Juan Carlos Aguilar, el falso maestro shaolín de Bilbao, ofreció trabajo en su gimnasio a una de sus víctimas, la colombiana Jenny Sofía Rebollo. La víctima llamó a su madre por teléfono hace unos días para comunicarle que estaba "muy contenta" porque le habían ofrecido un empleo como masajista en un gimnasio de la ciudad vasca.
Fuentes cercanas a la familia de Rebollo citadas por Europa Press creen que fue Aguilar quien contactó con ella para ofrecerle trabajo como señuelo para asesinarla. El falso shaolín habría contactado con ella por uno de los carteles que había colocado Jenny Sofía en la zona de Zabalburu, donde vivía con su hermano, y en los alrededores, en los que se ofrecía para ir a domicilios a hacer servicios de peluquería, belleza y masajes.
La víctima vivía en la Plaza Zabalburu, muy cerca de la calle Iturriza, donde reside el presunto asesino. El falso maestro shaolín regentaba un gimnasio, ZEN4, en el que la Ertzaintza le localizó el pasado domingo, tras haber arrastrado hasta el local a Maureen Ada Otuya, de nacionalidad nigeriana, a la que golpeó brutalmente hasta dejarla en coma.
Durante el registro del gimnasio y de la vivienda del presunto asesino, la Ertzaintza encontró restos de un cadáver descuartizado que había ocultado el bolsas de plástico. Los restos pertenecían a Jenny Sofía Rebollo. En su confesión en comisaría, Juan Carlos Aguilar reconoció que su intención en pasado domingo era acabar con la vida de Maureen Asa Otuya, y reconoció que había matado, con anterioridad, a otra mujer. La Policía vasca no descarta que existan más víctimas.