Palpitaciones aceleradas del corazón, dificultad para respirar o mareos. Son tres síntomas que pueden advertirnos de que estamos sufriendo un ataque de pánico. Unas señales que, según los expertos, la mayoría de quienes las sufren confunden con dolencias como un ataque al corazón u otro tipo de enfermedad grave. Sin embargo, son algunos de los signos más comunes de esta respuesta psicofisiológica de nuestro organismo, que es necesario conocer para poder identificar y controlar.
“Quienes han sufrido ataques de pánico saben que esto es algo de olvidar. Afortunadamente, se curan y también son posibles de tratar” señalan desde la Clínica López Ibor. Y es que, estos episodios, son más comunes de lo que pensamos. Así lo señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), que desvela que el 30% de la población ha sufrido o sufrirá un ataque de pánico.
Según el reconocido centro de salud mental, especializado en el tratamiento de trastornos psicológicos y psiquiátricos, “un ataque de pánico es un episodio repentino y abrumador de miedo intenso o malestar emocional, que provoca una serie de síntomas físicos y psicológicos. Se trata de una respuesta que se desencadena cuando pensamos que algo nos va a hacer daño, pero en realidad no existe ningún peligro o causa aparente”.
Estos ataques de pánico, que suelen aparecer de manera inesperada, sin advertencia, pueden estar relacionados con situaciones o lugares. Una vez surge, en apenas unos minutos alcanzan su punto máximo.
Diferencia entre un ataque de pánico y ansiedad
Son muchas las personas que confunden un ataque de pánico con la ansiedad. Y es que, aunque a priori puedan presentar síntomas muy similares, son experiencias distintas.
Según apuntan desde la Clínica López Ibor, mientras que un ataque de pánico son episodios de miedo intenso y repentino que pueden surgir sin una causa aparente y se manifiestan con síntomas físicos y psicológicos intensos, “la ansiedad es una respuesta emocional persistente y generalizada de preocupación, nerviosismo o temor ante situaciones específicos que no necesariamente se presenta en forma de episodios agudos, sino que puede ser crónica y estar presente durante períodos prolongados”.
Además, la ansiedad puede aparecer con diferentes intensidades, e incluso puede estar presente durante periodos prolongados.
Principales síntomas para detectar un ataque de pánico
Aunque pueden variar de una persona a otra, los síntomas principales para identificar un ataque de pánico son:
- Palpitaciones rápidas o aceleradas del corazón.
- Dificultad para respirar, sensación de asfixia.
- Mareos, náuseas o sensación de desmayo.
- Temblores.
- Dolor en el pecho.
- Sudoración excesiva.
- Escalofríos o sofocos.
- Miedo intenso a perder el control.
Cómo controlar los ataques de pánico
Aunque pueda haber personas más propensas, lo cierto es que todos podemos experimentar un ataque de pánico. La mayoría de quienes lo han sufrido reconoce tener un gran miedo a que se vuelva a repetir. Por ello, lo más importante, es consultar con un experto que valore la situación y decida cuál es el tratamiento necesario en cada caso.
Pero además, desde la Clínica López Ibor, señalan siete consejos que pueden ayudarnos controlar los ataques de pánico:
-Entender qué es lo que está pasando: conocer los síntomas de un ataque de pánico para identificarlo si ocurre puede ayudar a manejarlo. Lo mismo ocurre con saber qué es lo que lo desencadena.
-Observa las sensaciones: ponerle nombre a lo que nos ocurre puede ayudar a calmarnos, ya que, aunque desagradable, un ataque de pánico no es peligroso.
-Trata de respirar con normalidad: aunque, inevitablemente, durante un ataque de pánico se tiende a respirar de manera rápido, algo que aumentará los síntomas, hay que intentar conectar con la respiración, inhalando despacio por la nariz, y exhalando lentamente por la boca.
-Desafía tus pensamientos irracionales: una de las maneras para controlar la situación es ser consciente de que esos pensamientos negativos que nos hacen pensar incluso que vamos a morir, no son reales.
-Practica técnicas de relajación: poner en práctica actividades relajantes como la meditación, el yoga o escuchar música cuando se comienza a notar el inicio de un ataque de pánico puede ayudar a que los síntomas remitan.
-Mantén un estilo de vida saludable: tal y como señalan los expertos, para mantener el equilibrio emocional y físico, es necesario tener una vida saludable con una dieta equilibrada, práctica de ejercicio físico y un buen descanso.
-Busca apoyo emocional: como decíamos, los ataques de pánico son muy comunes, por lo que hablar de la situación con amigos, familiares y especialistas, puede ayudar a sentirse mejor.