Dos películas en blanco y negro, una de ellas muda, favoritas en pleno siglo XXI, varios nominados por partida doble o incluso triple, actores británicos en películas españolas y actores españoles en películas italianas, son algunas de las curiosidades de la XXVII edición de los premios Goya. Los Goya cumplen veintisiete años, por lo que del cine mudo ni se acuerdan, claro. Blancanieves les ha hecho recordar que el cine es un arte de imágenes y que una vez existió una manera de contar los cuentos sin necesidad de palabras.
Con 18 nominaciones, la película del bilbaíno Pablo Berger parte como favorita y se queda a una candidatura para igualar a "Días contados", la más nominada de la historia de estos premios, pero, sorprendentemente, no es la única gran favorita en blanco y negro. El artista y la modelo, de Fernando Trueba (que podría convertirse en el primer director con tres premios Goya en esta categoría) también se ha apuntado a la moda de la nostalgia como manera de refrescar el panorama cinematográfico español, aunque esté rodada en francés y haya colocado a un veterano actor (Jean Rochefort, de 82 años) en liza.
El Goya al mejor actor, en cambio, parece cantado para José Sacristán, que incomprensiblemente no había sido nunca nominado al Goya y este año lo consigue por El muerto y ser feliz. Naomi Watts, como ya hiciera Nicole Kidman con Los otros, opta al Globo de Oro -y quizá lo haga al Óscar- por el mismo papel que le hace finalista al Goya: el de la madre que busca desesperadamente reunificar a su familia tras el efecto del devastador tsuanami de 2004 en Lo imposible. Su "marido", Ewan McGregor, y su hijo, Tom Holland, completan el plantel de actor no hispanoparlantes que luchan por algún Goya.
Y con un ojo en Hollywood y otro en España también está Paco Delgado, el diseñador de vestuario que opta al Goya por Blancanieves y que suena para el Óscar por Los miserables, de Tom Hooper, algo que sucedió el año pasado con Alberto Iglesias, que jugaba en casa con La piel que habito y fuera con El topo. El Goya este año está, también, muy familiar, pues Carmina o revienta ha colocado a las puertas del Goya a Paco León, Carmina Barrios y María León, director, actriz y actriz secundaria de la misma película, hermanos y madre de la misma familia. Sería un caso similar al de 1995, cuando Javier Bardem, Pilar Bardem y Miguel Bardem se llevaron las estatuillas en la misma edición.
El propio Javier Bardem está nominado como productor del documental Hijos de las nubes, en una edición en la que su mujer, Penélope Cruz, opta a su cuarto Goya por Volver a nacer, que interpreta en italiano. Antonio de la Torre, como ya hiciera Paz Vega el año en el que optaba a premio por Lucía y el sexo y Solo mía o Verónica Forqué con La vida alegre y Moros y cristianos -quien ganó los dos- , se apunta al doblete de interpretación al pugnar por el premio al mejor secundario en Invasor y mejor protagonista por Grupo 7.
Pero no es el único nombre repetido, pues Pablo Berger está nominado tres veces: como director, guionista y autor de la canción de Blancanieves, película que, a su vez, ha conseguido colocar a actores finalistas en todas las categorías de interpretación, seis en total. Sergio G. Sánchez puede ganar el premio al mejor guión original por Lo imposible y al mejor guión adaptado, junto a Jorge Guerricaechevarría, por Fin; Fernando Trueba es director y guionista con opciones gracias a El artista y la modelo, igual que Alberto Rodríguez, por Grupo 7.
Ambas películas comparten sonidista, Nacho Royo-Villanova, que compite contra sí mismo en esa categoría, aunque acompañado de distintos equipos, algo que también le sucede al pope de los efectos especiales en España, Reyes Abades (nominado por "Blancanieves" e "Invasor") o a la maquilladora Sylvie Imbert, que lo mismo vale para "Blancanieves" que para "El artista y la modelo". Por cuestión de empate en número de votos, este año dos categorías no tienen cuatro sino cinco finalistas: sucede en el mejor guión adaptado y en mejor montaje.
La categoría de mejor actriz de reparto es la única en la que todas las finalistas ya tienen un Goya en casa: Ángela Molina, Chus Lampreave y Candela Peña lo consiguieron en esa misma categoría (aunque Peña también lo tiene como protagonista) y María León lo ganó el año pasado como revelación por La voz dormida. Y, finalmente, el cine de animación, que año pasado dio la campanada con Arrugas ganando el premio al mejor guión adaptado, este año amplía todavía más los horizontes con Las aventuras de Tadeo Jones, que acumula cuatro candidaturas. Además de mejor cinta en su género, compite por mejor guión adaptado, música y canción original.