España

Yolanda Díaz minusvaloró el riesgo de nombrar a Íñigo Errejón portavoz de Sumar en el Congreso

Las fuentes consultadas resaltan la habilidad del exdiputado para medrar ante la vicepresidenta pese al runrún sobre su vida privada

  • Yolanda Díaz e Íñigo Errejón en el Congreso. -

La dimisión obligada de Íñigo Errejón tras las acusaciones anónimas de violencia machista de las que se ha hecho eco en sus redes la periodista Cristina Fallarás no ha sorprendido a nadie dentro del conglomerado de partidos a la izquierda del PSOE. Las fuentes consultadas en la galaxia Sumar explican que existía un runrún interno sobre la vida privada del ya exportavoz en el Congreso -y exdiputado-. Y pese a ello, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, le nombró para el puesto en sustitución de Marta Lois, que se sacrificó como candidata en las pasadas elecciones gallegas en las que no obtuvo ni un solo escaño.

Estas fuentes aseguran que Díaz minusvaloró los riesgos de ese nombramiento. En parte, por la habilidad de Errejón de medrar ante ella al situarse como pieza clave de la estrategia política de Sumar. "Se posicionó en la casilla como alguien insustituible", explica una fuente de Sumar. Pero no solo, también porque quien fuera impulsor de Podemos hace una década se trabajó un trato mediático favorable. "Era el rostro amable de la izquierda en la televisión", sintetiza otra fuente que le conoce bien. Probablemente, Yolanda Díaz pensó que nunca se volvería nada contra él y que tenía todo bajo control. Pero a la vista está que ha errado en el análisis. Sumar se ha visto obligado a anunciar una investigación interna sobre la vida personal de Errejón.

No obstante, el relato que hacen a Vozpópuli destacados referentes de la izquierda a la izquierda del PSOE es que la dupla que conforman Pablo Iglesias e Irene Montero no ha tenido que ver en todo esto. Uno de ellos sostiene que si Podemos hubiera querido actuar contra Errejón arrojando luz a su privacidad lo hubiera podido hacer mucho tiempo. La pregunta clave sigue siendo por qué Fallarás -periodista, en su día, cercana a los morados e integrada en los comunes bajo la batuta de Ada Colau- ha decidido hacerse ahora eco de los mensajes que ponen en la diana a Errejón propiciando su caída.

En Podemos, la noticia ha provocado lo esperado: la defensa de las denuncias anónimas de las supuestas afectadas que apuntan a Errejón. La exministra de Igualdad y eurodiputada morada, Irene Montero, ha escrito en X: "Ante cualquier caso de violencia sexual, lo primero, las víctimas y quienes las acompañan. Que no se sientan solas, que sientan protección y no miedo y que acabar con la impunidad sea una parte de su reparación. Y gracias, Cristina Fallarás, por ser lugar seguro para todas nosotras".

Al menos cuatro mujeres más han denunciado casos de violencia sexual contra el hasta ahora portavoz de Sumar en el Congreso tras la denuncia anónima que motivó su dimisión, según explica la propia Cristina Fallarás en conversación con El Español. La periodista contaba con cerca de una decena de testimonios similares que apuntaban a comportamientos sexuales en los que se denota una posición de abuso de poder y maltrato psicológico, como narra el que publicó Fallarás en Instgram. En redes sociales también ha habido más denuncias anónimas en el mismo sentido.

Errejón, en su comunicado, no hace referencia alguna a los señalamientos velados que no hacen más que incrementar las sospechas sobre la ejemplaridad de su conducta. Aunque sí desliza que está atravesando un momento personal complicado: "El ritmo y el modo de vida en la primera línea política, durante una década, ha desgastado mi salud física, a mi salud mental y a mi estructura afectiva y emocional. Creo que esto es algo que, en mayor o menor medida, experimenta toda y todo el que esté en esta posición durante un tiempo prolongado". Pero según fuentes de Más Madrid citadas por la Cadena Ser, Errejón confirmó a la dirección del partido que las acusaciones contra él eran ciertas. 

Lo cierto es que Errejón arrancó su periplo en Sumar en el ostracismo. Sus labores, al principio, se limitaban a planificar y coordinar la estrategia. Pero llegado el momento desató una cacería contra la entonces portavoz, la citada Lois. Es cierto que la politóloga no levantaba pasiones en el grupo parlamentario, mientras que las intervenciones de Errejón arrancaban el aplauso desmedido de sus compañeros y se viralizaban. Ese fue uno de los argumentos de peso que esgrimió el propio Errejón y su entorno para escalar posiciones. Díaz terminó cediendo y situó al exdiputado como rostro del partido en el Congreso. 

El control del Errejón sobre las acciones de Sumar al principio fue incontestable. En el programa, según las fuentes consultadas, fueron determinantes el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; la exeurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop y el ex de Podemos y ministro de Derechos Sociales Pablo Bustinduy. Eso sí, la estrategia fue cosa de tres: el exgurú de discurso de Yolanda Díaz, Rodrigo Amírola, del propio Urtasun y de Errejón. El otrora líder de Más País movió los hilos y, además, se desenvolvió mediáticamente como responsable de las medidas del Gobierno de coalición.

La caída de Errejón facilita una posible entente de Podemos con la galaxia de Sumar. La cabeza del exportavoz parlamentario era una de las exigencias. En cualquier caso, Yolanda Díaz -la otra señalada por los morados- permanece como rostro principal de la coalición pese a que dimitió de su puesto de coordinadora general este verano por el desgaste interno. Los últimos varapalos electorales de Sumar tensionaron las costuras de la coalición. Es más, todas los dedos dentro de Sumar apuntaron a Errejón como responsable último del batacazo de expectativas electorales. 

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