“Los eruditos creen que Jesús fue una figura histórica real, como Justin Timberlake o Garfield. Dio un mensaje tan importante que sus seguidores más fervientes acabarían matando a cualquiera que no quisiera escucharlo. No es de extrañar que este leñador radicalizado asustara a las autoridades romanas. Jesús fue asesinado porque a la gente no le gustaba lo que decía, así que ¿podría decirse que fue la primera celebridad víctima de la cultura de la cancelación?”. La pregunta la realiza Philomena Cunk a una desconcertada Kate Cooper, profesora de Historia en la Universidad de Londres, que titubea tratando de dar una respuesta algo coherente. La BBC ha vuelto a crear una joya esta vez como una miniserie con formato de falso documental, La Tierra según Philomena Cunk, que se acaba de estrenar en España en Netflix.

El humorista Charlie Brooker, creador de Black Mirror, lleva unos años trabajando con la actriz Diana Morgan en una serie de falsos documentales que repasaban la historia británica y que ahora han dado el salto a la historia mundial. Morgan encarna el personaje de Philomena Cunk, una documentalista despistada que recorre el planeta formulando sus alocadas preguntas a expertos de cada materia.

Con el tono solemne de los magistrales documentales que ha regalado al mundo el ente público británico, Cunk va trazando su alocada narración histórica. Como una bola de nieve, Cunk encadena ocurrencias, chistes, críticas y juegos de palabras hasta llegar al punto del delirio. “Jesús nació judío, pero pronto se convirtió a la carpintería, ya que siguió a su padre en la primitiva industria de sillas y mesas. Lo irónico de que Jesucristo se convirtiera en carpintero, fue que en realidad recibió su nombre de las dos palabras que es más probable que grites después de golpearte el pulgar con un martillo”.

Otro acierto es contar con la complicidad de algunas de las eminencias mundiales en cada campo de la materia que aborda Cunk. Así, se sienta en salones de Oxford y Cambridge para entrevistar a estupefactos catedráticos en Historia, Arqueología o Literatura que tratan de dar una respuesta sensata a las locuras de la entrevistadora. “Si un cristiano ganaba y se comía a un león, ¿pasaba a la siguiente ronda?”. El doctor Nigel Spivey, profesor titular de Estudios clásicos en la Universidad de Cambridge le matiza que no hay muchas pruebas de que se lanzaran muchos cristianos a los leones de los circos romanos. Cunk continúa con su sesuda entrevista: “¿Crees que los cristianos perdonarían a los leones por comérselos mientras ocurría? Imagina que todos los días su almuerzo se pusiera a gritar y patalear. Afectaría a la salud mental de los leones…”

La crítica política está siempre presente en cada capítulo comenzando por el fanatismo de las religiones. El profesor de Filosofía de la religión en la Universidad de Cambridge, Douglas Hedley, responde rápido y sin dudar: "El Corán" cuando Philomena le pregunta qué libro es mejor: la Biblia o el Corán. Y una pantalla en negro con el rótulo “Este contenido no está disponible en su territorio”, censura las opinines de Cunk sobre el Islam. En el mismo capítulo, hablando sobre la expansión del Islam durante la Edad Media, Cunk mete el colmillo a la derecha mediática: “Se expandió por todo el planeta, casi tan rápido como Fox News cree que sigue haciéndolo hoy en día”. También lo hace con Putin comparándolo con Nicolás II “podía gobernar el país como un dictador, y me han aconsejado que diga que no es el sistema actual de Rusia”. O con la desigualdad global actual recordando la de siglos anteriores: “Un mundo donde las masas se parten el lomo por una miseria mientras una pequeña élite se enriquece, nos parece injusto e impensable en la actualidad. No podemos ni imaginarnos cómo debió ser…”

Es realmente impresionante cómo la fórmula aguanta y si el espectador entra en el juego que proponen los episodios están garantizadas varias carcajadas por capítulo. La imprevisibilidad del guion es otro de los aciertos de la obra. Tratando el tema de las religiones precolombinas menciona al templo al templo de Kukulcán en Chichén Itzá “si nos hubieran traído aquí hace 1.000 años seguramente nos hubieran a sacrificar para calmar a Chaac, el dios maya de la lluvia. Hoy sería para llevarnos de excursión desde el complejo hotelero de Tulum”, los siguientes dos minutos el documental se transforma en un spot  publicitario del tipo Marina D’Or ciudad de vacaciones. 

La serie cuenta con una buena dosis de humor absurdo como cada vez que cita a Lenin como “Vladimir Ilich John Lenon”. O cuando, desolada y cabreada, Philomena decide interrumpir una entrevista con el director de la Academia Espacial británica para pedir un minuto de silencio por Laika cuando descubre en directo que la perra murió en el espacio. “Será una puta broma. ¡Hay una perra muerta en el espacio, es inaceptable!”

La magia de la serie consiste en mantener a la audiencia expectante ante la nueva idea disparatada de la falsa documentalista. ¿Qué se preguntará Philomena frente al David en el capítulo dedicado al Renacimiento? Después de repasar algunos de los detalles con los que Miguel Ángel enmudeció a sus coetáneos como la viveza de sus pupilas o de las venas de sus brazos, Philomena se muestra desconcertada: “No tiene ano. Quizá el escultor se avergonzó, o el modelo tuvo que irse temprano ese día, o en realidad no tenía ano. Simplemente no lo sabemos”, comenta mientras el plano hace zoom a las posaderas del héroe bíblico y emblema de Florencia.