Luis Ángel Rodríguez Patiño es un sacerdote fuera de lo común. Su curiosa manera de llevar a cabo sus reivindicaciones sociales y sus continuas declaraciones polémicas le han convertido en una de las figuras más mediáticas del clero español además de valerle más de un toque de atención por parte de sus superiores y el apelativo de 'el cura indignado'.
Ahora es el cura que celebra misa entre dos baches para denunciar el mal estado de una carretera, que monta un belén para protestar por los desahucios o pide la excomunión de Rajoy. Pero Rodríguez (A Coruña, 1957) lleva más de la mitad de su vida de párroco en la alejada Serra da Loba, donde atiende siete parroquias de dos diócesis distintas, repartidas en cuatro ayuntamientos y dos provincias.
Quería ser diplomático, pero su vocación le llegó cuando conoció a los Misioneros Combonianos con 16 años
Su vocación religiosa le llegó muy joven, aunque su deseo infantil era ser diplomático. Criado por sus abuelos después de que sus padres emigraran a Inglaterra, todo cambió para Rodríguez cuando llegó a Palencia con 16 años y entró en contacto con los Misioneros Combonianos. Más tarde se fue a Valencia, donde conoció la Teología de la Liberación y aprendió "a ver las cosas de forma distinta". Según afirma Rodríguez, hay que buscar la raíz de los problemas porque "hay gente que sufre, hay gente que las está pasando canutas y, ¿quiénes son los culpables de este dolor y sufrimiento?".
Según denunció hace dos meses, uno de los culpables es el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, por lo que pidió su excomunión al considerar que es responsable de crear "situaciones de aflicción, de sufrimiento". Rodríguez sostiene que "no defiende el bien común" ni rechaza "con todos los medios en su mano, a los agresores de la sociedad civil". No es la primera vez que pide que excomulguen a políticos. En 2013 ya solicitó que se les excomulgara por defender "directa o indirectamente" la eutanasia con los recortes. Pidió también la expulsión para banqueros porque "no se puede pedir prestado con usura ni cooperar con los usureros en sus injusticias".
Rodríguez habla sin pelos en la lengua, lo que le ha llevado a los titulares de los principales diarios de tirada nacional. En más de una ocasión también ha criticado a la jerarquía eclesiástica e incluso al Papa, como cuando dijo abiertamente que la Teología de la Liberación fue "estrangulada" y que por eso nunca estuvo de acuerdo con Ratzinger aunque sí respetaba sus indicaciones como pontífice. La cosa cambia cuando se refiere a Francisco, para quien incluso ha llegado a pedir el Nobel de la Paz.
Sus críticas y declaraciones han hecho que le abran varios expedientes
Sin embargo, sus puntos de vista alejados de la jerarquía en cuestiones como el aborto, la homosexualidad, la pederastia, el papel de la mujer en la Iglesia o el celibato han hecho que le abran más de un expediente. A pesar de esto, Rodríguez no teme estas represalias. "La ventaja que tengo es que no tengo miedo a perder nada. Lo único a lo que tengo miedo es a la gente, porque la quiero" ha reconocido este sacerdote.
Y sus parroquianos responden. Rodríguez llegó a Xestoso en 1982 -un año después de ser ordenado por Miguel Anxo Araúso Iglesias- procedente de Cedeira, desde donde pidió el traslado por los continuos comentarios que generaba entre los feligreses. En Xestoso no daban un duro por él, pero desde su llegada se convirtió en uno de los principales dinamizadores de la zona, ganándose poco a poco el cariño de su gente.
Licenciado en ocho carreras -Filosofía, Teología, Derecho, Derecho Canónico, Criminología, Ciencias Políticas, Trabajo Social y Psicología- Rodríguez decidió montar en el año 2000 el primer Consejo de Ancianos de España para "aprovechar su sabiduría". Ocho años después logró crear la UNED Senior de Xestoso, iniciativa que permite obtener el diploma universitario a mayores de 50 años y que es todo un éxito de matriculaciones. Esto le ha valido el premio a la mejor práctica rural por el Imserso.
En el plano eclesiástico, las reivindicaciones de este cura protesta van desde peticiones más superficiales, como que se dé una alternativa a los sacerdotes al vino de misa después de que diera positivo en un control de alcoholemia tras celebrar cuatro ceremonias, a otras más profundas. Por ejemplo la celebración de un tercer Concilio Vaticano o la aprobación del celibato opcional.
De hecho, Rodríguez asegura que no tener hijos "es uno de los fracasos más grandes que tengo en mi vida". Si bien reconoce que no se casaría ni tendría descendencia, asegura que "de antemano me coarten es un dolor enorme”. Además, Rodríguez defiende que "muchas vocaciones religiosas fabulosas se han perdido porque tenían también vocación de padres".
Posturas enfrentadas a la Iglesia pero que supera gracias a su fuerte vocación: "La Iglesia no va a caer nunca, porque el fundamento es Cristo".