Sociedad

El ataque a una mezquita reabre la violencia contra el islam

Una cabeza de cerdo y varias pintadas con lemas contra el islam y sus practicantes han aparecido esta semana en una de las mezquitas de Vitoria.

  • Imagen del cartel colgado cerca de la mezquita de la M-30 por el Hogar Social Madrid Ramiro de Ledesma

Primero, hace unos días,  fue una cabeza de cerdo colgando en la puerta. Un hecho al que, con la esperanza de que fuese algo aislado, los responsables del templo no dieron mucha importancia. Más tarde, pintadas en las que podía leerse "Alah es satán. Asesinos parásitos. Cristo Rey (sic)". Con estos dos ataques, la comunidad musulmana de la capital vasca ha visto la intolerancia y la violencia contra sus centros de culto. Y no es la primera vez.

Hace unos seis meses aparecieron también trozos de una cabeza de cerdo y sangre en las paredes de un local destinado a mezquita en uno de los nuevos barrios vitorianos. Y seis años antes, en medio de una fuerte polémica local, el mismo ataque se vivió en una lonja del barrio de Zaramaga, un polígono obrero que se manifestó contra la instalación de un templo islámico en sus calles.

Esta reiteración de protestas y hechos violentos que nacen principalmente de dos hechos: por un lado, la creencia popular de que la mayor parte de las ayudas sociales -cuantiosas en el País Vasco- las reciben los inmigrantes y, especialmente, los musulmanes; por otro lado, los ataques terroristas que los yihadistas han perpetrado en Europa. Ese caldo de cultivo, impulsado en el caso de la restricción de las ayudas sociales a extranjeros por una recogida de firmas masiva realizada por el entonces alcalde Javier Maroto, ha llevado a la capital alavesa a una espiral de recelos y ataques xenófobos y de confrontación entre quienes producen los ataques y las rotundas condenas de las asociaciones de vecinos y de todas las fuerzas políticas.

Ataques tras los atentados yihadistas

Vitoria, una ciudad tradicionalmente tranquila, no es la única capital que ha visto violencia contra los templos musulmanes. Los terribles atentados yihadistas perpetrados en Europa, a pesar de los muchos que tristemente se han producido fuera de las fronteras del viejo continente, han provocado que aun no habiendo vinculación directa entre islam y terrorismo, se haya aprovechado el recelo entre culturas para atacar templos y locales musulmanes en diferentes capitales.

Después de los trágicos asesinatos de Charlie Hebdo en París a principios de 2015, la mezquita central de Madrid, en el barrio de Tetuán, sufrió un ataque con pintadas en las que podía leerse:  "Islam fuera de Europa", "no al Islam", "hijos de puta" y "perros". Estas pintadas tuvieron su réplica en Jaén, Jerez de la Frontera (Cádiz), y San Juan de Lagos (Burgos).

Un año después, tras los atentados terroristas de Bruselas, el grupo de extrema derecha Hogar Social Madrid 'Ramiro Ledesma', uno de los más activos en la capital, lanzó bengalas sobre la mezquita de la M30 y colocaron un cartel con la leyenda: "Hoy Bruselas, ¿mañana Madrid?". Al mismo tiempo que las bengalas de la M30, organizaciones ultraderechistas organizaron acciones similares en Salamanca, Zamora, Santander o Granada.

¿Xenofobía creciente en España?

¿Es entonces España un país xenófobo? El informe Raxen, del Movimiento contra la Intolerancia, destaca en su estudio de 2015 que "la xenofobia y el rechazo a los refugiados e inmigrantes avanza en Europa y lo hace de la mano del crecimiento de la intolerancia al islam y a los musulmanes, de la islamofobia, toda una realidad que se ha mostrado con fuerza durante esta crisis pese a las muestras de solidaridad, y más aún, tras los atentados de Charlie Hebdo, Dinamarca, Paris…".

En cambio, en el caso de España, el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia, Oberaxe, señala en su informe de 2014 -anterior a los atentados yihadistas y la crisis de refugiados en Europa- que  "sigue reduciéndose el porcentaje de la población encuestada que opina que los españoles deberían tener preferencia en las prestaciones sociales, educativas y sanitarias, como asimismo es menor el porcentaje de encuestados que valora negativamente la influencia de los inmigrantes en el mercado laboral, aunque se mantiene el temor al aumento de la competencia". 

Esta opinión positiva no la comparte Gorka Moreno, director del Observatorio de la Inmigración de Euskadi, quien, en una entrevista de Noticias de Gipuzkoa, asegura que "más que de xenofobia hablaría de islamofobia, que es con lo que nos encontramos. Lo que hay, sobre todo, es un rechazo fuerte hacia la población musulmana y eso no es un estado de ánimo, es una constatación a lo largo del tiempo". Sea como fuere, la realidad es que los ataques a las mezquitas son un goteo que se repite cada cierto tiempo en distintos puntos de España y con sociologías muy diferentes.

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