Los narcisistas sienten un gran amor por ellos mismos y eso no tiene por qué ser algo negativo de primeras. Quererse a uno mismo es fundamental para mantener una vida más feliz y unas relaciones mucho más sanas con los demás, pero si ese amor es desmesurado y la persona se cree la más importante del mundo, ahí es cuando comienzan los problemas y estamos ante una persona tóxica.
El narcisismo se considera un trastorno de personalidad cuando se da una "grandiosidad, falta de empatía por otras personas y necesidad de admiración", según explican en Psicology Today. Según el Manual diagnóstico y estadístico de Trastornos Mentales, una persona narcisista manifiesta, entre otras cosas, sentimientos de grandeza y prepotencia, tiene fantasías con el éxito o el poder, se siente único y carece de empatía.
Las causas que pueden llevar a una persona a desarrollar un comportamiento narcisista pueden ser variadas y no hay una concreta. Se puede asociar con problemas con el entorno social, como con los padres o un exceso de protección en la infancia o un exceso de críticas; con la genética e incluso con la neurobiología que conecta el pensamiento, el cerebro y la conducta.
Cómo identificar a los narcisistas
Son muchos los psicólogos que han estudiado la personalidad narcisista y cuáles son los rasgos que caracterizan a estas personas. Uno de ellos es El narcisismo: La enfermedad de nuestro tiempo, de Alexander Lowen, y en él se afirma que “los narcisistas no se aman a sí mismos y mucho menos a los demás. En realidad se trata de personas que no pueden aceptar su verdadera personalidad y en su lugar construyen una máscara permanente que esconde su carencia de sensibilidad emocional, su incapacidad para sentir”. Pero qué nos puede hacer sospechar que estamos ante una persona o pareja narcisista:
No reconocen que lo son. Es quizá el primer punto a tener en cuenta. Una persona narcisista nunca va a admitir que lo es. Para él o ella, su manera de actuar es la ideal y si los demás creen que no es así es porque están equivocados. Siempre están a la defensiva y si algo no sale como les gusta es por culpa de otros, nunca por un error suyo. Quiere ser líder y disfruta siéndolo y mostrándolo a los demás. Como no lo reconocen, no ven que tienen un problema así que será difícil hacerles ver que necesitan ayuda de un especialista.
Quieren controlar todo. Si tienes como pareja a una persona narcisista, huye. Tratará de controlar todo lo que hagáis, que todo se haga a su gusto y cómo él o ella considere que es la forma correcta de hacerlo. No admitirá críticas ni comentarios que le hagan sentir que lo que está diciendo o haciendo no es lo ideal. Si no lo detectas rápido, puedes convertirte en su marioneta sin darte casi ni cuenta y esto tendría graves consecuencias en tu salud mental.
Se cree superior. Suelen ser personas muy prepotentes y que creen que siempre llevan la razón. Además, se creen especiales y únicos y por encima de los demás, a los que ven como seres inferiores física o mentalmente. Incluso se creen más guapos o más atractivos que otros siempre. La mayoría de los que tienen alrededor les parecen poco para ellos y necesitan que les admiren y les digan lo buenos que son todo el rato. Un narcisista desconfía del que tiene enfrente siempre por lo que no permitirá que nadie le ayude para que no pueda quedar por encima de él.
No escuchan. Son ‘yo, me, mí, conmigo’ y eso agota a los interlocutores. Para un narcisista no hay nada más importante que él y sus actos por lo que monopoliza la conversación, no escucha al que tiene enfrente y siempre llevará la charla a su propio enfoque o beneficio. Resultará agotador entablar una charla bidireccional con un narcisista porque él prefiere los monólogos.
Extremadamente competitivos. Nunca aceptan una derrota por ejemplo en un deporte. Siempre tienen que sobresalir y ganar, para los narcisistas es fundamental quedar por encima del otro. Además sus experiencias, que siempre serán las más divertidas, las más excitantes o las más arriesgadas, repiten hasta la saciedad sus triunfos y logros para que los demás ‘aprendan’ de ellos, algo que les suele hacer tener relaciones sociales muy pobres.
Empatía cero. Cuando una persona narcisista pasa por un mal momento, busca el apoyo y el refuerzo del que tiene al lado, pero si es al contrario… le importará bien poco lo que le suceda al otro. Para los narcisistas, las emociones son difíciles de expresar porque significan que uno es vulnerable, algo que para ellos es inimaginable. Su excesiva seguridad puede esconder un complejo de inferioridad o el miedo a que los demás le hagan daño.
Cómo actuar ante los narcisistas
Si tienes cerca a alguien así o sientes que tu pareja podría ser un narcisista de manual, ten en cuenta que puede estar debido a una falta de seguridad en sí mismo, justo lo contrario que trata de mostrar. Pero mucho cuidado, no dejes que te controle ni te manipule, muéstrate seguro de ti mismo y di lo que pienses en todo momento, sino acabarás en una relación tóxica de la que te será difícil salir. Puede que te haga sentir culpable de sus fracasos o que siempre busque en ti a la persona con la que descargar sus frustraciones.
Está bien admitir críticas, pero no debes soportar que te menosprecie o haga que tus éxitos parezcan menos importantes que los tuyos. No lo admitas y establece límites. Además, no le sigas el juego ni le felicites por algo que consideras que no es para tanto. Solo elogia sus logros reales para no seguir alimentando sus fantasías grandilocuentes. No evites las críticas, pero hazlo de manera que no se sienta atacado. Debe entender que no todo gira entorno a él y que hay veces que se cometen errores y no pasa nada por reconocerlos.
Lo más recomendable cuando estamos en una relación sentimental con alguien así es tratar de hablar con esa persona y si no atiende a razones o no ve cuál es su problema, dejarlo antes de que te haga sufrir. Tratará de embaucarte o seducirte, cuenta con muchas armas para hacerlo, pero debes saber que convivir con alguien así solo te hará infeliz.
