Un "dios", una persona "carismática" y "segura de sí misma", un "ídolo" o una auténtica "rock star". Las adolescentes que recibieron clases de teatro del profesor Antonio Gómez en el Aula de Teatre de Lleida hace 20 años coinciden casi en las mismas palabras para describir a este docente y narrar la manera en la que se comportaba con sus alumnos. Ahora, cuando ha pasado tanto tiempo, también comparten una misma condición: la de víctimas de abusos sexuales de Gómez y de otro de los profesores, Rubén Escartín. Aquellas jóvenes de 15 años sufrieron de manera impune unos abusos disfrazados de seducción y ahora, dos décadas después, se atreven a denunciar aquellos hechos en El techo amarillo, un documental dirigido por Isabel Coixet.
En 2018, algunas de aquellas mujeres decidieron denunciar lo ocurrido entre 2001 y 2008, pero entonces los hechos habían prescrito. Ahora, tras sus primeras proyecciones, esta película ha servido para reabrir la investigación después de que el documental haya sido usado por la Fiscalía como prueba, tal y como ha señalado Isabel Coixet en declaraciones a Vozpópuli con motivo del estreno de este documental este viernes en los cines, tras su puesta de largo en la pasada edición del Festival de San Sebastián.
Ejercicios sensitivos, luces apagadas y alta temperatura era el ambiente en el que ejercían sus abusos estos profesores. La "vergüenza" y el "asco" que llegaron a sentir sus alumnas sale ahora a la luz en un documental que muestra todos los comportamientos que aquellas adolescentes escondieron por miedo o por inocencia, tal y como refleja la película y señala su directora en una entrevista.
Pregunta: ¿Qué le lleva a involucrarse en esta historia y cómo coincide con el MeToo, ahora que se cumplen cinco años de aquel reportaje periodístico y que se estrena la película que narra los hechos, Al descubierto?
Respuesta: Empecé hace dos años y medio cuando leí el caso en el periódico Ara. Me tocó mucho la manera en la que estaba explicado, me sonaron muy veraces las voces de las chicas y ahí empezamos a trabajar. Vi Al descubierto antes de ayer, el proceso de cómo unas periodistas investigan lo sucedido, pero esto es diferente. Comparten el uso del estatus y el poder para hacer lo que le diera la gana. En este caso, es un profesor aparentemente carismático que usó su posición de poder para abusar de muchas alumnas a partir de la admiración y la fascinación, y eran adolescentes.
Ahora Harvey Weinstein está en la cárcel, pero si la escala de los delitos hubiese sido menor, esto hubiese pasado sin ninguna trascendencia y él habría seguido produciendo películas", señala Isabel Coixet
P: Eso es lo más grave, que se trataba casi de unas niñas, algo que horroriza en cualquier tiempo. Sin embargo, ahora se escuchan estas historias, se les dedica un tiempo y un espacio. ¿Qué ha cambiado?
R: Cada vez nos vamos dando cuenta de que hay patrones y conductas que son inadmisibles. Por fin se ha sido capaz de nombrar las cosas. Es un proceso que tiene que ver con el azar. Ahora Harvey Weinstein está en la cárcel, pero si la escala de los delitos hubiese sido menor, esto hubiese pasado sin ninguna trascendencia y él habría seguido produciendo películas. Pero cuando ya se traspasan unos límites exagerados es imposible tapar el horror.
P: Este documental se presentó en el Festival de San Sebastián. ¿Ha tenido hasta el momento la repercusión que esperaba?
R: Gracias a unos pases previos que hemos hecho en Lleida, el caso se va a reabrir. Esa es la gran repercusión de cualquier documental, que sirva para que se recaben nuevos testimonios y para hacer justicia.
P: ¿Cree que habría sido posible hacerlo hace seis u ocho años de este modo, con estos testimonios y esa sinceridad por parte de las víctimas?
R: Seguramente no, habría sido una labor más ardua y habría costado más que hablaran con la franqueza con la que lo hacen. Después de que se hayan producido abusos uno no quiere hablar más del tema, quiere taparlo y no contárselo a nadie. Lo que no quieres es remover, pero hay situaciones que si no se cierran bien no se cierran nunca.
P: Algo que tienen en común Al descubierto y las voces de este documental, es que muchas de ellas son víctimas que se inmolan por el bien de otras, y que no poseen, en cambio, sed de venganza.
R: A las chicas de este documental, y otras a las que grabamos pero que luego no quisieron aparecer, es lo que les movía. Yo siempre les transmití que esta película era una herramienta y no un arma para que lo vea gente en los institutos y que haya quien se identifique. En ese sentido, sí es una herramienta didáctica.
Coixet y la búsqueda de justicia
P: ¿Está clara hoy en día la línea entre la seducción y el abuso o el acoso?
R: Si no está clara debería estarlo. Una de las chicas lo dice, que está muy claro y que somos nosotros los que no queremos verlo. La persona abusada se autoengaña para soportar el trago de haber sido víctima.
P: Desde que terminaron el documental, ¿han tenido noticias de Antonio Gómez?
R: Las últimas noticias que tuvimos es lo que se dice en el documental: que está en Brasil. Ahora nadie sabe dónde está.
Él ejercía esta fascinación y seducción en sus alumnas, y también era el director y el tesorero, era el factótum de la escuela", cuenta la directora de El techo amarillo
P: ¿Han recibido alguna respuesta desagradable o algo que os haya chocado a raíz de la presentación del documental?
R: Sí. Evidentemente, él tiene sus partidarios en Lleida y siempre te llegan mensajes desagradables. Entiendo que haya gente que siga creyendo que él es inocente, aunque vea el documental, y está en todo su derecho. Pueden hacer hasta un documental en su defensa si quieren.
P: Uno de los aspectos que llama la atención es la connivencia o el silencio de las personas que trabajaban en el centro e incluso de otros docentes.
R: Se produjo un fenómeno muy clásico de la conducta de un depredador. Él ejercía esta fascinación y seducción en sus alumnas -no olvidemos que esta es una escuela para adolescentes-, también era el director y el tesorero, era el factótum de la escuela. Aquella, como una de las alumnas dice, es una institución muy opaca. Desde el primer momento me chocó que tuviera una indemnización, porque es un despido improcedente, ya que los delitos habían prescrito. La realidad es que el monumento de Fiscalía da absoluta veracidad y no niega los hechos.
Es muy fácil acusar a las mujeres de que no denunciamos, pero la realidad es que las consecuencias de denunciar son muy graves", afirma la directora
P: En el cine español, algunas voces han denunciado situaciones de abuso y acoso, pero nunca se han dado nombres, al contrario de lo que sí ha ocurrido en Estados Unidos.
R: La nuestra es una industria pequeña, no como la americana. El cine europeo es un cine en el que se suman nacionalidades, no podemos contraponer a la maquinaria del cine americano. Sí que es verdad que hay más miedo a hablar porque hay más vulnerabilidad, porque construir una carrera en el cine es una carrera de fondo y la gente prefiere pasar página. Supongo que hay muchísimas actrices que han tenido que pasar por situaciones tremendas y las han sorteado como han podido. Es muy fácil acusar a las mujeres de que no denunciamos, pero la realidad es que las consecuencias de denunciar son muy graves.
P: ¿Hay algo que no esperara de los testimonios de estas mujeres?
R: Pensé que iba a ser un documental más fácil de hacer, que encontraríamos más material de archivo y cada cosa ha sido muy difícil de obtener. Muchas de las personas que iban a hablar luego no lo hacían, no sé si porque recibían alguna llamada. O íbamos a rodar a un sitio que en teoría iba a estar abierto para nosotros y nadie encontraba las llaves. Cosas sorprendentes que te hacen pensar que todavía hay una telaraña de poder que está en activo.
P: Se están dando pasos en torno al concepto del consentimiento. A raíz de los problemas en torno a la ley del solo sí es sí y la reducción de las penas. ¿Qué opinión le merece la reacción política?
R: He estado rodando hasta el viernes pasado y no puedo dar una opinión.