Histórica derrota de Theresa May en la Cámara de los Comunes. El acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea ha sido rechazado este martes por los parlamentarios británicos. Este previsible golpe a los planes de May complica aún más el 'divorcio' con la UE, que en principio está previsto para el día 29 de marzo.
La negativa mayoritaria de los representantes británicos abre un abanico de posibilidades, entre ellas un posible aplazamiento de la fecha definitiva de salida por parte de la UE para evitar un brexit 'duro'. Además, cabe la posibilidad de que este proceso termine con una dimisión de May, con una convocatoria de elecciones o con la puesta en marcha de una moción de censura contra la primera ministra si esta no toma la iniciativa para abandonar su cargo.
Todas las previsiones apuntaban a que la victoria del 'no' era la opción más probable, pese a que la primera ministra británica aplazó esta votación, que iba a tener lugar el día 11 de diciembre, para intentar recabar los apoyos necesarios entre miembros de su partido y de otras formaciones.
Plan B en tres días
El primer paso que debe dar ahora el Ejecutivo británico es presentar en un 'plan B' en el plazo de tres días, después de que diputados de distintos partidos se aliasen para sacar adelante una enmienda con la que acortar los plazos, ya que el calendario inicial contemplaba hasta 21 días para diseñar una nueva hoja de ruta.
Dado que se trata de tres días hábiles para el Parlamento, el Gobierno de May se ha comprometido a exponer su nueva posición el lunes, 21 de enero. El Ejecutivo aún no ha dado pistas acerca de en qué consistiría dicho 'plan B', pero no se descarta que en los próximos días la primera ministra pueda volver a Bruselas en busca de algún tipo de mensaje que salve el entuerto.
Bruselas rechaza renegociar el acuerdo
La posición de Bruselas respecto al acuerdo es firme. Pese a la negativa del Parlamento británico a su plan, no habrá renegociación del acuerdo, que fue ratificado el pasado 25 de noviembre tras 17 meses de negociaciones.
Así lo apuntó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. "No renegociaremos el acuerdo, incluyendo la salvaguarda (para Irlanda del Norte)", dijo.
Por el momento, la UE trabaja en buscar opciones alternativas, como un posible aplazamiento de de la salida más allá del 29 de marzo de 2019, un movimiento que buscará nuevas vías para evitar un brexit sin acuerdo.
España toma medidas
El Gobierno de España, consciente del riesgo que supondría una salida abrupta de Reino Unido de la UE, ya tiene preparado un plan de contingencia para evitar que ese hipotético escenario pase factura a la economía o a los derechos de los ciudadanos españoles que residen en el país.
La hoja de ruta consiste en unos cambios normativos y una serie de inversiones que permitan al Estado no verse afectado por el impacto de este conflicto, aunque todavía no se puede concretar más detalles sobre un proceso que se producirá en dos meses.
"La planificación de contingencia está muy avanzada y comprenderá tanto las necesarias medidas normativas y como de dotación de medios personales y materiales", explican desde el Ejecutivo español. "Las medidas están dirigidas a preservar los intereses de los ciudadanos, españoles y británicos, y a proteger las relaciones económicas", añaden.
Posibles escenarios
Si May vuelve a fracasar a la hora de implementar el 'plan B' para abandonar la UE, cabe la posibilidad de que presente su dimisión como primera ministra. Esto obligaría a los conservadores a buscar a un sustituto para encabezar el Gobierno británico.
Con el liderazgo conservador en el punto de mira, el Partido Laborista ha recibido desde diciembre no pocos llamamientos para tomar la iniciativa y lanzar una moción de censura contra May. El líder opositor, Jeremy Corbyn, ha abierto la puerta a iniciar este complejo proceso, aunque hasta ahora no ha puesto fechas.
Entre los mensajes, aunque a un nivel menor que el de la moción de censura, también se han colado llamamientos para unas nuevas elecciones. Una encuesta de YouGov publicada esta semana 'The Times' sitúa al Partido Conservador con una intención de voto del 41 por ciento, seis puntos por delante de los laboristas y 30 por encima de los liberaldemócratas.