En torno a 20.000 personas, más del doble respecto a las jornadas de 2011 y un cuarto más que el día anterior, se han rendido esta noche al batallón de The Killers en la segunda y más roquera velada del festival de música Dcode 2012 de Madrid, que también ha vibrado con los británicos The Kooks. A dos días del lanzamiento de su cuarto disco de estudio, "Battle Born" (nacidos de una batalla), los embajadores por antonomasia de Las Vegas -con el permiso del promotor del proyecto Eurovegas Sheldon Adelson- han condensado en poco más de una hora una intensa sesión de música con las bazas que mejor maneja su ciudad: emoción, juego y espectáculo.
Aunque breve, la munición ha estado libre de rellenos, a tope de luces y vatios y dotada de alguna sorpresa como el "Forever Young" de Alphaville, en una escalada hacia el clímax final con "Mr. Brightside", la marcial "All These Things That I've Done" (con cañones de confeti), "Jenny Was A Friend Of Mine" y, con fuego caído directamente del cielo, "When You Were Young". Ha sido un perfecto cierre en cuanto a coherencia argumental y musical para un concierto que ha comenzado con un tema de reminiscencias épicas semejantes, "Runaway", que se mueve entre Springsteen y Bon Jovi y que constituye el adelanto de su nuevo disco, del que también ha sonado "Miss Atomic Bomb".
"Hola, Madrid. Somos The Killers y esta noche vamos a por todas" ha dicho el cantante Brandon Flowers a su audiencia, el mismo que apenas media hora antes disfrutaba de una partida de pimpón con una tranquilidad pasmosa para, en cuestión de minutos, transmutar en estrella de rock con chupa de cuero y pelo repeinado, sobrado de carisma y de voz. Cierto es que han ofrecido prácticamente el mismo repertorio que en sus conciertos previos, pero todo se perdona si éste está compuesto por "Somebody Told Me", "Spaceman", "Read My Mind" o el mencionado "When We Were Young", interpretado con la promesa de hacerlo "tan fuerte" que hasta se ha visto izar una muleta entre el público, como si su música fuese milagrosa.
El otro gran concierto de la noche ha llegado de la mano de los británicos The Kooks, en su segunda cita madrileña en unos pocos meses, después de su concierto íntimo en El Corral de La Pacheca de la capital junto a Emeli Sandé y Baxter Dury. En un foro más apto para su rock de inspiración sesentera, el cuarteto también ha hecho saltar a la concurrencia, especialmente con los grandes temas de sus dos primeros discos, como "Ooh La" o "Naive", que los llevaron al primer puesto en Reino Unido y a despachar la friolera cantidad de dos millones de copias de su debut, "Inside In/Inside Out" (2005).
Las cifras de asistencia de hoy y de ayer al Dcode, las más altas de este aún jovencísimo festival que aspira a situarse entre los más grandes, ha mostrado el acierto de la estrategia diseñada por sus responsables: aprovechar el poder de convocatoria de dos bandas grandes y unir fuerzas con otros nombres más modestos pero en plena efervescencia. Es el caso de Django Django, compatriotas de The Kooks, que con su primer disco, de título homónimo, lograron esta misma semana una nominación al Mercury Prize 2012, que distingue al mejor disco del año en Reino Unido según un jurado de expertos.
También entra en este bombo la fuerte y sólida presencia española, con el crudo y visceral rock anglófono de The Right Ons, la potencia desgarrada de Lüger y el empuje de los jienenses Supersubmarina, quienes han visto refrendados su fuerza, tesón y melodías con un concierto a buena hora en el escenario principal, ante la atenta mirada de miles de chicas apostadas en primera fila.