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La nueva puerta de entrada a Madrid mira hacia el cielo

La expresión “de Madrid al cielo” cobra una nueva dimensión gracias a un proyecto de ingeniería singular que supone un hito en términos de innovación, diseño y complejidad técnica. El

  • El Puente de la Concordia en Valdebebas (Madrid).

La expresión “de Madrid al cielo” cobra una nueva dimensión gracias a un proyecto de ingeniería singular que supone un hito en términos de innovación, diseño y complejidad técnica. El nuevo Puente de la Concordia, una iniciativa nacida de un concurso de ideas promovido por Junta de Compensación de Valdebebas para el desarrollo urbanístico de esta joven localidad ubicada en el noreste de Madrid, será la nueva puerta de entrada a la capital desde el aeropuerto y un foco de impulso para el desarrollo urbanístico de la zona.

El nuevo puente, cuyo diseño ha corrido a cargo del ingeniero de caminos Francisco Millanes Mato y los arquitectos Francisco Domouso de Alba, Emilio Rodríguez Jiménez y Lorenzo Fernández Ordoñez, es la ambiciosa propuesta de Ferrovial con la que la constructora quiere redefinir el concepto de obra civil integrado con los nuevos parámetros de regeneración urbana y construcción sostenible.

Complejidad técnica

Desde un punto de vista técnico, se trata de un puente de arco mixto rebajado con tablero intermedio y únicamente dos apoyos principales. De esta forma, sus 162 metros de longitud salvan sin apoyos intermedios las cuatro calzadas que conforman la M-12. La obra se completa con una serie de viales y ramales, que permiten interconectar Valdebebas con el viario existente en los alrededores del aeropuerto.

Precisamente, la influencia del aeropuerto está muy presente en el diseño del puente. Muchos de sus elementos arquitectónicos se han inspirado en el universo aéreo, desde sus formas aerodinámicas, hasta la concepción en lámina o la elección de la pintura de aluminio, un guiño a la vecina e icónica cubierta de la T4.

A nivel de arquitectónico, destaca el doble “diagrid” (acrónimo del del inglés DIAgonal GRID o rejilla en diagonal), que, además de proporcionar transparencia visual al conjunto, aporta dinamismo a la construcción, además de generar un juego de luces y sombras que reverberan y cambian la perspectiva del observador según sea de día o de noche.

Un puente urbano que sus creadores definen como “ambicioso en su diseño e innovador en cuanto a tipología estructural y proceso constructivo”. Y una infraestructura que tiene como principales virtudes, “la claridad y la simplicidad formal, la pureza estructural y la geometría dinámica, sugerente y atractiva“.

El proyecto conjuga la construcción de infraestructras sostenibles con la innovación.

Una obra sin precedentes

El puente de la Concordia cuenta con una monumental infraestructura de más de 200 metros de longitud y 2.200 toneladas de acero estructural. Para su construcción ha sido necesario realizar una complejísima maniobra de traslación de la parte central del puente, de 130 metros de longitud. Una operación que tardó cuatro días en ser completada.

La construcción de este tramo central ha supuesto, en sí mismo, un enorme desafío desde el punto de vista técnico. Para su realización se empleó una plataforma acondicionada en un recinto paralelo a la carretera M-12, donde el equipo de Ferrovial diseñó, planificó y ejecutado su ensamblaje y posterior traslado. Para la construcción de este segmento central se utilizaron cinco apoyos, mientras que en su traslado fue necesario el concurso de tres quipos de plataformas que han ayudado a su elevación y movimiento.

El nuevo puente redefine el concepto de obra civil en clave de regeneración urbana y construcción sostenible

Una vez ensamblada la parte central, el equipo de Ferrovial lo elevó cuatro metros por medio de unos equipos hidráulicos apoyados sobre el terreno. De esta forma, el puente pudo introducirse en el sistema de transporte con el que se trasladaría a su posición definitiva. Más tarde, la estructura fue elevada otros cuatro metros para salvar el obstáculo que suponía una de las calzadas de la M-12 y, mediante una maniobra que implicó casi doce horas de trabajo, fue girado 90º. Finalmente, fue necesario ejecutar un movimiento longitudinal de unos 130 metros hasta llegar al otro lado de la calzada de la M-12 y completar su colocación definitiva.

Innovación muy presente

El proyecto de Ferrovial conjuga la construcción de infraestructuras sostenibles con la innovación para lograr un diseño eficiente. Un exponente de esa apuesta es un nuevo sistema de cimentación con pilotes capaz de soportar cargas muy pesadas. Gracias a su capacidad para transmitir la carga por rozamiento con el terreno, los 12 pilotes del puente de la Concordia evitan cualquier posible levantamiento de los extremos de la estructura. Se trata de un mecanismo de construcción más ágil, eficiente y sostenible que los tradicionales sistemas de contrapesos. Los responsables de la solución esperan que sirva para desarrollar un “know-how” con el que lograr diseños más eficientes tanto a nivel constructivo como económico, sin afectar al funcionamiento de la infraestructura o a la apariencia formal de la misma.

Otro de los avances de innovación que trae el proyecto viene de la mano de la impresión en 3D. Se ha utilizado esta tecnología en la fabricación de los dispositivos que se colocan en la celosía del puente para evitar las vibraciones y los ruidos. Para ello, se han utilizado polímeros alta resistencia que sustituyen a las habituales soluciones de acero. De este modo, se han reducido tanto los costes como las horas de trabajo necesarias para realizar la impresión de estos dispositivos.

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