Con más de 4000 años de antigüedad, el yoga se ha convertido no solo en una de las disciplinas de moda y una de las más seguidas del mundo, además, cuenta con importantes beneficios para quien lo practica.
Cada año, surgen nuevos estudios que confirman lo que desde hace tiempo los mayores defensores aseguran: practicar yoga es beneficioso tanto para el cuerpo como para la mente.
Mientras para muchos, el poder relajante de esta práctica se convierte en su mejor cualidad, otros destacan los beneficios que las diferentes asanas aportan a la musculatura y a la forma física. Con lo que seguramente muchos no contaban es con que el yoga, además, es un gran aliado para conseguir unas relaciones sexuales de calidad.
¿Cómo ayuda el yoga a las relaciones sexuales?
Existen numerosas evidencias que demuestran que el yoga ayuda a mejorar nuestro bienestar. La práctica habitual mejora la circulación sanguínea, reduce la respuesta inflamatoria del cuerpo y reduce los niveles de cortisol ayudándonos a relajarnos y a mantenernos de buen humor.
Unos beneficios que además de ayudarnos a sentirnos bien con nosotros mismos, incluso ayudando a la autoestima, juegan a favor de nuestra vida sexual.
Tal y como aseguró un informe publicado en The Journal of Sexual Medicine, la práctica regular de yoga mejora la función sexual. Este estudio examinó los efectos tras 12 semanas de yoga en 40 mujeres, de entre 22 y 55 años con una vida sexual activa, demostrando que, transcurrido ese tiempo, su función sexual había mejorado significativamente en varios aspectos.
En un 75% de los casos, las mujeres señalaban un mayor deseo, una mejor lubricación, un mayor número de orgasmos, menos dolor y una satisfacción más plena. Además, los resultados remarcaron que la mejoría era más notable en aquellas mujeres con más de 45 años que en las más jóvenes.
En este estudio, todas las mujeres realizaron hasta 22 posturas o asanas de yoga. Unas posturas enfocadas a mejorar la musculatura del abdomen, la digestión y fortalecer el suelo pélvico.
Pero los beneficios del yoga en las relaciones sexuales no se limitan solo a las mujeres. Según aportan algunos expertos, los hombres también encuentran en esta disciplina un gran aliado para sus relaciones.
Según un estudio realizado por el Dr. Vikas Dhikav, neurólogo del Hospital Dr. Ram Manohar Lohia en Nueva Delhi (India), la práctica habitual del yoga aumentó el deseo sexual, mejoró el rendimiento, la erección y el orgasmo de gran parte de los participantes en su estudio.
En los últimos años, varios informes apuntan a que la práctica y el control de algunas asanas de yoga pueden resultar beneficiosas también para controlar la eyaculación precoz, convirtiéndolo en una alternativa viable y no farmacológica a los tratamientos habituales.
¿Cuáles son las posturas de yoga que ayudan a aumentar el deseo sexual?
La práctica del yoga nos ayuda a tener una mayor fuerza y control de determinadas partes del cuerpo, lo que, unido a una respiración regulada y un descenso de los niveles de estrés, juegan en favor de las relaciones sexuales. Pero además, algunas asanas ayudan a aumentar la circulación en la región pélvica y los niveles de oxígeno en el cuerpo, lo que favorecería el deseo sexual.
Algunas asanas que ayuda a mejorar las relaciones sexuales son:
- Utthita trikonasana: también conocida como la postura del triángulo. Es una asana que fomenta el equilibrio y la apertura de la cadera y fortalece y tonifica la musculatura de las piernas y el tronco.
- Posturas del gato y la vaca: estas dos asanas, no solo favorece a la flexibilidad de la columna vertebral, también fortalece los músculos del suelo pélvico. Esto ayudará a tener orgasmos más controlados e intensos.
- Postura del perro boca abajo: al alargar la columna, se favorece la circulación y se libera la tensión del cuerpo.
- Ananda Balasana: también conocida como la postura del bebé feliz. Esta asana es perfecta para liberar el estrés y la ansiedad, liberando la zona lumbar, el sacro y la zona de los glúteos.
- Baddha konasana: también conocida como la postura del zapatero. Estira la zona de las caderas, la ingle y las rodillas. Además, favorece el flujo sanguíneo del cuerpo, especialmente de la pelvis, por lo que es recomendable para aliviar las molestias menstruales o de la menopausia.