La historia de Cyrano de Bergerac, basada en la obra de teatro de Edmond Rostand, ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones, pero la primera versión que causó impacto y reconocimiento por parte de la crítica es la que dirigió Michael Gordon en 1950.
La película cuenta la historia de un desamor. Cyrano está enamorado de Roxane al igual que su amigo Christian, pero éste, que posee todo el atractivo del que carece Cyrano, que es un hombre a una nariz pegado, como cantara Quevedo, no sabe cómo cortejarla. Cyrano acude en ayuda de su amigo, carente de todo talento para la poesía y la retórica, prestándole sus palabras y sensibilidad para escribir cartas de amor. Roxane se enamora de la persona que escribe las cartas, convencida de que es Christian.
Cyrano de Bergerac es la historia del patito feo. Como él, miles de personas hoy tienen baja autoestima por su aspecto físico. De hecho, hay estudios que señalan que la edad media para hacerse operaciones estéticas ha bajado a los 20 años. Pero Cyrano es mucho más que una nariz protuberante, es alguien capaz de vencer a cien hombres con la espada, de hallar los más bellos versos y de sacrificar su propia felicidad por la mujer que ama.