Tecnología

Cómo no parecer un fantoche 2.0 tras las vacaciones

Acaban las vacaciones y volvemos a la rutina. Por desgracia las redes sociales, una de las primeras cosas que habíamos olvidado durante nuestro descanso, vuelven a formar parte de nuestra rutina. Y de repente, sin comerlo ni beberlo, nos encontramos con todo tipo de garruladas, faltas de etiqueta y –por supuesto– mucho egocentrismo mal gestionado. Estas son cuatro normas básicas para no parecer un desesperado cazador de Likes en cada post, pero estamos abiertos a más sugerencias. ¿Qué otras cosas te ponen nervioso en las redes sociales?

  • Convertirse en un fantoche 2.0 es peligrosamente sencillo (Imagen: Gtresonline).

No cuelgues 150 fotos de tu viaje a Badajoz

Que sí, que las casas de cantería del pueblo de tu abuela son muy bonitas, pero con que nos enseñes una es suficiente. Que sí, que hay que ver cómo de llena está la aldea de animalitos, piedras y plantas. Que sí, que aquella zona tiene una belleza especial… ¿pero era realmente necesario creer ese álbum con cinco tomas de cada encuadre? Al igual que en erotismo, en las redes sociales también es mejor sugerir que mostrar. Ahórranos 135 de esas 150 fotos y quizás acabemos dándole al ‘me gusta’. ¡Pero si hay hasta una página en Facebook que nos recuerda esta máxima!

No practiques el fakationing

Si 2013 fue el año del Legs or Hotdogs, en este 2014 hemos tenido al fakationing como gran tendencia veraniega impulsada por esa piedra de Rosetta de la procrastinación que es el sitio web BuzzFeed. La idea consiste en que, a falta de grandes posibilidades de viajar, hagamos uso de nuestra imaginación sacándonos selfies frente a posters turísticos que nos permitan simular que en realidad hemos estado allí. En realidad la idea es graciosa, pero hay un problema: por mucho que lo intentes, ya no podrás ser original, y no hay nada peor en los códigos sociales de Internet que plagiar tratando de ser gracioso. Invéntate tu propia tendencia absurda u opta por el silencio, tu dignidad te lo agradecerá.

La falsa modestia que esconde egocentrismo

Imaginemos la siguiente situación: te pones en contacto con alguien a quien hace tiempo que no ves y unos días después recibes esta respuesta: “Siento muchísimo no haber podido responder antes a tu mensaje, me fastidia mucho no tener cobertura en mi luxury lodge de los Alpes”. ¿Qué nos quería comunicar nuestro diletante interlocutor, que no tenía cobertura… o que se lo pasa estupendamente en su cabaña de montaña mientras tú te fermentas poco a poco en el calor piscinero? Este tipo de falsa modestia tiene hasta un término en inglés, humblebrag (algo así como jactancia humilde), que estamos tardando en traducir al idioma de Cervantes.

El quejumbrismo constante

Vale, hasta ahora nos hemos quejado mucho de los que se dedican a restregarnos sus viajes de ensueño pero también ellos tienen su corazoncito, y éste a veces se ve herido por los constantes lamentos de los que se quedan en la ciudad y ponen en marcha sus tácticas pasivo-agresivas. ¿Qué, no te has ido de vacaciones? Lo sentimos, pero no seas un amargado quejándote todo el día de lo que hacen o dejan de hacer tus conexiones online. Quizás los que dicen cosas como “¡una sola foto más desde la playa y os elimino de mi lista de amigos!” se merezcan que los eliminemos nosotros mismos sin que ellos se tengan que tomar la molestia. ¡Vive y deja vivir! Por supuesto, esta regla solo se puede aplicar a aquellos que teniendo un trabajo y disponiendo de días libres, opten por quedarse en la ciudad o encerrarse en el pueblo sin más diversión que la fuente de la plaza mayor. Si estás desempleado, te animamos a que recuerdes a los demás que la vida no es tan bella ni tan sencilla como ellos se creen: todo el mundo se merece una bofetada de realidad de vez en cuando.

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