el Tribunal Supremo haya imputado al Fiscal General del Estado por primera vez en la historia de nuestra democracia, se ha despachado con un “Me alegro, porque así adquirirá (el fiscal) una mayor experiencia y conocimientos en delitos”. Personalmente, no me parece que eso le haya hecho mucha gracia al mentado, pero trabajar al servicio de Sánchez comporta afrontar que cuando dejas de serle útil, independientemente de los servicios que le hayas prestado, te deja tirado en el arroyo y sigue vía olvidándose de ti al instante. Ábalos sabe algo de eso. Y Conde Pumpido, me dicen, está viviendo con auténtico pavor lo que pasa con el Fiscal General. Se pregunta Pumpido si debería poner sus barbas a remojar, porque, aseguran, que nadie duda acerca de como se va a resolver el envite: ganará Sánchez por más información sensible que tenga guardada en su gaveta el Fiscal General. Vean como ejemplo al citado Ábalos. ¿Acaso la mano derecha de Sánchez durante tantos años y secretario de organización no debe tener dossiers para empapelar Ferraz, Moncloa, el Congreso y parte de la M-30? Los tiene, pero será difícil que afloren. En épocas de Narcís Serra este se paseaba por los comités autonómicos del PSOE con una maletita negra pequeña, con cremallera, como las que llevaban los cobradores de recibos que pasaban a domicilio. Dentro había documentos que hacían cambiar de opinión al barón socialista más tozudo. Lo ví personalmente en Galicia en tiempos de González Laxe, presidente de la Xunta por el PSOE entre 1987 y 1990. Cuando se lo hicimos saber al presidente del PSC por aquel entonces, Joan Raventós, se negó a escucharnos diciendo que En Narcís és un bon xicot, un buen chico. Quizá Don Álvaro también lo sea. Quizá, junto con Serra, tengan una capacidad de convencer a los demás enorme. Quizás el Fiscal sepa mucho de aquellos que piensan ingenuamente que sus cadáveres están bien protegidos en armarios seguros. Pero, con todo respeto, señor Fiscal General del Estado, por mucho que usted sepa, no le quepa la menor duda de que Sánchez sabe más y que acabará por hacerle una oferta que usted no podrá rechazar.

Convendrán conmigo que “El Padrino” debería ser incluido en el temario de la carrera de Ciencias Políticas. Con este film y “El Príncipe” de Maquiavelo no hace falta nada más.

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