La xerosis puede aparecer en cualquier época del año y a cualquier edad, pero esa sensación incómoda de tener la piel seca y que provoca picores es más frecuente durante los meses en los que hace más calor. No hablamos de un problema de salud grave, pero sí de una molestia que puede llegar a hacernos sentir cierta ansiedad y molestias.
Su ‘campo de actuación’ es la capa córnea, la más exterior de la epidermis y que resulta esencial para conservar la hidratación de la piel. El aumento de las temperaturas puede ocasionar daños importantes en la piel debido a la deshidratación, provocando sequedad y rigidez e incluso, en algunas ocasiones, escamas y picor. Aunque esta patología puede afectar a cualquier persona independientemente de su edad, lo cierto es que la mayoría de los casos se dan en las personas mayores y con más frecuencia entre las mujeres.
La xerosis puede manifestarse de dos formas: de manera fisiológica, afectando sobre todo a la población mayor debido a que su piel es más fina y frágil, y va perdiendo la capa protectora de grasa; y de manera patológica, provocada por alguna enfermedad como la diabetes o el hipotiroidismo.
Entre los factores que pueden hacer que aparezca esta patología se encuentran, además del clima (tanto en invierno con el frío y en verano con el calor extremo), que vivamos en un lugar muy seco o en un entorno en el que el aire acondicionado o la calefacción son muy potentes; darse baños muy calientes y durante un largo periodo de tiempo; el uso de algunos jabones; otras afecciones de la piel como la psoriasis; la toma de medicamentos tanto tópicos como orales y el envejecimiento natural, que hace que la piel produzca menos aceite natural.
Síntomas de la xerosis
Es imprescindible prestar atención a los síntomas para que no derive en una afección cutánea más grave. Aunque al principio este problema se manifiesta con la disminución de la hidratación de la piel, si no se atiende puede desencadenar una dermatitis, que ya es un problema de la piel de mayor importancia. Lo primero que podemos notar es una gran sequedad que puede convertirse en escamas o asperezas y, en segundo lugar, es común sentir molestias como la tirantez o picazón.
El problema suele aparecer de manera más fuerte en la piel de las piernas y de los brazos. En este sentido, las condiciones climáticas afectan de manera directa a la salud de la piel, tanto en invierno, con el descenso de las temperaturas y los niveles de humedad, como con el calor de verano. “La exposición prolongada a los rayos ultravioleta provoca que se evapore el agua de la piel con mayor rapidez”, señala Cristina Villegas, jefa de servicio de Dermatología en el Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.
Muy atento si notas:
- Tirantez. Se da cuando aumenta el número de células muertas en la piel, que se acumulan en una capa en la superficie que provoca la sequedad y la sensación tirante.
- Enrojecimiento. La sequedad aumenta la velocidad a la que mueren las células cutáneas, que se acumulan en una capa aún más gruesa en la superficie de la piel que produce la aspereza.
- Piel escamosa. Se produce cuando se desprenden grandes escamas de la epidermis y a veces se ve como polvo fino.
- Picor. Es otro resultado de la deshidratación y es una reacción impulsiva a la incomodidad que causa la piel rígida, que no cumple sus funciones. Las ganas de rascarse aumentan según la gravedad de la deshidratación.
Tratamiento
Cuando empecemos a notar los primeros síntomas, siempre debemos acudir a un especialista que nos recomiende el tratamiento más adecuado a nuestro problema. Nos hará una historia clínica y varios exámenes para comprobar el estado de la piel y poder así descartar problemas cutáneos de otro tipo. El tratamiento si se trata de xerosis se realiza en casa y suele ser a base de cremas o lociones humectantes que contienen urea y ácido láctico o a través de esteroides tópicos para aquellas zonas que puedan estar algo inflamadas con una sensación de picor o escozor más fuerte.
Cómo prevenir la xerosis
Para poder evitar que con el paso de los años nuestra piel vaya perdiendo hidratación y tersura o que con las altas temperaturas la notemos más seca de lo normal, deberíamos seguir los siguientes consejos:
- Usar siempre protección solar. Es imprescindible proteger la piel de la radiación solar con cremas que tengan un factor de protección de más de 50. Es aconsejable aplicar el producto cada hora, siempre que se esté expuesto al sol, para garantizar la máxima eficacia posible. Además, lo más recomendable es usar protección solar tanto en invierno como en verano en aquellas zonas que estén descubiertas y expuestas a los rayos solares.
- Una buena rutina de hidratación. Para realizar una correcta rutina diaria de hidratación corporal es fundamental utilizar cremas hidratantes con un alto contenido en lípidos. Esto va a permitir crear una barrera para sellar la piel, evitando así la evaporación, y el acceso de sustancias nocivas del exterior.
- Reducir el tiempo de baño o ducha. Utilizar agua muy caliente, así como ducharse o bañarse durante demasiado tiempo, puede agredir la piel y dañar su película protectora. Por ello, es recomendable limitar la duración de la ducha a cinco minutos, siempre que sea posible, y utilizando agua tibia. A la hora de secar la piel, una buena opción puede ser hacerlo con una toalla y a toques, sin frotar.
- Elige un jabón adecuado. Es recomendable utilizar jabones sin detergentes y con un PH fisiológico cercano al de la piel, es decir, de alrededor de 5,5. Esto va a contribuir a minimizar el riesgo de irritación de la piel. También es importante tener una buena rutina de limpieza de la piel en zonas más delicadas como escote y rostro usando limpiadores cutáneos suaves y que no contengan perfume.
Según el Estudio de Percepciones llevado a cabo por la firma Dove, realizado entre dermatólogos españoles, el 25 por ciento de los pacientes que acuden a sus consultas lo hacen por problemas derivados del uso del gel o la pastilla de jabón. En este sentido, la gran mayoría, casi nueve de cada 10 de los dermatólogos, aconsejan el uso de gel para la limpieza corporal diaria, frente al 8 por ciento que se decanta por la pastilla de jabón.
- Comer sano y beber agua. Hidratar también el interior es fundamental para mantener un equilibrio y la salud de la dermis. En este sentido, los alimentos como las frutas y las verduras aportan esta hidratación, así como beber cerca de 1,5 litros de agua al día.
