La natalidad no deja de bajar en España. Distintos factores como la precariedad de los sueldos, el aumento del coste de vida y la alta tasa de paro -sobre todo entre los más jóvenes- provoca que cada vez se tengan menos hijos, y esto suceda cada vez más tarde. Ciudades y autoridades de toda España lanzan ayudas para intentar cambiar la tendencia y ayudar en la crianza de los más pequeños. Así, una ciudad de España lanza el 'cheque bebé', una ayuda para padres y madres con el fin de hacerles un poquito más fácil la llegada al fin de mes y conseguir cubrir algunos gastos en este proceso.
El 'cheque bebé' es una ayuda de 1.200 euros dedicado para padres y madres residentes en la segunda ciudad más poblada de Andalucía, solo por detrás de Sevilla. La Diputación de Málaga ha decidido abrir una convocatoria de ayudas por un valor total de 450.000 euros. Se prevé que se beneficien de ella 375 familias, pero, ¿quién puede solicitarla?
¿Quién puede solicitar la ayuda y hasta cuando?
A pesar de que el objetivo es beneficiar a numerosas familias en la crianza de sus hijos, lo cierto es que no todos los malagueños podrán solicitar el 'cheque bebé'. Tan solo podrán pedir esta ayuda los residentes de municipios menores de 10.000 habitantes. "Es una forma de ayudarles para afrontar el esfuerzo económico que supone la llegada de un nuevo miembro de la familia a casa", ha explicado Francisco Salado, presidente de la Diputación de Málaga.
El plazo para presentar la solicitud ya está abierto, pero ojo, no hay demasiado margen: el 'cheque bebé' podrá pedirse hasta el 21 de agosto. En el caso de cumplir los requisitos y de que las autoridades lo concedan, la familia recibirá 1.200 euros por cada menor a su cargo.
La España vaciada
El segundo objetivo de la medida es fomentar los nacimientos y las adopciones en los pequeños municipios. La España vaciada es un problema contra el que luchas las autoridades de todo el país con distintas medidas: ayudas a familias que decidan mudarse a pequeñas poblaciones, publicitar y tratar de difundir la belleza de los pequeños pueblos y su patrimonio cultural son algunas de ellas, además de los incentivos económicos.
En esta misma situación, lo cierto es que muchos viven en las ciudades porque se ven obligados a ello. El trabajo aleja a los más jóvenes de los pueblos, pero muchos de ellos desean volver a sus pequeñas localidades, y prefieren un ritmo de vida más calmado y relajado. Así crecen las 'ciudades dormitorio', zonas a las afueras de las grandes ciudades donde adquirir una residencia es más económico que en pleno centro, pero que permiten a las familias conducir cada día hasta la urbe para trabajar.