Relaciones íntimas y religión, unos temas que normalmente no se unen. Los católicos o aquellos que han crecido en un entorno religioso y han tenido una formación cristiana son diferentes a los demás. O al menos esa es la teoría. La fe te provee de ciertos valores para con los otros, como hacer el bien y compartir con los demás. De hecho, son los creyentes los que más creen en el amor eterno, en la única persona para toda la vida, en casarse y firmar su amor ante los ojos de Dios. Pero ¿la teoría se aplica a la práctica? ¿Hay alguna relación entre el buen amor y la fe? ¿Los creyentes pueden ser menos infieles que los agnósticos o ateos?
Este último tema es el que ha abordado recientemente Ashley Madison, una conocida plataforma de encuentros extramaritales. La web ha hecho un sondeo entre 3.650 usuarios y ha determinado que el 66% de sus usuarios es creyente y que sólo el 17% es ateo o agnóstico. Para el 26% de los miembros de la plataforma la religión no juega un papel importante en sus vidas y para el 37% es una parte importante o incluso el centro de sus vidas.
Entonces, puede sacarle la conclusión de que ser creyente no tiene nada que ver con la fidelidad ni, por tanto, con la infidelidad. ¿Por qué?
Infidelidad y religión: ¿son los creyentes más fieles que los ateos?
En lo personal, la mayoría de los encuestados cree que , independientemente de su fe y género, no cree que las enseñanzas religiosas reflejen de manera realista su propia experiencia. Con enseñanzas religiosas se refieren a "no tener relaciones sexuales antes del matrimonio", a que "el adulterio es un pecado" o a "mantener la exclusividad sexual con el cónyuge". Todo ello es admitido por los creyentes, pero parece que únicamente en teoría, al menos según los datos del sondeo. De hecho, la mitad de los católicos consultados (52%) afirma que ciertas enseñanzas religiosas deberían actualizarse, como lo de no mantener sexo hasta el casamiento.
El padre Damián, uno de los curas que participó en la mesa redonda, reconoce que hay creyentes que son infieles, ya que él mismo lo escucha en el confesionario: "Hay que tener en cuenta que la Iglesia propone ideales pero no objetivos, y la fidelidad es uno de esos ideales. Ser fiel es lo ideal para una persona creyente, aunque el camino no sea fácil".
Es extraño que un cura hable abiertamente de sexualidad e infidelidad, pero el padre cree que la Iglesia debe modernizarse en este sentido, ya que los seres humanos son sexuados por naturaleza y, por tanto, las relaciones íntimas entran dentro de la normalidad.
Los católicos lo hacen más (no sabemos si mejor)
Otra de las conclusiones que sacó la encuesta, y que es bastante llamativa, es que hay una diferencia notoria en la frecuencia de las actividades en el dormitorio entre las religiones. El estudio reveló que los católicos son mucho menos propensos a orar para que su vida sexual marital mejore que los de otras religiones.
Quizás la razón es que simplemente no lo necesitan para mejorar. El 28% de los católicos todavía tiene relaciones sexuales con su cónyuge un par de veces por semana en comparación con el 21% de los protestantes/anglicanos y el 19% de los ateos o agnósticos. Incluso cuando se trata de aquellos que ya no tienen relaciones sexuales con su cónyuge, los católicos tienen muchas menos probabilidades de tener esa queja (19%) que los protestantes/anglicanos (29%) y los ateos o agnósticos (22%).
Los católicos (74%) también están más preocupados que los protestantes/anglicanos (59%) de que ambos cónyuges disfruten por igual de sus juegos en el dormitorio. Los católicos, además, no solo toman la iniciativa en el lecho matrimonial, sino que también tienen más probabilidades de tener relaciones sexuales una vez a la semana con su pareja (17%) en comparación con los protestantes / anglicanos (13%) y los ateos o agnósticos (10%).
Como vemos, ya sea la perspectiva de la absolución, un fenómeno cultural o simplemente una coincidencia, ser católico parece correlacionarse con vivir una vida sexual más plena.