Cultura

Margallo hace un guiño a Cataluña y César Alierta habla de revolución frente a Carmena en el Cervantes

Estas palabras fueron pronunciadas en el acto de presentación del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española(SIELE), un sistema que permitirá certificar el grado de dominio del español por medios electrónicos. En sus palabras, el presidente de Telefónica, César Alierta, aseguró que la única revolución es la tecnológica.

  • El presidente de Telefónica, César Alierta; el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo; el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha y y la alcaldesa de Madrid, Manuel Carmena durante el acto de presentación del

Ubicados a ambos extremos de una misma fila, ella en el izquierdo y él en el derecho, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el presidente de Telefónica, César Alierta, acompañaron al director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha y a los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, así como al de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, durante la presentación y firma del convenio que pone en marcha el Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE), un sistema que permitirá certificar el grado de dominio del español por medios electrónicos, un proyecto impulsado por el Instituto Cervantes, la Universidad de Salamanca y la UNAM y desarrollado por Telefónica que empezará a funcionar en enero de 2016.

El idioma da para todo, especialmente el español, que por su naturaleza “mestiza” –las muchas variantes del idioma entre quienes lo hablan- se alza como un signo de libertad, según aseguró Víctor García de la Concha. Más directo fue el ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo, quien aprovechó el acto para tocar temas políticos y culturales alusivos, claro, a Cataluña y la tensión secesionista que aumenta de cara a los comicios del 27-S.

"Hay que soldar las heridas internas y las de esa parte de la sociedad catalana que no se siente cómoda con el resto de España", dijo García Margallo.

"Hay que soldar las heridas internas y las de esa parte de la sociedad catalana que no se siente cómoda con el resto de España", dijo el ministro, quien considera que "hay que sentarse a la mesa sin animosidad y sin proponer ilusiones imposibles, porque es muy difícil discutir un estatuto de una comunidad de vecinos con un señor que lo que quiere es pegar fuego al edificio". Incluso, Margallo fue más allá, al asegurar que urge "buscar fórmulas de diálogo para restañar las heridas sentimentales que se han producido" y hablar de inversiones públicas, de lengua y cultura, y del sistema de financiación.

De la Marca España a la Revolución de Alierta

El proyecto arrancó este jueves con el objetivo de convertirse en el examen electrónico de referencia. El SIELE convivirá con el diploma de español DELE, el diploma oficial con validez indefinida y reconocimiento internacional, al que se presentan alrededor de 70.000 candidatos anuales y que se realiza en más de 900 centros en un centenar de países. De esta forma, el Instituto Cervantes –que para los PGE de 2016 recibe 115,37 millones de euros, algo más de un 20%- pretende diversificar su oferta certificadora del dominio del español, así como ampliar la gama de exámenes pensados para diferentes tipos de usuarios. Con el SIELE se prevé alcanzar 300.000 candidatos en una primera fase, que se elevarán a 750.000 en el plazo de cinco años.

En sus palabras, el ministro Íñigo Méndez de Vigo dio continuidad al discurso de los populares en material cultural y que ha tenido en el Instituto Cervantes uno de sus mascarones de proa; un buque insignia que se reparte –no sin roces- entre Cultura y Exteriores. Insistió Méndez de Vigo en la cultura como un instrumento para promocionar la “Marca España” –expresión que Méndez de Vigo llegó a emplear cerca de media docena de veces- . En esa estrategia de los populares, el español ha sido desde el comienzo parte esencial. A pesar de eso los números no han sido muy halagüeños: ha cuadruplicado sus pérdidas desde 2014, echado el cierre a algunos centros y visto desplomarse el número de matrículas e impartición de cursos.

Manuela Carmena permanecía sentada como parte de las autoridades invitadas. No  parpadeó siquiera cuando el empresario aseguró que la verdadera “revolución actual” es “digital y tecnológica”

Aunque la lengua es “un patrimonio común”, como aseguró Víctor García de la Concha, España se incorporó de manera tardía a la política institucional de otros países de su difusión de su idioma; el Instituto Cervantes cumple este 2015 apenas 25 años, poco si se le compara con el British Council, por ejemplo, fundado en 1934.

Convencido de que el modelo educativo actual está “obsoleto”, el presidente de Telefónica, César Alierta, subrayó la necesidad de potenciar la educación como herramienta democratizadora, una frase que pronunció en su estilo directo e informal, ante una Manuela Carmena que permanecía sentada como parte de las autoridades invitadas y que no parpadeó siquiera cuando el empresario aseguró que la verdadera “revolución” es “digital y tecnológica”. Vale la pena destacar que además de los ingresos por subvenciones y transferencias públicas, el Cervantes recibe una aportación económica importante de Telefónica, Fundación Repsol, Fundación Iberdrola o Grupo Mahou, entre otras instituciones.

Los detalles del SIELE

Tanto la inscripción como el examen se llevarán a cabo por medios electrónicos y conexión en línea. El examen se realizará, previa cita, en centros autorizados a lo largo de todo el año. Las pruebas las crearán equipos de expertos de larga trayectoria en la elaboración de exámenes certificativos, pertenecientes al Instituto Cervantes, la UNAM y la Universidad de Salamanca. Se trata, pues, de un ejemplo de cooperación entre instituciones del ámbito hispánico para ofrecer un servicio de evaluación único que incorpora todas las variedades del español.

El SIELE prestará especial atención al tratamiento de las distintas variedades lingüísticas del español. Los textos de lectura y las audiciones incorporarán las diferentes variedades geográficas de la lengua, mientras que en la producción escrita y oral de los examinandos se admitirá toda norma hispánica.

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