Las elecciones generales 2023 de este domingo deciden el futuro del país para los próximos cuatro años. Los colegios electorales ya han cerrado sus puestas y llega el momento del recuento. La participación ha estado bailando durante todo el día. Los datos de participación recogidos a las 14:00h, eran de 40,48%. Mientras que a las 18.00 se colocaba en 53,12%, una cifra considerablemente menor a la que se recogía en 2019 a esta misma hora, un 56,85%.
Una de las grandes dudas de miles de personas una vez finalizada la jornada electoral y con todos los votos en las urnas es cómo es el reparto de escaños o cuántos son necesarios para que un partido político pueda gobernar con mayoría absoluta.
La mayoría absoluta en España
España es un país que tiene una monarquía parlamentaria. Esto quiere decir, y según está recogido en la Constitución, la mayoría absoluta se consigue cuando una formación política logra la exigencia de obtener un número determinado de escaños para poder gobernar en solitario. El Congreso de los Diputados está formado por un total de 350 representantes.
Para que un partido tenga la mayoría absoluta debe conseguir un mínimo de 176 escaños. Este número es superior a la mitad del hemiciclo que sería 175. A pesar de ello, este número de escaños no es necesario para que un partido pueda gobernar. A lo largo de la historia ha habido algunos presidentes que han podido gobernar sin tener la mayoría absoluta del Congreso.
¿Qué pasa si un partido no tiene mayoría absoluta?
En el caso de que una formación no tenga el número de escaños de la mayoría absoluta, se debe presentar un candidato que tiene que ser propuesto por el Rey. Este candidato debe obtener el apoyo de la mayoría absoluta. Para ello, es necesario que se consigan 176 votos a favor.
Si un partido tras las elecciones no obtiene ese número, los partidos deben de hablar entre ellos para que otras formaciones le apoyen para poder gobernar. En el supuesto de que esto no se consiga el candidato tiene una segunda oportunidad: se realiza una nueva votación 48 horas después. En esta segunda vuelta bastaría con una mayoría simple. Aquí es necesario tener más votos a favor que en contra para tener la confianza del Congreso de los Diputados.
Si en esta nueva votación no hay un acuerdo, llega el momento de negociar. Los partidos se tienen que poner de acuerdo en dos meses. Si no hay pacto, se vuelven a convocar elecciones de nuevo. Esto ocurrió en las últimas elecciones. En abril de 2019, el PSOE ganó las elecciones con 123 escaños. Le faltaban 53 para la mayoría absoluta. Hubo varios meses de negociación pero no hubo un acuerdo para presentar a un candidato que tuviera el apoyo que se necesitaba para formar un gobierno. Esto implicó una repetición de las elecciones.
En esta nueva cita con las urnas en noviembre, el PSOE volvió a ganar con un total de 120 escaños. El PP pasó de tener 66 escaños en abril a 88 en noviembre. Tras esta cita con las urnas, los socialistas no consiguieron la mayoría absoluta, pero sí que cerraron un acuerdo para tener el primer gobierno de coalición.
La investidura de Pedro Sánchez no se logró a la primera porque en la votación no obtuvo la mayoría absoluta: 166 a favor y 165 en contra y hubo 18 abstenciones. En la segunda votación, el 7 de enero de 2020 fue cuando Sánchez consiguió ser investido como presidente del Gobierno con 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones.
Sin embargo, si tampoco se consigue una investidura del candidato que se presenta, habría que volver a las urnas. La convocatoria de las mismas sería en un plazo máximo de dos meses con respecto a las primeras. Hay un precedente de este supuesto en 2015.