Todos, en algún momento, hemos sentido a lo largo del día ganas de comer algo dulce. Unas ganas en ocasiones incontrolables, que algunos describen casi como de ansiedad, que generalmente aparece a media tarde y que, lejos de convertirse en un remordimiento, debes saber que es algo muy normal. Y es que, en plena batalla contra el azúcar, son muchos lo que sienten culpabilidad ante ese pensamiento de ‘el cuerpo me pide comer algo dulce’.
Según los expertos, esta necesidad es de lo más habitual, y suele tener algún tipo de explicación. El hecho de comer dulce se identifica con el placer. Y es que el azúcar libera en el cerebro endorfinas, unas hormonas que generan sensación de satisfacción y bienestar. Además, tal y como confirman los estudios, esta sustancia provoca la liberación de dopamina en el cerebro, algo que además de ofrecer una sensación agradable, puede resultar adictivo.
Las razones por las que tu cuerpo te pide comer dulce
Así, además de ser considerada una sustancia poco saludable para la salud, y estar relacionada con la aparición de algunas enfermedades, el azúcar es adictivo. Sin embargo, para poder controlar su consumo, es importante conocer qué provoca esa necesidad de comer dulce.
- Descenso de los niveles de glucosa en sangre: cuando los niveles de azúcar están por debajo de lo necesario, el cuerpo responde ‘pidiendo’ alimentos con alto contenido glucémico.
- Dietas muy restrictivas: las personas que se someten a dietas muy estrictas, suelen tener esa necesidad de comer algo dulce. Y es que, la mayoría de estos planes eliminan los hidratos de carbono.
- Situaciones de estrés o ansiedad: es prácticamente inevitable que ante situaciones de estrés, nerviosismo o ansiedad, nuestro cuerpo comience a necesitar glucosa de manera urgente. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo produce cortisol, una hormona cuyo objetivo es aumentar el nivel de azúcar en sangre. De ahí la necesidad de comer dulce.
- Aburrimiento: aunque cueste creerlo, los estudios apuntan a que, al igual que la tristeza, el aburrimiento está directamente relacionado con las ganas de comer dulce. Y es que, de manera inconsciente, tratamos de llenar ese vacío emocional con algo que nos ofrezca placer, como es el azúcar.
- Cansancio y dormir mal: según los estudios, la falta de sueño puede alterar el funcionamiento tanto del cuerpo como de la mente. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, dormir poco puede producir un aumento de concentración de ghrelina, una hormona que regula el apetito provocando hambre.
- Gente golosa: hay que reconocer que hay personas que por naturaleza sienten necesidad y pasión por el dulce. Y es que, la sensación placentera que produce puede producir adicción.
Cómo controlar las ganas de comer dulce
Lo primero de todo, es importante identificar cuál es el motivo por el que sentimos esa necesidad. A veces, sobre todo cuando está motivada por aburrimiento o incluso por alguna situación de estrés, basta con centrar la mete en otra cosa o cambiar de actividad para que esa sensación desaparezca.
Eso sí, también hay que tener en cuenta que en ocasiones es necesario aportar esa cantidad de dulce que el cuerpo reclama. Y es que no hay que olvidar que el cuerpo necesita glucosa para funcionar. Sin embargo, no sabe diferenciar entre azúcar sano o alimentos cargados de azúcares añadidos. Por ello, los expertos recomiendan buscar alternativas saludables que satisfagan esa necesidad golosa, pero sin ofrecer un extra de azúcar añadido. Alternativas como fruta, yogur, chocolate con más de un 80 por ciento de cacao, frutos secos…
Otro de los consejos que dan los expertos para controlar las ganas de comer dulce es tener una buena hidratación, ya que beber agua, además de importante para el buen funcionamiento de las funciones vitales, genera sensación de saciedad, evitando el hambre y la ansiedad por comer, algo muy ligado a los atracones de dulce.