El punto de partida comienza en Jerez de la Frontera, en una zona donde proliferan cientos de ganaderías donde se crían los toros bravos. A estos inigualables animales debemos el hecho de que se conserven todavía la mayoría de las dehesas y fincas dentro de los parques naturales de la provincia gaditana.

Desde el momento en que hablamos con Gonzalo del Río por teléfono, supimos que íbamos a un lugar especial. Su voz pausada no esconde su acento jerezano ni su formación “bristish”, siguiendo la más clásica tradición del mundo del sherry.