Que los Reyes no son un matrimonio perfecto es un hecho de sobra conocido. Quizá por eso sorprende tanto el tímido beso que doña Sofía dedicó este miércoles a su marido, mientras ambos, acompañados por la infanta Elena, esperaban a Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda en la que ha sido la primera visita de estos a España tras la entronización.
El momento fue breve, pero no tanto como para escapar a las cámaras de los reporteros gráficos que apuntaban a las escaleras de Zarzuela y, como era de esperar en un acto con tanta presencia de prensa, quedó inmortalizado.
Lo que no pudieron mostrar las fotografías, pero sí los vídeos, es que, más que besarle, doña Sofía se limitó poco más que a acercar su mejilla a la de su marido. El momento, evidentemente incómodo para ambos, fue seguido por una mirada lateral de don Juan Carlos (al lado contrario al que se encontraba su esposa, para más señas). La Reina, por su parte, se giró hacia su hija mayor, no sabemos si buscando su aprobación.
Tras esta espera que tanto ha dado que hablar, Guillermo Alejandro y Máxima llegaron en un coche conducido por el príncipe Felipe, que los recogió en el aeropuerto. Los reyes de Holanda y los Príncipes de Asturias se unieron así a al almuerzo que precedió la visita de la pareja real holandesa al Congreso.
