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Un español registra la marca bitcoin a su nombre: esto es lo que pasó después

La Oficina Española de Patentes y Marcas dio el visto bueno a su solicitud. Se desconoce quién es el creador del bitcoin

  • Una muestra de bitcoins -

El Lazarillo de Tormes ejemplifica a la perfección una porción de España que vive de la picaresca, que hace del engaño un arte, una forma de vida. Es un libro anónimo -se atribuye sin confirmación a varios escritores- que podría haber encarnado como personaje principal al protagonista de esta historia, que en este caso no es anónimo. Tiene nombre y apellidos.

Se llama Eduardo P. M. y es administrador solidario de la empresa Bitcoin Exchange SL, dedicada a la compraventa de criptomonedas y fundada en septiembre de 2021, tal y como ha podido saber Vozpópuli a través de distintos servicios dedicados a la publicación del alta de empresas.

Tras recibir los derechos de la marca bitcoin, denunció a la plataforma de compraventa de criptomonedas Bit2Me, de la cual formaba parte como cliente

Por extraño que parezca, hace unos años esta persona consiguió registrar a su nombre la marca 'bitcoin' en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).

Tras el bitcoin no hay nadie tangible, de carne y hueso. Su creación se atribuye a Satoshi Nakamoto. Ese es el pseudónimo utilizado por una persona o un grupo de personas que desarrollaron el protocolo bitcoin y el software que se encuentra detrás de él. Un sistema utilizado por decenas de empresas de compraventa de criptoactivos en todos los rincones del mundo desde 2008. Por eso sorprendió que se le otorgara la patente.

Es algo que explica Leif Ferreira, fundador de la también empresa de compraventa de criptomonedas Bit2Me, en su perfil de LinkedIn, en el que desvela lo que sucedió cuando se produjo la adjudicación de esos derechos a Bitcoin Exchange S.L.

"Imagina que alguien registra y patenta la palabra bitcoin y su logotipo, ambos de dominio público. Pues eso pasó en España hace unos años. Como lo oyes, se aceptó dicha patente. La picaresca en España no tiene fin", manifiesta Ferreira, quien añade que "lo denunciamos públicamente, y el 'dueño' de las patentes denunció a Bit2Me por usar la palabra 'bitcoin en su web.... Increíble pero cierto. Además, era usuario de Bit2Me y nos pedía un dineral a cambio".

El departamento jurídico de Bit2Me se puso manos a la obra y decidió contraatacar, denunciando a quien entonces era el propietario de la marca bitcoin en España

Bitcoin vuelve a ser de todos

El departamento jurídico de Bit2Me se puso manos a la obra y decidió contraatacar, denunciando a quien entonces era el propietario de la marca bitcoin en España.

Ferreira explica en el post publicado en LinkedIn que tras ser a su vez demandados por el propietario de la marca "entramos 'a cuchillo' a por él, con el objetivo de devolver la palabra 'bitcoin' y su logotipo a donde debe estar: en el dominio público".

Algo que se refrendó en los tribunales. "Hoy puedo comunicar que hemos ganado el juicio, y con ello se declara nula la patente y los registros del listo que quiso aprovecharse de algo que pertenece a la humanidad por la decisión de su/sus creadores. Nos toca luchar muchos juicios surrealistas, pero es que este se lleva la palma... ¡Bitcoin libre siempre!".

Este diario ha tenido acceso a la resolución judicial en la que, en efecto, queda anulada la atribución de la patente del bitcoin a la empresa antes mencionada en este artículo. En la misma se hace referencia a la mala fe y a su consideración por las instancias jurídicas europeas.

"El Tribunal de Justicia ha tenido ocasión de declarar que, mientras que, conforme a su sentido habitual en el lenguaje corriente, el concepto de «mala fe» presupone una actitud o una intención fraudulenta, a efectos de su interpretación debe tenerse en cuenta el contexto particular del Derecho de marcas, que es el del tráfico económico", y concluye que "las normas de la Unión en materia de marcas tienen por objeto, en particular, contribuir a un sistema de competencia no falseada en la Unión en el que cada empresa, a fin de captar la clientela por la calidad de sus productos o de sus servicios, debe tener la posibilidad de hacer que se registren como marca los signos que permiten al consumidor distinguir sin confusión posible tales productos o servicios de los que tienen otra procedencia".

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