El Victoria & Albert (V&A) de Londres, el mayor museo del mundo dedicado a las artes aplicadas, inaugura el 23 de marzo David Bowie Is…, una exposición que reconstruye la estética y el significado de una de las figuras más camaleónicas y polivalentes. La muestra, que se expondrá hasta el 28 de julio, reúne 300 objetos del archivo personal del músico, que nunca antes había permitido el acceso a su gabinete de curiosidades, posesiones y recuerdos.
David Bowie Is... muestra la afilada inteligencia de un creador intuitivo, un «regenerador» capaz de «adaptar y pulir» la música según el clima cambiante de las últimas cinco décadas, como señala en el catálogo el musicólogo Howard Goodall. Los curadores Victoria Broackes y Geoffrey Marsh, que estuvieron seis semanas en Nueva York buceando en el archivo, añaden que Bowie ha «sintonizado el mainstream popular con la vanguardia sin comprometer su poder liberador y subversivo».
La muestra no aspira a hacer una revisión cronológica. «Queremos explorar el significado cultural de Bowie hoy –nos dice Broackes–. La amplitud de sus influencias lo convierte en un conducto hacia la cultura del siglo xx. Ha influido intensamente en moda y estilo, pero no es solo eso. Sus fuentes van del expresionismo alemán al surrealismo, el teatro de la crueldad, el cine, la literatura, la chanson francesa, la danza moderna...».
Para vestir a los muchos golem que ha creado y personificado, Bowie ha acudido con las ideas muy claras a los señores de la moda. Y ésa, justamente, es una de las vertientes más vistosas de la exhibición: es posible ver los trajes de Ziggy encargados a Freddie Burretti; el Pierrot azul de Scary Monsters (and Super Creeps), de 1980, y la levita con la Union Jack de Alexander McQueen para Earthling (1997). También está la capa que el diseñador Kansai Yamamoto hizo en 1973 una para una de las transmutaciones de Bowie, Aladdin Sane [A Lad Insane, Un tipo loco], el muchacho con la cara truncada por un rayo. Los sinogramas kanji dibujados en la capa son un emblema vital: «Uno que escupe palabras fieramente».
En esta especie de retrato en el que es posible entender a Bowie como un gran apropiador y amplificador de influencias, es posible ver la influencia que determinados personajes tuvieron sobre él: William Burroughs, Marlene Dietrich, Andy Warhol, Bertolt Brecht, Stanley Kubrick o Iggy Pop. La muestra, que ha coincidido con el lanzamiento del nuevo disco de Bowie ya ha vendido por anticipado 42.000 entradas.