A pesar de que el presidente de Estados Unidos está exento por ley de renunciar a cualquier empresa o negocio de su propiedad, los opositores de Trump están denunciando que tanto el magnate como sus hijos están comenzando a aprovecharse de sus nuevos cargos para potenciar sus intereses privados.
Su hija, Ivanka, aprovechó la entrevista de la semana pasada en el programa '60 Minutes' para promocionar un brazalete y varios diplomáticos internacionales están comenzando a emplear los hoteles del magnate como gesto de educación, como sucedió con la delegación gubernamental japonesa que se reunió con Trump esta semana.
Polémicas como la suscitada por Ivanka -- que el equipo de transición de Trump achacó a un "ejecutivo publiciario con demasiadas ganas de vender" -- han motivado al WSJ a recomendar al magnate que liquide sus activos y deposite el recibo en efectivo en un "fondo ciego" gestionado por alguien independiente a la familia.
"El señor Trump podría colocar el dinero en este fondo, mientras que sus hijos podrían mantener sus activos en su nombre. Asimismo, Trump debería estipular que ni él y sus hijos pudieran recibir información sobre cuestiones familiares", según el medio.
De lo contrario, "el daño político a la administración Trump podría ser extenso, ya que los presidentes pueden enfrentarse a litigios en cuestiones privadas gracias al precedente sentado por la administración Clinton".
"No cabe duda de que una liquidación del emporio Trump sería dolorosa y costosa (...) pero así funciona el mundo moderno de Washington. Y hay que recordar que (la candidata demócrata) Hillary Clinton perdió las elecciones en parte porque el público no quiere un presidente que mezcle la política con el beneficio personal", según el artículo.
"La Presidencia", concluye el editorial, "es demasiado importante como para que el señor Trump permita que su familia se convierta en un objetivo político diario".