Manuel Muela, hombre muy querido en esta casa, acaba de publicar un libro importante, un libro que nos invita a repensar nuestro pasado y nos insta a imaginar un futuro mejor en libertad. Se trata de “La agonía de la transición; Crónicas republicanas en vozpopuli.com”, una recopilación de las crónicas semanales publicadas por su autor en este diario digital durante su primer año de vida (de octubre de 2011 a octubre de 2012), que, publicado por el Centro de Investigación y Estudios Republicanos, se presenta mañana jueves 10 de enero en sociedad, en la sede del Ateneo de Madrid, calle del Prado 21, a las 19,30 horas, con la intervención del autor y del director de este medio, Jesús Cacho.
A lo largo de estos 12 meses, el sevillano Muela, licenciado en Ciencias Políticas y Económicas (UCM) y en Derecho (UNED) y testigo privilegiado, por sus muchos años de actividad profesional en el sistema crediticio, de la ascensión y caída de nuestros bancos y cajas de ahorro, ha ido desgranando crónicas en las que ha hablado de economía y finanzas, de política española y europea, del Estado autonómico y sus trampas… Y, sobre todo, de crisis, crisis económica pero sobre todo de valores e institucional, crisis de agotamiento del modelo constitucional que los españoles nos dimos a partir de 1975.
Crisis enmarcada en una realidad convulsa, con tintes de aceleración histórica, que parece deambular con vida propia sin que en el Gobierno de la nación o en sus elites ilustradas parezca existir guión o proyecto capaz de embridarla. Muela no se queda en la mera descripción de los problemas, pues que cada artículo va acompañado de propuestas de solución que intentan aportar algo de luz en el pozo de pesimismo en que se ha convertido la crisis española. Es quizá la mayor aportación de este libro: su capacidad para transformar los árboles que semana a semana ha ido plantando el autor en este diario en un bosque uniforme, en un relato global capaz de representar el final del modelo político y económico representado por la Transición.
Porque de eso va, en definitiva, este libro: del final de la famosa Transición iniciada tras la muerte del general Franco -periodo histórico de casi cuatro décadas que ha devenido en el callejón sin salida de aquella crisis constitucional-, y de la necesidad ineludible de mejorar de una vez por todas la pobre calidad de nuestra vida democrática, verdadero leit motiv de todo lo que escribe Muela, un español dialogante, aplicado en la búsqueda permanente del consenso y republicano de pro, uno de esos hombres buenos convencidos del carácter profundamente anacrónico de una institución cuyos fracasos históricos inundan la Historia de España.
El reto de repensar el futuro de España
Dicho lo cual, el autor de estas crónicas, en todos y cada uno de sus textos, coloca a los ciudadanos que se sienten libres ante el reto de repensar su futuro, el futuro de España, sobre la base del ejercicio responsable de su libertad. “Es la obligación cívica y política de quienes creemos en las capacidades de los españoles y abogamos por un porvenir de plenitud democrática para España”. Ventaja añadida de este libro preocupado -y, por ende, preocupante-, por un lado, pero muy esperanzado, por otro, es que Muela escribe como los ángeles, con un castellano limpio y cristalino, sin falsos recursos efectistas.
Sirva como resumen del ideario de este hombre cabal el primer párrafo de su última entrega del pasado año, publicada el 30 de diciembre y, por tanto, no recogida en el volumen que comentamos: “Las crónicas del año que termina están llenas de preocupación por el presente y el porvenir de España. No ha habido semana en que haya sido posible apartarse de la sensación de estar en un concierto sin partitura en el que, al socaire de la degradación general, va tomando cuerpo la idea de que las minorías que dominan el Estado y la economía no están dispuestas a impulsar cambios para la mejora de ambos; antes al contrario, pretenden mantener sus posiciones de poder o privilegio y apurar, en su beneficio, las heces que van quedando del patrimonio público y de los derechos civiles y sociales de la nación. El discurso del Rey, con su exhortación al cierre de filas en el seno del régimen y su evocación a los orígenes del mismo, es, a mi juicio, la prueba institucional máxima de que la opción del cambio está descartada y que todo se juega a la carta de resistir bajo el axioma de que ya escampará. El jefe del Gobierno se ha expresado en términos análogos. En realidad es lo que ha venido sucediendo, pero ya no hay trampa ni cartón. Frente a eso, queda insistir en la necesidad del cambio democrático. Será el debate del nuevo año”.