Un suplemento alimenticio o vitamínico es un producto que concentra gran cantidad de nutrientes y sirve para complementar la ingesta alimentaria en situaciones especiales, pero no deben sustituir nunca a una dieta saludable. Estos complementos sólo están indicados cuando la dieta no pueda satisfacer por completo los requerimientos nutricionales pero es cierto que en invierno con el frío y la falta de luz sumado a la contaminación ambiental que frecuentemente nos encontramos es un cóctel ideal para que podamos caer enfermos.
Con el frío, el cuerpo tiene que hacer un mayor esfuerzo para mantener su temperatura ideal usando contracciones musculares, algo que puede provocar dolores articulares y en los músculos y que es además un gasto mayor de energía. Entre las consecuencias físicas de estos meses pueden darse además de ese dolor muscular, la piel seca o los resfriados, y a nivel emocional se pueden sentir algunos cambios que provocan tristeza o cambios de humor y el estado de ánimo.
Por eso es recomendable en estos meses de invierno prestar especial atención a nuestras defensas, protegiéndonos de los cambios bruscos de temperatura, manteniendo cuello y pecho abrigados, ventilando adecuadamente las estancias de nuestra casa, aumentando el consumo de alimentos ricos en vitaminas, descansando adecuadamente y evitando el estrés.
Además de vitaminas y minerales, un suplemento alimenticio puede contener aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fibra, diversas plantas y extractos de hierbas, y siempre están regulados por la legislación. Existen vitaminas y minerales obtenidos de fuentes animales o vegetales, y vitaminas y minerales de síntesis. La pureza y estructura química del producto es determinante para su efectividad.
Cuándo tomar un suplemento
Como decíamos, el uso de un suplemento alimenticio debe ser controlado y nunca es un sustituto de una alimentación saludable y equilibrada. Su uso puede estar justificado en algunos grupos de población o etapas de la vida, en personas vegetarianas, o con alteraciones metabólicas, o en pacientes que tomen medicación crónica que provoque un déficit de vitaminas. A veces es necesario tomar algún suplemento durante la menopausia, cuando se practican deportes de alto rendimiento o cuando se sufre algún trastorno del estómago o el intestino que impide la correcta absorción de nutrientes. Es un profesional sanitario el que debe decirnos cuál tomar y si es necesario en nuestro caso.
Algunos ejemplos de suplementos que pueden ser de ayuda en esta época del año son: vitamina D, vitamina C, colágeno, triptófano y té verde.
Con respecto a la efectividad de este tipo de complementos, según una revisión de 1.500 estudios que clasificaba los suplementos más populares según la evidencia científica de sus resultados, algunos como el ácido fólico para embarazadas o el calcio para contribuir a reducir la presión sanguínea, demostraron una alta evidencia científica que respalda sus beneficios, pero otros como el aceite de pescado y su aporte de Omega 3 para el bienestar general tienen una evidencia muy baja.
Suplemento alimenticio para vegetarianos
La vitamina B12 se encuentra únicamente en los alimentos de origen animal por lo que una persona que sigue una dieta vegetariana o que es vegana quizá podría necesitar un suplemento alimenticio para contrarrestar un posible déficit de esa vitamina. Además, si tampoco se consumen leche ni huevos el médico debe valorar si es necesario un aporte extra de hierro o de calcio, aunque por lo general se puede conseguir cubrir las cuotas óptimas a través de otros alimentos como las legumbres, los frutos secos, las semillas, las verduras de hoja verde o el brócoli. Como siempre, es el médico el que debe asesorar a cada persona en cada caso.
¿Suplemento alimenticio para la piel?
Es aquí donde entra la nutricosmética, que “nos permite cuidar la piel desde el interior a nivel celular con el uso de complementos alimenticios, grandes aliados para tener una piel sana y cuidada”, como nos explica Carla Ramon, Product Manager de Solgar®. “Es común tomar determinados complementos alimenticios en función de la estación o temporada del año y dependiendo de la individualidad de cada persona, pero cabe destacar que son productos que pueden formar parte de tu vida independientemente de la estación o temporada”, añade.
En concreto, respecto al cuidado de la piel, “es importante tener en cuenta que la ingesta de un complemento alimenticio en invierno puede ser un plus, pero también por ejemplo en verano cuando exponemos diariamente nuestra piel a agresores ambientales como el cloro de piscinas o una mayor exposición solar”, aconseja Carla.
Entre los 25 y los 30 años aproximadamente, la producción de ácido hialurónico y colágeno va disminuyendo y sus síntomas son la aparición de las primeras arrugas y la falta de firmeza en la piel. De hecho, se estima que cada año nuestro organismo reduce la producción de colágeno en un 1,5%. Además de la edad, los hábitos de vida de cada persona también pueden influir negativa o positivamente a la salud de nuestra piel: fumar, beber alcohol, hacer deporte regularmente, dormir lo suficiente, etc.
Y aunque la alimentación puede ayudar a mantener unos buenos niveles de ácido hialurónico y colágeno en nuestro organismo, “los alimentos que más contienen ácido hialurónico no suelen formar parte de nuestra dieta diaria: piel y espinas de pescado, gelatinas, cartílagos de carne, etc. Los complementos alimenticios pueden ser un plus para nuestro esfuerzo diario por mantener a raya las señales de envejecimiento cutáneo”.
El ácido hialurónico es un polisacárido presente de forma natural en nuestras articulaciones, cartílagos y piel. Junto al colágeno, responsable del mantenimiento de la estructura de la piel, se trata de uno de los principales componentes de la piel, ya que actúa como un potente agente hidratante. “Así, forman la pareja perfecta porque juntos son capaces de retener el agua necesaria para mantener hidratada la piel y favorecer el crecimiento de la elastina, que aporta mayor flexibilidad en la piel, importante para que aparezcan menos arrugas y tener una piel saludable. Utilizar complementos alimenticios con colágeno y ácido hialurónico, son el gran aliado en momentos de mayor estrés para nuestra piel”.