Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández, Luis Cernuda… Algunos de ellos fueron silenciados a fuego; otros, apartados en el exilio. Se sujetaban de la obra que escribían en la distancia para no descalabrarse. Con la llegada de la democracia y tras la recuperación de sus vidas y sus nombres, se armó una cronología literaria, intelectual y social bastante clara que reconstruyese y recuperara la generación del 27, uno de los hitos de la vida intelectual en el siglo XX español.
La historia sólo la reescribieron para los hombres. Por fuera quedaron todas aquellas poetas, periodistas, filósofas y escritoras que Tània Balló recupera en Las sinsombrero (Planeta)
Pero hubo trampa en aquella recuperación. Y por una razón muy clara: la historia sólo la reescribieron para los hombres. Por fuera quedaron todas aquellas poetas, periodistas, filósofas y escritoras que Tània Balló recupera en Las sinsombrero (Planeta), un libro que cuenta la historia de todas las mujeres que formaron parte de ese movimiento y que está enmarcado en una iniciativa de divulgación que cuenta con una plataforma en redes, un proyecto que mezcla distintos formatos e iniciativas. Concebido como un “proyecto crossmedia” único en España, el libro está acompañado del documental homónimo, co-dirigido por Ballón junto a Serrana Torres y Manuel Jiménez-Nuñez.
Las sinsombrero, como el resto de sus pares de generación masculinos, también vivieron durante años en el exilio –interior o literal-; silenciadas; exiladas; apartadas. Sin embargo, incluso después de la transición, siguen peleando la peor batalla: contra el olvido. Su ausencia en las antologías, estudios, biografías y memorias sobre el grupo del 27, las dejó a un lado. Algunos de sus nombres… el de Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín, Margarita Gil Röesset, María Teresa León, Maruja Mallo, Margarita Manso, Ángeles Santos, María Zambrano, Concha Méndez y Josefina de la Torre.
Rebelándose contra una sociedad que las relegaba al papel de esposas y madres, participaron sin complejos en la vida intelectual española del primer tercio del siglo XX. Enmarcadas en el movimiento capitaneado en España por Ramón Gómez de la Serna y que reunía a creadores alrededor del gesto de ruptura de no llevar sombrero, pasaron así a formar parte de aquella batalla ideológica que hoy le da nombre a este enorme proyecto de recuperación, educación y divulgación.
El libro acomete retratos individuales, hasta completar un gran tapiz de conjunto donde la historia de estas mujeres cobra especial significación. Una anécdota en el Liceo Club Femenino de Madrid da una idea de la empinada cuesta de prejuicios y obstáculos que debían remontar. Fundado como capítulo castellano de la sede original, fundada por la británica Constance Smedley, las socias del Lyceum Club Español se empeñaron por alcanzar el nivel de las otras sedes en el mundo. Crearon seis secciones: Social, Musical, Artes Plásticas e Industriales, Literatura, Ciencias, Internacional y una séptima, que se creó algo después, llamada Hispanoamericana. La programación en conjunto de cada una, impulsó una intensa actividad de cursillos, exposiciones, debates, recitales y conciertos. Para una de estas actividades, invitaron a Jacinto Benavente, quien impartiría una conferencia. En su libro, Balló rescata la negativa del Premio Nobel: “¿Cómo quieren que vaya a dar una conferencia a tontas y a locas?”, dijo el Nobel de Literatura.