Se estrenó en 1963, hace exactamente cincuenta años. Desde entonces se ha convertido en un clásico del cine y unas de las mejores películas de Luchino Visconti. Se trata del Gatopardo adaptación de la novela homónima en la que Giuseppe Tomasi di Lampedusa narra la decadencia de una familia aristócrata siciliana durante la reunificación de Italia.
Visconti, director de Opera y cine de procedencia noble y filiación marxista, decidió llevar a la gran pantalla la historia del Príncipe de Salina, quien intenta preservar a su familia y su clase social de los tumultuosos cambios de finales del siglo XIX, con la llegada de las tropas de Garibaldi a Sicilia en 1860. Sin embargo, en el Gatopardo, mientras una clase se prepara para su ocaso, otra, representada en Tancredi, sobrino del Príncipe de Salina, se abre paso.
Estrenada cinco años después de la publicación de la novela –que se publicó de manera póstuma en 1958-, esta versión que hizo Visconti del Gatopardo incluyó al norteamericano Burt Lancaster como el Príncipe de Salina; al francés Alain Delon como Tancredi y la italiana Claudia Cardinale como Angélica, hija de Don Calogero Sedàra, un prestamista y usurero de una burguesía en ascenso.
Durante el rodaje, Visconti tuvo varios desacuerdos con la 20th-Century Fox, empezando por el hecho de que fueron los estudios de Hollywood los que impusieron a Lancaster así como la duración de la película, otro punto de honor. La primera versión de Visconti duraba 205 minutos, pero fue considerada como excesivamente larga y Visconti redujo el metraje a 185 minutos. La cinta ganó la Palma de Oro en Cannes, pero en los Oscar tan sólo recibió una nominación a Mejor Vestuario. Alain Delon fue candidato al Globo de Oro a Mejor Actor Revelación.
Visconti, quien ha sido considerado uno de los mejores directores italianos, se inició el cine como asistente de Jean Renoir y se unió luego a la corriente del neorrealismo junto a Roberto Rossellini, Federico Fellini y Vittorio De Sica. La realidad italiana de la posguerra quedó recogida en sus primeros trabajos, La terra trema y Ossesione, una adaptación de la novela El cartero siempre llama dos veces. Suyas también son las películas La caída de los dioses (1969) y Muerte en Venecia (1971), esta última una adaptación de la novela de Thomas Mann.