Cultura

El desembarco de Provenza: el otro 'Día-D' donde las tropas coloniales francesas fueron clave

Un nuevo frente en Europa para debilitar a la Wehrmacht: la Operación Dragoon, el desembarco en el sur de Francia que culminó en la liberación de Francia

  • Efectivos estadounidenses desembarcando en las costas de Francia

Verano de 1944. Las fuerzas aliadas estaban listas para su siguiente gran paso en la liberación de Europa del yugo nazi. Si bien el Desembarco de Normandía del 6 de junio había sido todo un éxito, además de un hito decisivo en la lucha contra el Tercer Reich, otro desembarco de gran importancia tuvo lugar dos meses después, en el sur de Francia, nombre en clave Operación Dragoon. Aunque no goza de la misma fama que su predecesora, la invasión de Normandía, el desembarco en la Provenza francesa fue igualmente decisivo para debilitar a la Wehrmacht y acelerar el fin de la guerra en Europa.

Sin embargo, uno de los aspectos menos conocidos -de una operación de por si casi olvidada, pero igualmente fundamentales, de la Operación Dragoon fue el papel desempeñado por las tropas coloniales francesas, y los Tirailleurs -o tiradores senegaleses- que participaron con valentía y sacrificio en la liberación del sur de Francia. Además de las tropas coloniales francesas y sus Legiones extranjeras, un alto número de fuerzas afroamericanas del Ejército estadounidense luchó también mano a mano con ellas. 'Hombres de color', como a ellos se referían entonces, que lucharon desde las propias playas de la bucólica Provenza hasta en la USAAF que dio apoyo contra los soldados del Tercer Reich.

La Importancia Estratégica de la Operación Dragoon

Tras el desembarco en Normandía, las fuerzas aliadas comenzaron a avanzar hacia el interior de Francia al mismo tiempo que ganaban terreno en Italia, pero el norte de Francia estaba fuertemente defendido por las tropas alemanas. En este escenario, los Aliados decidieron abrir un nuevo frente en el sur del país, concretamente en la región costera que se extiende desde Toulon hasta Niza, la Provenza. Esta operación tenía como objetivo aliviar la presión sobre las tropas aliadas que avanzaban desde el norte y de cortar las líneas de suministro alemanas además de establecer una nueva ruta para el avance hacia Berlín. De esta manera el Ejército alemán debería luchar en el norte y sur de Francia, además de en Italia y por todo el frente oriental.

Cañón de 88 mm alemán en la costa francesa

La operación dio comienzo el 15 de agosto de 1944, con un desembarco anfibio en las playas del sur de Francia. Más de 500 barcos de guerra y 5,000 vehículos fueron utilizados en la invasión, que involucró a unas 150,000 soldados de los ejércitos aliados, principalmente estadounidenses, británicos y franceses. A diferencia de la invasión de Normandía, las defensas alemanas en el sur de Francia no eran tan robustas, permitiendo a los Aliados establecer rápidamente una cabeza de playa. Pero, pese a haber conseguido una victoria relativamente sencilla, las fuerzas de ocupación alemana en la región, aunque en menor número, todavía presentaban una amenaza considerable.

Las Tropas Coloniales Francesas y los 'Tiralleurs'

A lo largo de la Segunda Guerra Mundial, las tropas coloniales francesas desempeñaron un papel esencial en la liberación de la 'Metrópoli'. Muchos de estos soldados provenían de las antiguas colonias francesas en África, como Senegal, Marruecos, Argelia y Túnez. Pero, la participación de estos soldados a menudo se ha visto minimizada o ignorada en los relatos más conocidos de la guerra, además de por las autoridades francesas. La contribución de estas tropas fue crucial en muchas batallas, incluyendo la Operación Dragoon, ya que supuso un alivio para las ya presionadas fuerzas aliadas.

En total, alrededor de 60,000 soldados coloniales participaron en la invasión del sur de Francia, una cifra muy significativa que refleja el esfuerzo y la determinación de las fuerzas coloniales en la liberación de Francia y su lucha, mano a mano, con los ejércitos Aliados. Estas tropas, compuestas principalmente por senegaleses, marroquíes, tunecinos, argelinos y malgaches, formaban parte de las Fuerzas Francesas Libres bajo el mando del general Charles de Gaulle. En 1944, tras la caída de Francia en 1940, las Fuerzas Francesas Libres eran el principal brazo militar de la resistencia francesa al régimen de Vichy y las fuerzas nazis. Estas Legiones extrenjeras utilizaron equipamiento estadounidense, y lucharon en todos los frentes junto a ellos; entre estos soldados, también destacaron exiliados españoles del régimen franquista.

El papel de estas tropas no solo fue importante en términos de número, sino también en el terreno. En la Operación Dragoon, las tropas coloniales estuvieron presentes en casi todos los aspectos de la invasión. Fueron ellas las que, en muchos casos, avanzaron primero, como carne de cañón, por las costas y el interior, luchando codo a codo con las fuerzas estadounidenses y francesas de metrópoli para liberar ciudades como Marsella, Toulon y Niza.

El Desembarco

El 15 de agosto de 1944, mientras los barcos de guerra aliados comenzaban a desembarcar en las playas del sur de Francia, las tropas coloniales fueron las encargadas de llevar la vanguardia de la invasión. En particular, las unidades de infantería marroquí y senegalesa fueron esenciales para tomar las posiciones clave y hacer retroceder a las fuerzas alemanas. Las Fuerzas Francesas Libres lideradas por el general Jean de Lattre de Tassigny, que habían sido formadas por soldados franceses y coloniales, desempeñaron un papel vital en el éxito de la operación.

Paracaidistas norteamericanos del 57 Regimiento

Por ejemplo, las unidades de la 9ª Compañía de la 1ª División de Infantería de Choc (principalmente compuesta por soldados de origen africano) participaron en la toma de la ciudad de Toulon, un puerto estratégico que estaba bajo control alemán. La resistencia fue feroz, pero la determinación de las tropas coloniales dio sus frutos y después de días de intensos combates, lograron liberar la ciudad, lo que permitió a los aliados establecer un importante punto de apoyo logístico en el Mediterráneo. La liberación de Marsella y Niza fue igualmente crucial y, en cada caso, las tropas coloniales tuvieron un papel destacado.

Reconocimiento tardío

A pesar de su contribución decisiva, las tropas coloniales enfrentaron una dura realidad: el racismo y la discriminación. Aunque lucharon con valentía y sacrificio, los soldados africanos y magrebíes fueron tratados de manera desigual en comparación con sus compañeros de metrópoli. Por ejemplo, los soldados coloniales a menudo recibían peor equipamiento y suministros, y no siempre recibían el reconocimiento adecuado por sus esfuerzos. Además, la política colonial francesa de la época consideraba a los soldados africanos y asiáticos como "auxiliares" en lugar de verdaderos combatientes, lo que les otorgaba menos estatus dentro del ejército.

Una vez concluida la guerra, el papel fundamental de estas tropas fue casi ignorado. Durante muchos años, la contribución de los soldados coloniales a la victoria sobre el nazismo fue relegada al olvido. No obstante, el reconocimiento tardío de su sacrificio ha crecido con el tiempo, sobre todo a medida que la memoria histórica se ha reevaluado en el contexto de la lucha por la descolonización y los derechos civiles. Hoy en día, se reconoce que sin la participación de las tropas coloniales, la Operación Dragoon no habría tenido el mismo impacto estratégico, y la liberación de Francia se habría retrasado significativamente.

Hasta hace muy poco, a los soldados coloniales franceses no les llegó el reconocmiento por su compromiso con las luchas de la metrópoli, el caso de los combatientes de la Segunda Guerra Mundial es solo uno de los ejemplos de los muchos soldados abanadonados el Gobierno francés. Aquellas tropas extranjeras que lucharon mano a mano junto al ejército francés para someter los intentos de independencia de las colonias -contra sus propios conciudadanos- también fueron repudiados durante décadas, llegandoles incluso a negarles una pensión como recibían, y reciben, los soldados franceses.

Hoy, el legado de las tropas coloniales es cada vez más reconocido en Francia. Aunque la memoria histórica de estos soldados fue en su mayoría ignorada durante décadas, en los últimos años ha habido un esfuerzo por rendirles homenaje. En 2017, por ejemplo, el presidente francés Emmanuel Macron reconoció formalmente el sacrificio de las tropas coloniales durante la Segunda Guerra Mundial, incluyendo la Operación Dragoon, al dedicar un monumento a los soldados de las colonias en el Campo de Marte, en París.

En septiembre de 2022, el presidente francés pidió disculpas a los 'harkis' y a sus descendientes en nombre de la República de Francia. De esta manera, Macron rendía homenaje al trágico destino de los 200.000 soldados norteafricanos que lucharon junto al ejército francés durante la guerra de Argelia. Tras la independencia en 1962, más de 60.000 fueron ejecutados por el nuevo gobierno argelino, acusados de traición; aquellos que lograron exiliarse en Francia fueron enviados a campos como el de Rivesaltes (el mismo que había sido ocupado por los republicanos españoles bajo el régimen de Vichy) o a antiguas cárceles, condenados al abandono y al olvido por el mismo país por el que habían luchado.

Hasta 2001, el Estado francés guardó silencio y olvido sobre la deuda que tenía con estos soldados y sus familias. Ese año, una breve declaración, pero sin apenas intención, de Jacques Chirac marcó el inicio de un largo proceso hacia el reconocimiento; desde entonces, cada presidente ha ido sumando palabras al discurso, hasta que Emmanuel Macron fue el primero en pedir perdón.

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