El dolor muscular después de practicar ejercicio físico se conoce como dolor muscular de aparición tardía (DOMS, por sus siglas en inglés). Es algo bastante común cuando se entrena y aparece específicamente cuando se realizan nuevos ejercicios o se aumenta la intensidad del entrenamiento.
El dolor muscular generalmente se manifiesta entre 12 y 24 horas después de haber hecho ejercicio físico y puede durar hasta 72 horas o más. Se caracteriza por dolor, rigidez, hinchazón y sensibilidad muscular. Este dolor es el resultado de microdesgarros en las fibras musculares y la inflamación asociada.
Para aliviar ese dolor es recomendable realizar estiramientos suaves después de aplicar calor para mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez. Podemos también recibir un masaje para aliviar la tensión muscular y mejorar la circulación y es básico alternar períodos de descanso y actividades de baja intensidad, como caminar o nadar, para mantener la circulación y evitar la rigidez.
La terapia con calor es uno de los recursos más eficaces y también uno de los más utilizados tradicionalmente para aliviar el dolor muscular. Y es que, este tratamiento, que muchos realizan en su propia casa, pero también es una alternativa que utilizan los profesionales, proporciona un alivio casi inmediato y contribuye a largo plazo a mejorar la salud muscular.
“Al aplicar calor en la zona afectada, se produce una dilatación de los vasos sanguíneos, lo que mejora significativamente la circulación. Esto se traduce en una mayor cantidad de oxígeno y nutrientes hacia los músculos afectados, favoreciendo así su recuperación al tiempo que ayuda a eliminar los residuos metabólicos que pueden contribuir al dolor”, asegura Sergio García Herrero, fisioterapeuta, director de formación Hyperice en Iberia y propietario de TG Sport Clinic.
Además, el calor tiene la capacidad de relajar los músculos contraídos y tensos. Esta relajación no solo reduce la sensación de dolor, sino que también mejora la movilidad y flexibilidad de los músculos, lo que es especialmente beneficioso para quienes sufren de espasmos musculares o rigidez.
Debido a la eficacia del calor a la hora de tratar dolores musculares existen diversas herramientas que lo utilizan, como es el caso de las tradicionales mantas térmicas. Sin embargo, ahora son muchas las opciones disponibles en el mercado que incorporan tecnología avanzada que aplica el calor de forma más rápida, eficiente y uniforme.
“La innovación es clave para mejorar esos productos tradicionales para la mejora de la salud muscular. De hecho, hemos desarrollado diferentes tecnologías que nos han permitido acelerar la recuperación muscular, como algunos de nuestros dispositivos que distribuyen el calor de forma consistente y uniforme proporcionando un alivio instantáneo de los dolores musculares”, explica Alejandro Elizalde, director de desarrollo de negocio y ventas la marca en España. Estos dispositivos se pueden usar en zonas específicas como piernas, hombros o espalda.
Alivio del dolor muscular y más
Estos aparatos pueden llegar a multiplicar sus beneficios ya que se potencian los efectos positivos de la terapia de calor con la de vibración. De hecho, aplicar esta terapia conjunta puede ser muy beneficiosa en diversos aspectos.
- Alivio del dolor. El calor aumenta el flujo sanguíneo reduciendo el dolor y la rigidez, y la vibración complementa este efecto al descomponer nudos musculares, liberando tensiones acumuladas.
- Mejora de la circulación sanguínea. El calor y la vibración ayudan a dilatar los vasos sanguíneos, lo que facilita la eliminación de toxinas y la entrega de nutrientes esenciales a los músculos.
- Reducción de la Inflamación y la rigidez. El calor ayuda a disminuir la inflamación y la rigidez en músculos y articulaciones mientras que la terapia de vibración ayuda a drenar líquidos aliviando la presión sobre las articulaciones.
- Aceleración de la recuperación muscular. Sobre todo para los atletas y personas que hayan sufrido algún tipo de lesión, la combinación de calor y la vibración puede acelerar la recuperación muscular al relajar los músculos fatigados.
- Aumento de la flexibilidad y el rango de movimiento. El calor contribuye a aumentar la elasticidad de los tejidos y gracias a la vibración, los músculos se relajan y se reduce la rigidez, lo que permite un mayor rango de movimiento en las articulaciones. Por ello esta combinación es muy recomendable para personas que estén en rehabilitación o que tengan movilidad más reducida.
- Reducción del estrés y mejora del sistema nervioso. El calor tiene un efecto calmante y relajante sobre el sistema nervioso, lo que, combinado con el masaje de percusión, puede ayudar a promover una sensación general de bienestar.
Métodos para aliviar el dolor muscular
Además de estos dispositivos de última generación, hay métodos tradicionales que también se usan como terapia de calor:
-Compresas calientes: Las compresas o almohadillas térmicas pueden aplicarse directamente a las áreas doloridas. Se recomienda usar una temperatura moderada para evitar quemaduras.
-Baños calientes: Sumergirse en un baño caliente ayuda a relajar los músculos y aumentar el flujo sanguíneo, lo que puede acelerar la recuperación muscular y a aliviar el dolor muscular.
-Saunas: El calor seco de una sauna puede ayudar a relajar los músculos, mejorar la circulación y eliminar toxinas a través del sudor.
-Terapia de parafina: Inmersión de manos o pies en cera de parafina caliente, que es útil para aliviar la rigidez y el dolor en las articulaciones.
Aplicar calor durante unos 15-20 minutos es generalmente suficiente. Se puede repetir varias veces al día según sea necesario. No debemos aplicar nunca calor sobre heridas abiertas, inflamaciones agudas o áreas con sensibilidad alterada. Es importante asegurarse de que la fuente de calor no esté demasiado caliente para evitar quemaduras.
Además, asegúrate de mantenerte bien hidratado, especialmente si estás usando una sauna o baño caliente. Ten en cuenta también que el calor puede ser más efectivo cuando se combina con estiramientos suaves para mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez muscular.
La terapia con calor es una herramienta efectiva para mejorar la recuperación post-entrenamiento y para aliviar el dolor muscular, pero es importante escuchar a tu cuerpo y ajustar la intensidad y duración del tratamiento según tus necesidades y sensaciones personales. Además, si lo necesitas, consulta siempre a un especialista que te aconseje sobre tu problema, dolor y sobre el mejor método para aliviar un posible dolor muscular.