Rajoy tiene decidido no dar un paso al frente para presentarse como candidato a una posible sesión de investidura, según fuentes de la cúpula de Génova. El presidente del Gobierno en funciones ha asegurado públicamente en varias ocasiones que él no se ha retirado del terreno de juego, que no descarta proponerse al Rey como candidato, pero que lo hará únicamente si consigue los apoyos suficientes para que la iniciativa se vea coronada por el éxito. Quiere evitar a toda costa una "investidura fallida", como la que parece que protagonizará el líder de los socialistas a partir del próximo día 2 de marzo. No hay que marear la perdiz.
La idea de Rajoy es poner de manifiesto que el inmovilista no es él
No piensa Rajoy saltarse ni uno de los pasos de la liturgia de elección de presidente. A partir del día 5 intentará entrevistarse con Pedro Sánchez (si es el caso) y con Albert Rivera para insistirles en su teoría primigenia de formar un gobierno de gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos, tal y como viene postulando desde el 21D. "Son 253 diputados", insiste una y otra vez Rajoy a su círculo de confianza. "Ciudadanos y PSOE, por más acuerdos que firmen, no suman. Es lo que hay. Ellos no suman". Da por hecho que apenas conseguirá que sus interlocutores se muevan un centímetro de sus posiciones. La idea es poner de manifiesto que el inmovilista no es él, en contra de la idea establecida. Una teoría generalmente instalada y que el líder del PP le molesta particularmente.
Un candidato con garantías
Al no conseguir el respaldo suficiente, evitará el trámite de sugerirle al monarca su intención de intentarlo. Desde La Zarzuela ya se han enviado mensajes insistentes sobre la actitud del Rey en esta fase de la negociación. No se señalará un candidato sin suficientes garantías. Se da por hecho que Sánchez fracasará en el intento y repetir esa ceremonia resultaría un empeño frustrante. Pretende además Rajoy aprovechar la imagen de derrota de Sánchez, quien no saldrá demasiado airoso en su empeño, pese a que está preparando con fruición su discurso de la sesión del día 2. Si Rajoy lo intentara después, disiparía ese estigma de la derrota que le quedará marcado a Sánchez "a sangre y fuego", como dice un diputado del PP. Una baza que Génova pretende utilizar en la campaña de los comicios anticipados.
Rajoy no piensa tirar la toalla y se reafirma como candidato 'popular'
Sánchez necesitaba protagonizar su trámite de investidura para afirmar su liderazgo en el PSOE, en vísperas de un congreso federal que se anuncia peliagudo para sus intereses. Nadie le discutirá a estas alturas su derecho a ser el candidato en las generales, en el caso de que no logre superar el trance. Rajoy está en otra situación. No se escuchan voces críticas en el PP, pese a que es evidente el malestar en las bases y en las direcciones regionales sobre lo que está ocurriendo, en especial con todo lo referido a la corrupción. Rajoy no piensa tirar la toalla, se reafirma con insistencia en que será candidato a las generales, en el caso de que se convoquen. Percibe en el partido señales de abatimiento y de desánimo, en especial por lo complicado de la actual situación, sin un horizonte despejado para mantenerse en la Moncloa.
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